El Departamento Norte de Santander y el Estado Táchira son lugares poblados por ciudadanos pertenecientes a dos naciones hermanas, estrechamente unidos por vínculos de amistad y familiaridad, la cordialidad de sus habitantes hace sentir como en casa a quienes descubren este mágico territorio de frontera, pueblos típicos, aventura en la naturaleza, climas variados, ferias tradicionales, artesanía centenaria, magnifica gastronomía, fervor religioso, mayor comercio, industria pujante y un sinfín de opciones en diversión y entretenimiento para todos los gustos y presupuestos, esperaban a quienes nos visitaban y querían vivir una experiencia ilimitada.

Pero todo esto cambió desde que el Castro-chavismo asumió el poder en Venezuela, y Juan Manuel Santos se sumó al proyecto socialista del siglo XXI, ahora la frontera atraviesa  una grave crisis sin precedentes en la historia de la región: desempleo, inseguridad, contrabando, escasez de productos, devaluación del Bolívar, inflación, atropellos de los cuerpos de seguridad del lado venezolano a los turistas y compradores, y protección, seguridad y respaldo a guerrilleros y terroristas que tienen a Venezuela como zona de descanso y refugio.

En los últimos años se ha multiplicado el traslado hacia Colombia de alimentos y productos básicos, muchos de ellos importados y a precios controlados, y cuyo costo se multiplica hasta por 20 veces al ser pasado hasta el otro lado, la economía Colombiana también se ha visto afectada por el tráfico de mercancías, pues los productos son vendidos a precios que perjudican la producción Nacional.

En el encuentro entre Santos y Maduro en Cartagena de Indias, acordaron medidas para cerrar el paso en horas de la noche de Venezuela hacia Colombia y viceversa, y así frenar el contrabando, cuestión absurda que solo demuestra el más absoluto fracaso de los dos gobiernos en materia de control aduanero y de sus políticas diplomáticas, que en vez de frenar el contrabando, favorecen a las mafias que lo practican, y que ya penetraron las estructuras de los dos gobiernos con la complicidad de algunos altos funcionarios civiles y de la Guardia Nacional venezolana.

El factor que influye más en el tráfico ilegal hacia Colombia es la diferencia cambiaria, toda vez, que la mayoría de los alimentos y productos básicos en Venezuela están estimados a tasas oficiales de entre 6,30 y 11,00 bolívares por dólar, mientras que en el mercado negro el dólar supera los 70 bolívares, y la frontera entre los dos países abarca 2.219 km y como la mayor parte la Guardia Nacional está ocupada persiguiendo a los estudiantes o cuidando funcionarios públicos, los asignados a la frontera permiten el paso del 40% de los productos básicos que se envían para la zona, y miles de litros de gasolina, equivalentes a pérdidas para Venezuela según informe del propio gobierno de 3.650 millones de dólares anuales.

Con la medida tomada el gobierno de Venezuela viola la Constitución Nacional, que señala en su artículo 50: Toda persona puede ausentarse de la República y volver, traer sus bienes al País y sacarlos, los venezolanos y venezolanas pueden ingresar al País sin necesidad de autorización alguna, y ningún acto del poder público podrá establecer la pena de extrañamiento del territorio Nacional contra venezolanos o venezolanas. Por lo tanto el gobierno de Venezuela está violando nuestros derechos y afectando el libre tránsito de los habitantes de la frontera más dinámica de América del Sur.

Con esta descabellada medida tomada por Santos y Maduro los pobladores de tan importante sector de los dos Países, no podrán prestar ayuda a sus parientes residentes en los dos lados que requieran de atención médica y hospitalaria en horas de la noche, los trabajadores de empresas formales o informales que cumplen horarios nocturnos perderán sus empleos, los miles de estudiantes de Universidades que se ven obligados a cumplir sus horarios de clases y coinciden con las  horas del cierre perderán sus materias y hasta el semestre, los viajeros que su transporte por tierra o por avión  lleguen en los horarios del cierre sufrirán las consecuencias de la arremetida que contra la frontera implementaron los dos gobernantes; En definitiva más pareciera que Santos y Maduro se reunieron fue para hablar de la paz y un mejor trato con los terroristas de las FARC, y planificar el atropello y el maltrato a la población trabajadora y estudiantil de la frontera Colombo- Venezolana.