‘Suena’ como ministro a Néstor Humberto Martínez Neira y uno se asusta pues es inteligente, nada sagazmente en muchas aguas y siempre está en el lugar indicado para trepar.

Exitoso profesional salido de la clase media, es hábil brincando entre el servicio público y la asesoría de los “cacaos” del gran capital financiero.

Empezó como superintendente de Sociedades delegado, saltó a la vicepresidencia jurídica de la Cámara de Comercio de Bogotá, fue superintendente Bancario del gobierno Barco, miembro de la Junta Directiva del Banco de la República y luego, subgerente legal del BID.

Como tiene una posadera en el sector público y otra asesorando al gran capital, apoderó a los Gilinski en el multimillonario pleito contra el Sindicato Antioqueño por las acciones del Banco de Colombia.

Estuvo en la campaña presidencial de Ernesto Samper, logrando ser ministro de Justicia y, después, embajador en Francia.

De Samper cayó dónde su oponente, Andrés Pastrana, para ser ministro del Interior, renunciando cuando en el Congreso se iba a votar una moción de censura en contra suya.

Ha asesorado grandes negocios financieros como fusiones y compras bancarias. ¿Ejemplos? La adquisición de Corpavi por el Banco Colpatria, Megabanco por BanBogotá, Banco Superior por Davivienda.

Es asesor de Luis Carlos Sarmiento Angulo en negocios tales como la compra de El Tiempo y el trámite para que el grupo Aval transara sus acciones en la Bolsa de Nueva York.

Fue asesor del presidente Juan ‘Pa’ en el polémico proyecto de ley de baldíos para después ser abogado de los grandes capitalistas ‘emproblemados’ por comprar tierra en la altillanura, violando topes legales. Ha estado en todas, siempre con los poderosos.

¿Servirá como ministro alguien tan ‘amarrado’ al gran capital? No, su alma es de los “cacaos”.

¡Ah! En este país unos votan, otros aprovechan y después, “corran a sacar de la chistera otra “paz” y busquen otra doña Mechas”…