¿Debemos tragarnos unos sapos?…No… ¡El Sapo ya nos está comiendo a nosotros!

Lo expresado en ese sugestivo título, fue una expresión real de alguien a quien estimo mucho cuando hablábamos de la situación actual del país.

Lo referido en el encabezado de este escrito es completamente cierto. Persistentemente cuando hablamos del actual proceso que supuestamente va a dar fin al conflicto interno que vivimos, se escuchan ese tipo de expresiones, ¡para lograr acuerdos los colombianos debemos engullir algunos sapos! La triste realidad es que sin que se llegue al final de los acuerdos mencionados, es el sapo quien nos está comiendo a nosotros.

Esa afirmación se hace cuando a diario podemos evidenciar lo que sucede en el país. En esta ocasión me referiré a lo que extrañamente la revista Semana se ha enfocado en sus dos últimas ediciones, se ha ensañado contra una de las Instituciones más queridas del país como es el Ejército Nacional, primero con la especialidad castrense que no puede faltar en  un país soberano ni en ninguna fuerza Militar, la Inteligencia Militar, y luego con casos de una supuesta mala e irregular contratación en esa misma cara Institución.

Tanto en uno como el otro caso referido, no hay profundidad por parte de las personas que escribieron esos artículos irresponsables y se los señala así porque nadie puede dejar en el ambiente algo que es susceptible de estar pasando, pero hasta no corroborarlo con mayor profundidad y seriedad no puede afirmarlo.

Sin hacer mucho esfuerzo y sin tener que estrujar nuestro cerebro, se deduce la relación que tienen estas publicaciones con el proceso que se adelanta en la isla, su propósito es claro debilitar al Ejercito Nacional y acallar a la Cúpula Militar, acondicionar a sus integrantes para lo que se puede intuir será el destino de la Institución castrense. Este Sapo nos inicia a ingerir!

Más insensato es tomar acciones correctivas para dar la sensación de control y autoridad, en este caso por una persona que admiro y respeto pero que en este caso no comparto su decisión, por ser apresurada y avivada por circunstancias del momento, me refiero al Ministro de la Defensa, que entiendo claramente que tiene presiones circunstanciales y de Gobierno.

Todos los que hemos pertenecido a esa Institución o a cualquier otro Estamento, esperaríamos que se indague, que se profundice, se ahonde y se tenga la absoluta y plena certeza antes de tomar una decisión de fondo como la que se ha tomado a tan poco tiempo de conocido los hechos. Ahora si había conocimiento de irregularidades que se venían presentando, porque no se tomó acción oportuna y a su debido tiempo?

Desafortunadamente este es un síntoma repetitivo, me referiré a los casos más recientes, pues hay muchos conocidos; el caso del Almirante Arango Bachi quien fue retirado por hechos que posteriormente fueron aclarados donde no tenía ninguna responsabilidad, el caso con  Oficiales que fueron destituidos por falsos positivos en los que no hubo ninguna investigación, hoy día ya hay casos de estos retiros que han fallado a favor de los supuestos implicados, los más recientes de los Generales de Inteligencia y ahora el último caso por el escándalo generado por las publicaciones de Semana.

Me queda tan solo como estímulo, la valiente y altruista intervención del Mayor General Javier Rey en que explicó ampliamente la razón de su retiro a los medios, lo hizo con altura señor General! y su actitud y decisión hablan de su integridad, que bueno sería que en momentos de apremio como los vividos en estos días en la Institución, se imite este tipo de comportamientos, no podemos seguir admitiendo atropellos y abusos como los que estamos viendo, tampoco podemos dejar la sensación que las decisiones en casos como estos, son siempre acertadas.

¡El sapo nos está comiendo!

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