CONDENAR LAS AMENAZAS TERRORISTAS EN CONTRA DE LOS SINDICALISTAS

El pasado jueves primero mayo precisamente en el día internacional de los trabajadores, el grupo terrorista de las Farc mediante su red urbana Antonio Nariño, en un comunicado declaró objetivo militar a dirigentes sindicales de la Confederación General del Trabajo CGT, por apoyar el paro agrario, diciendo “los cuales hoy se apropian disfrazados de dirigentes campesinos dentro de espacios creados por las verdaderas organizaciones que históricamente han sido la vanguardia de las luchas sociales de este país” por eso es curioso que en la gigantesca manifestación del primero de mayo que por lo menos llenó tres veces la Plaza de Bolívar en Bogotá y fue muy exitosa en Medellín, no vimos las tales vanguardias, en cambio si observamos que la CGT, se mostraba como la Central con mayor capacidad de movilización, sin que sus dirigentes se consideren el ombligo del mundo o la última coca cola del desierto.

Por lo anterior el gobierno nacional debe redoblar esfuerzos para proteger a los dirigentes sindicales, especialmente a los amenazados por ese grupo terrorista, dentro de los que se encuentra Julio Roberto Gómez, máximo dirigente sindical en Colombia y presidente de la CGT, también están siendo amenazados Nicolás Hernández y Jaime Cortez, Presidente y Secretario General de la Federación Nuevo Liderazgo Campesino, además Mario Cardona el presidente de la Acción Campesina Colombiana de la misma manera recibió amenazas, recordando que de acuerdo al Derecho Internacional Humanitario y a las leyes nacionales por causa del conflicto, los sindicalistas son del rango de persona protegida, siguiendo los convenios de Ginebra y sus protocolos.

Así que son inexplicables las amenazas, máxime cuando se está negociando en La Habana, el fin del conflicto entre el gobierno y la narcoguerrilla de las Farc, subrayando que las luchas sociales como el paro agrario que en estos días se realiza, no es propiedad de ningún grupo armado o partido político alguno, porque la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores solo les pertenece a sus protagonistas y ningún sector ajeno a esos movimientos se puede tomar abusivamente la vocería de la protesta, como lo pretende hacer las Farc.

Tampoco hay que olvidar que el marxismo leninismo, con bandas armadas como las Farc, han sido predadores del movimiento sindical en Colombia y ya desde la década de los setenta, asesinaron a varios dirigentes que no seguían sus instrucciones dentro de las organizaciones sindicales, siendo uno de los casos emblemáticos el de José Raquel Mercado presidente para ese entonces de la CTC, quien fue muerto por la guerrilla del M-19, sin olvidar que en muchas ocasiones algunos sindicalistas ideológicamente adversos a la guerrilla fueron muertos para que personas cercanas a los subversivos se tomaran la dirección de los sindicatos, dentro de la llamada combinación de todas las formas de lucha, que ha sido la estrategia terrorista para doblegar al pueblo colombiano, buscando principalmente con la vesania la toma del poder, para envilecer a las masas enajenándolas y adocénanosla mediante la fuerza bruta.

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