Los acuerdos de La Habana VI parte

Veremos hoy el tema del acceso a los medios de comunicación; acuerdo mediante el cual el gobierno (como de costumbre), se compromete a abrir nuevas convocatorias para adjudicar nuevas emisoras de radio comunitaria con énfasis en las zonas afectadas por el conflicto, es decir, que se pretende seguir adoctrinando a los habitantes de las pretendidas zonas campesinas con sus propios medios de comunicación, para fortalecer las “repúblicas independientes” que tanto han añorado las Farc. Fuera de lo anterior, se compromete el gobierno a abrir espacios de participación en las emisoras y canales institucionales y regionales, siguiendo el libreto de Antonio Gramsci, filósofo marxista, quien estudió el tema de la “Revolución Pasiva”, cuya principal hazaña consiste en la toma del poder, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación, para que la clase dominada, se convierta en la clase dirigente y ejercite el poder político y se convierta en una clase hegemónica, es decir, la dictadura del pueblo.

Fuera de lo anterior, el gobierno se compromete a financiar la producción y divulgación de contenidos relacionados entre otros con la “justicia social”. Si hoy en día se hace apología del carnicerito de la cabaña (che Guevara) y otros íconos de la revolución comunista en emisoras culturales y universitarias, no me imagino en el futuro, escuchando la vida y obra del camarada Tirofijo o del héroe de la patria Mono Jojoy. Para el cabal cumplimiento del acuerdo sobre participación, se estipula la creación de veedurías a las cuales deberá el gobierno presentar “rendición de cuentas”.

Con el fin de promover el acceso al sistema político se compromete el gobierno a eliminar el umbral para acceder al Congreso de la República, el cual se cambiaría por el número de afiliados. Se habla de un período de transición de ocho años, lapso en el cual se le darían gabelas a los movimientos o partidos políticos que irrumpan por primera vez en el escenario político, como financiación y divulgación de programas. Confieso que a mí me dan ganas de crear el movimiento MIAU (Movimiento Independiente Antipolítico Universal), con la seguridad que podría subsistir durante ocho años, así sólo me sigan tres gatos. Se prevé también una cedulación masiva, sobre todo en zonas de conflicto, porque esos voticos amarrados no se pueden perder. Y una perla final: “El gobierno se compromete a crear un total de X circunscripciones transitorias Especiales de Paz (con financiación especial), para un total de X representantes a la Cámara de Representantes, de manera temporal por X períodos electorales”. Los partidos que cuentan con representación en el Congreso, no podrán inscribir candidatos para esas circunscripciones. Ese cheque en blanco me parece bien particular, por decir lo menos, usted juzgue. Un feliz día y mucha prosperidad.

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