Las «manos negras» de Santos

Algo extraño le sucede al Presidente Santos en el aspecto de seguridad. A los pocos días de su gobierno estalla una bomba en radio Caracol en Bogotá, de inmediato se acusó a las «manos negras uribistas» del atentado. Poco después estalló un petardo junto al busto de Laureano Gómez, en la misma ciudad, de nuevo «las manos negras uribistas» fueron las culpables según el Presidente Santos. No había transcurrido sino una pocas horas del execrable atentado contra el político y periodista Fernando Londoño, cuando otra vez se acusó a «las manos negras uribistas» del atentado, se llegó incluso a la bestialidad de suponer un autoatentado.

Las Farc en repetidas ocasiones ( puesto que al saberse impunes de cualquier delito por obra y gracia del Marco de Impunidad, esta es la actuación lógica de los terroristas) han cometido horrendos crímenes de lesa humanidad: ataques a poblaciones civiles, secuestros infames, ejecuciones con tiros de gracia, derribamiento de helicópteros, explosiones de oleoductos y otras estructuras de la industria petrolera, ataques a torres eléctricas, etc. Aún más persisten en el sistemático reclutamiento forzoso de menores y en la explotación sexual vil de niñas y adolescentes.

Frente a esta actitud criminal de los narcoterroristas de las Farc la respuesta del Presidente Santos ha sido una impeturbable complicidad: los graduó de « actores del conflicto», cuando éste no existe, las Farc no son más que unos narcoterroristas criminales de lesa humanidad; ha señalado que «hay que creerles» que ellos no secuestran ni cometen ningún crimen de lesa humanidad, ha sacado de las cárceles y ordenado treguas a las Fuerzas Militares para llevar a Cuba a sanguinarios criminales; no contento con estos adefesios ha creado un tal diálogo, que no es sino la genuflexión del Estado a los narcoterroristas criminales de lesa humanidad de las Farc, pretendiendo concederles todos sus caprichos como entregarle medio país, garantizarles elegibilidad e impunidad y convocar a una Constituyente, nombrada a dedo con paridad de representación entre los narcoterroristas farianos y los representantes del pueblo.

Esta semana ocurrió la joya de la corona en esta extraña actitud del Presidente Santos respecto a la Seguridad Nacional: se desmantela un centro encubierto de inteligencia militar, se destituye a dos Generales altos jefes del cuerpo encargado de ésta, se inmiscuye a la Fiscalía en este tenebroso asunto y se establece una guerra mediática contra la Dirección de Inteligencia del Ejército. Se repite en esta ocasión la actitud de acusar de conspiración al Presidente Uribe y sus seguidores con la manida frase de « las manos negras uribistas».

En todos los episodios que he descrito en el comienzo de este artículo, se ha comprobado fehacientemente la participación de las Farc, y por lo tanto, eximido de culpa al uribismo, en el caso de la inteligencia militar se comenzó por reconocer que era un centro establecido y por lo tanto conocido y permitido por el alto mando del Ejército, y terminarán por reconocer que allí se ejecutaban acciones de espionaje legales y no una confabulación contra los diálogos de paz dirigida por el Presidente Uribe. Este caso pues, constituye un alevoso ataque a la institución militar, que el Alto Mando no debe dejar pasar, de hacerlo estarían incurriendo en traición a la Patria. La actitud de los militares debe ser la de ACORE, establecida en un comunicado que publicamos hoy en esta página. Los militares retirados expresan publicamente el sentir de las Fuerzas, por que por disciplina los activos no pueden hacerlo, pero hay casos graves, como este de un ataque a la inteligencia militar, que amerita un pronunciamiento institucional de las Fuerzas Militares.

¿Porqué, entonces, esta extraña actitud del Presidente Santos en el tema de Seguridad Nacional? La razón es muy sencilla: las «manos negras» son la del Presidente traidor al mandato popular Juan Manuel Santos, quién es complice de las atrocidades de las Farc, porque tienen un acuerdo tácito que permitiría la reelección del Kerenski criollo como una primera étapa de la instauración del Socialismo del Siglo XXI en nuestro país. Para salvar la democracia colombiana, no queda sino una salida: votar masivamente en las próximas elecciones del 9 de Marzo por la lista encabezada por el Presidente Uribe al Senado y por sus respectivas listas a la Cámara, es decir votar por el Centro Democrático.

Director-Editor pensamientocolombia.org

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