Una vez saldado el farragoso proceso de aprobación de la legislación en telecomunicaciones, el gobierno del presidente Peña Nieto intensifica las negociaciones con el PAN, su socio estratégico, para concretar en las próximas semanas la tan anhelada Reforma Energética.
Las dos bancadas han acelerado el proceso de discusión y aprobación de los cuatro dictámenes que integran el paquete de modificaciones al sector, con la expectativa de que se convoque a un periodo extraordinario tan pronto sea posible. El senador David Penchyna carga sobre su espalda la delicada labor de conducir el proceso en un ambiente polarizado y lleno de desconfianza.
Desde la aprobación de la reforma constitucional, el 18 de diciembre de 2013, quedo claro que la izquierda, tanto la parlamentaria como la cercana a López Obrador, se opondría frontalmente a cualquier intento por transformar la industria petrolera y la de electricidad, a través de la incorporación de capital privado.
Para el gobierno, la oposición absoluta de la izquierda a pactar cambios en esta materia, ha representado un reto de dimensiones gigantescas. Ante la imposibilidad de forjar un acuerdo tripartita, como varios que se gestaron en la “panza” del Pacto por México, el Presidente ha tenido que enfocar sus esfuerzos de manera exclusiva con el PAN, sabedor de que para avanzar, la derecha es el único socio disponible.
El PAN ha calibrado con cuidado la ventaja estratégica que le da su disposición a pactar con el PRI una serie de cambios que se vienen discutiendo desde el sexenio de Ernesto Zedillo. Conscientes de que su voto es insustituible han obtenido grandes beneficios en otros asuntos, destacando los temas político-electorales.
Es ampliamente conocido, que el partido en el gobierno tuvo que ceder a las exigencias de la derecha y modificar de fondo el sistema electoral vigente, a través de la transformación del IFE al INE, centralizando de facto la conducción de las elecciones en todos sus niveles.
Rumbo al proceso electoral de 2015, que dará inicio el 7 de octubre, la “ventana de oportunidad” para concretar la legislación secundaria en energía se reduce a un periodo, que va de julio hasta finales de agosto. Una vez que los partidos políticos “afilen sus cuchillos” en búsqueda de nuevas posiciones electorales, se hace virtualmente imposible discutir asuntos relevantes en el Congreso.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar los alcances de la asociación entre PRI y PAN en torno a los temas energéticos. El PAN ya no tiene excusas ni pretextos para incumplir con el compromiso de facilitar los votos necesarios para finiquitar la legislación pendiente. Todos los congresos locales han completado el ciclo de reformas electorales, cumpliéndose así lo que se había pactado entre ambos partidos.
No obstante de que el terreno se ve propicio para avanzar en lo energético, el PRD y sus aliados continuarán con las tácticas dilatorias que estén a su alcance, con el propósito de hacer tedioso el proceso. El camino ya lo conocemos, se aprobarán por la mayoría PAN-PRI los cuatro dictámenes, mientras la izquierda reserva infructuosamente todo el articulado, alargando las discusiones hasta horas inapropiadas.
BALANCE
Aprobar a la brevedad posible las leyes secundarias de la Reforma Energética es un paso indispensable en la ruta planteada por el presidente Peña Nieto desde su campaña. Con la colaboración del PAN, el país puede colocarse en una posición envidiable para los próximos años, detonando el crecimiento económico y generando mejores condiciones para el empleo.
El gobierno ha tenido que ceder en muchos temas de interés de la derecha, con tal de obtener los votos necesarios para avanzar en su agenda estratégica. Sin duda, ese intercambio valdrá la pena si la legislación que viene resulta atractiva para los capitales interesados en la materia. Al aprobarse la energética, termina el periodo de acuerdos entre el régimen y una parte de la oposición. Después vendrán las elecciones. Cada vez están más cerca.
Por vacaciones, esta columna volverá a publicarse hasta el miércoles 30 de julio de 2014.
Twitter: @pacoguerreroa65
