REELECCIÓN NON SANCTA

La reelección, como figura política, debe ser un premio a un buen gobierno y no una segunda oportunidad a uno mediocre, tal como ocurrió el pasado 15 de junio con quien fuera el presidente-candidato, a pesar de las cifras que demuestran que su gobierno no se ha caracterizado precisamente por ser digno de merecer este reconocimiento político.

Santos hizo de todo por conseguir su reelección. Movió cielo y tierra, se alió con sus antiguos enemigos, compró conciencias, incluso llegando aparentemente a límites poco éticos como lo sugieren algunas denuncias instauradas ante las autoridades correspondientes, en las que se habla de aparente compra de votos y sobrepaso del tope del presupuesto electoral de su campaña.

Después de haber promovido su reelección, ahora resulta que a Santos no le gusta esa figura. No haberlo dicho antes… En medio del circo en que convirtieron las pasadas elecciones presidenciales, me pareció raro ver a aquellos a quienes les parecía perversa la figura de la reelección en 2006, apoyar férreamente la reelección de Santos ¿Cambiarían de opinión o de intereses?

La reelección de Santos dio para todo. Lo que ocurrió por ejemplo durante la pasada jornada en la Costa Atlántica, en caso de ser verídico y legal, es digno de ser estudiado en las mejores facultades de Ciencias Políticas del mundo. Allí Santos aumentó su votación en más de un millón de votos entre primera y segunda vuelta. ¿Cómo lo hizo? Caso de estudio.

Santos es ahora un huracán de la política. Un huracán porque barrió con la decencia y los mínimos escrúpulos que aún le quedaban a este oficio. Después de lo que se vio en su campaña, creo que es difícil que un político se avergüence por algo.

Más lástima que los colombianos que vendieron su conciencia y sus principios para salir a votar, me producen aquellos que se dejaron comprar por la palomita de la paz. La paz por la que ellos votaron, solamente en la semana posterior a elecciones, nos deja el asesinato de un patrullero en Santander, tractomulas quemadas en una carretera de Yopal, un atentado contra el oleoducto en Norte de Santander, etc. Hechos que demuestran una verdadera "voluntad de paz" y que ya parecieran no indignar a muchos en este país.

Lo cierto es que Santos tendrá estos cuatro años unos seguidores (en su mayoría) por interés, y una oposición por convicción. Y aquí acuño una célebre frase de John F. Kennedy: "Se puede ganar con la mitad, pero no se puede gobernar con la mitad en contra".

Santos tendrá una oposición seria y juiciosa desde el Congreso de la República, que es respaldada por casi siete millones de colombianos que votamos por el Centro Democrático. Esperamos que nuestros derechos sean respetados y no se nos atropelle. Que Dios nos bendiga y que Dios bendiga a Colombia.

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