Ganó la institucionalidad

Felizmente la pesadilla bogotana ya se acabó. Al ególatra, autócrata, representante del Socialismo del Siglo XXI, el Exalcalde Gustavo Petro, la justicia le dio su merecido castigo y sus leguleyadas en tribunales nacionales e internacionales y sus fanfarronadas frente a “multitudes” pagadas con el erario de los ciudadanos bogotanos, finalmente fueron derrotadas por el sentido común, el imperio de la ley y la sindéresis del Estado de Derecho.

El “vaudeville” escenificado a raíz de la sanción dictada por el Procurador fue solamente un paréntesis que alargó innecesariamente la penuria bogotana, pero finalmente se ratificó que en Colombia, a pesar de los pesares, si hay justicia, que la Procuradoría tiene la facultad (y obligación) de sancionar los funcionarios que cometan faltas en el ejercicio de sus funciones y que por lo tanto, ningún servidor público podrá pasarse por la faja las leyes de la República; en fin, que en nuestro país reina la institucionalidad, y que por mucho que quiera el farcsantismo y sus aliados ocasionales, como aquellos del M19 que quieren seguir ejerciendo la subversión por otros medios, no podrán doblegar al Estado de Derecho que se ejerce al amparo de nuestra Constitución.

Queda el acto final de esta tragicomedia petrista: que la ciudadanía bogotana se apreste a elegir un nuevo Alcalde. Tengo la intuición que los bogotanos ya escarmentaron, y que esta vez no se dejarán, una vez más, endulzar por los cantos de sirena de la demagogia socialista, disfrazada de  un populismo trasnochado que con tres Alcaldes del “poloprogresismo” ha demostrado que sirve para insuflar discursos de luchas de clases, pero en lo absoluto para favorecer el bienestar de los más desposeídos.

El Presidente Santos, al acatar el ordenamiento jurídico e institucional, hizo lo de siempre: querer quedar bien con todo el mundo. En efecto al acatar lo que ordena la Constitución, queda bien con las más de dos terceras partes de la población bogotana que quiere orden y eficiencia en la ciudad, es decir, que rechazaban al Exalcalde Petro. Pero con toda seguridad ya está planeando con los criminales de lesa humanidad de las Farc, que son los verdaderos mandamás de la izquierda colombiana (¿se fijaron que lo primero que va a hacer Petro es viajar a La Habana a recibir instrucciones al respecto?) qué hacer para impedir que un verdadero demócrata gane las próximas elecciones bogotanas, como lo hizo en el 2011, al postular tres peones de su cuadrilla (Luna, Galán y Parodi) como candidatos para impedir el triunfo de Peñaloza.

De manera pues que debemos estar muy atentos a las maniobras del farcsantismo en las próximas elecciones bogotanas, con toda seguridad van hacer lo imposible para impedir el triunfo de la democracia en la ciudad y pretender que Bogotá siga siendo la cabeza de playa del Socialismo del Siglo XXI en Colombia , mientras el Kerenski colombiano se prepara para entregarle el poder por completo a las Farc en el 2018.

Pienso (y espero que esto no sea un “wishfull-thinking) que los bogotanos ya aprendimos la lección y que no nos dejaremos inducir de nuevo a votar por el socialismo disfrazado de populismo, que no es más que corrupción e ineficiencia. Bogotá dirá no más Luchos, Morenos ni Petros, y como un solo hombre, desestimando las maniobras del farcsantismo, votará por un Alcalde que signifique honestidad, eficiencia y progreso para la ciudad, ese candidato ya lo tengo “in pectore” y se que muy pronto se dará a conocer su candidatura, apoyado por lo más granado de las fuerzas democráticas , las mismas que dijeron en alta y clara voz “Sí a la revocatoria, chao Petro”. Con esa elección, se podrá decir en Bogotá, a cabalidad: ganó la institucionalidad.

Director editorial pensamientocolombia.org.

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