Los uribistas de ayer

El deplorable debate del miércoles en el Congreso en contra de la oposición, representada por el senador Uribe, demostró que este país no tiene coherencia ni memoria. El tema de este era supuestamente demostrar los lazos del paramilitarismo con la carrera política del expresidente Uribe. El senador Cepeda, promotor de este, salió con un chorro de babas, instaurando, como prueba reina de su argumentación, un cartel de feria taurina que incluía a rejoneadores de dudosas proveniencias y narcos junto a Uribe. En fin, un show mediático lamentable, sin fundamentos y en contravía de la reglamentación parlamentaria.

Siendo uno admirador o no del expresidente Uribe, debe sorprender que tras todo este circo y andamiaje de lucha política, algunos senadores se destaquen por tener un cinismo aplastante, acusando hoy al expresidente Uribe de los peores males de este país, cuando ayer fueron sus principales porristas.

El primero fue el senador Galán, quien hace poco andaba rogándole a Uribe por un cargo diplomático en Londres, y hoy despotricándolo. Si fueran verdades sus críticas, ¿por qué entonces participó como alto funcionario de su gobierno?

El segundo fue el senador Rodrigo Lara, quien dijo que Uribe no se habría apartado suficientemente de los narco-paramilitares que mataron a su padre durante su carrera política. ¿Por qué no se lo dijo antes en Palacio cuando fue, ni más ni menos, el zar Anti-corrupción de Uribe?

El tercero fue el senador Mauricio Lizcano, quien hace poco tiempo decía lo siguiente: “Tengo que reconocer que quien me invitó a ingresar a la Cámara, por Caldas, fue el presidente Uribe, a mis 25 años… Tengo un compromiso de lealtad y de gratitud porque logró la liberación de mi hermano, en cierta parte la fuga de mi padre, que se dio gracias a una estrategia que se desarrolló en esa zona, y porque me invitó a participar en política y por los resultados de la seguridad democrática”. Hoy, con todo el tupé del mundo, se le enfrenta al expresidente tildándolo de los peores calificativos.

Finalmente, la que más pretende ser puritana, la senadora Claudia López, quien fue durante dos años asesora del ministerio de Vivienda durante el gobierno de Uribe, se fue –sin titubeos– en ristre contra él. ¿Qué legitimidad existe?

Estos son solo algunos casos ejemplarizantes, siendo la mayoría de los congresistas unos vendidos del Gobierno de turno, costumbre heredada del Frente Nacional. Muy hipócritas criticando hoy a Uribe cuando ayer fueron sus más interesados acólitos. Como dijo el senador Robledo durante el debate, todos estos políticos que hoy critican a Uribe fueron los mismos que se unieron a él cuando estuvo en el poder, comenzando con Santos, que fue su ministro de Defensa, y que si no fuera por Uribe ninguno de ellos hoy en día estaría en el poder: “Santos no hubiera ganado siquiera la Alcaldía de la ciudad de hierro”.

@QuinteroOlmos

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