El poder de la provincia

Colombia reclama gobernantes que sean sinceros y honrados, que hablen con la verdad, que no vendan ni entreguen sus ideales, que tiendan la mano a quienes más lo necesiten y que no utilicen el poder para inclinar la justicia al servicio de la persecución política, de la indecencia y de la corrupción, porque dentro del País como desde afuera, observamos con seria preocupación la falsedad del gobierno en el interés real de conseguir la paz, cuando las Farc incrementan la violencia, no renuncian a los ataques y asesinatos de servidores públicos, no entregan las armas, no reparan a las víctimas y no dicen la verdad mientras el gobierno calla.

Nos parece inaceptable que el presidente Santos sea especialmente blando con los terroristas y con los delincuentes vinculados a los factores de izquierda y duro e implacable con ciudadanos que levantan banderas de lucha en defensa de la Nación, pareciera estar inventando una nueva justicia, ahora los bandidos se convertirán en calificados dirigentes, serán Representantes y Senadores ante el Congreso Nacional, serán los nuevos líderes de la República y las personas decentes y honorables serán denunciadas para someterlas al escarnio público.

Juan Manuel Santos no ha sido un buen presidente porque permite desigualdades en el acceso a la salud, a la justicia, a la educación, a la vivienda, al crédito, a la pensión, tiene abandonados a los damnificados, a los estudiantes, a los familiares de las víctimas del terrorismo, a los campesinos, a los habitantes de la frontera y a los que no han tenido la suerte de recibir un crédito o un empleo formal y hoy son más pobres por culpa de su mala gestión.

Pero llegó la hora de la provincia, en el mes de Octubre elegiremos: Concejales, Alcaldes, Diputados Departamentales y Gobernadores, seremos testigos del renacer de una esperanza con la participación del pueblo, levantaremos las  banderas de la oposición democrática que es como decir un nuevo liderazgo proactivo, optimista y esperanzador, bajo la conducción valiente, entusiasta y plena de fe en el porvenir del presidente Álvaro Uribe y el Centro Democrático.

La provincia tendrá dirigentes que no le teman al trabajo por sus vecinos, que no se instalen en los cargos para ponerse al servicio de la corrupción, que acaben con la indolencia, que no se presten a cometer acciones inconfesables por vergonzosas y que por el contrario tengan visiones audaces y renovadoras, que enfrenten los graves problemas de inseguridad, salud, vivienda, vialidad y muestren con buenas acciones el talante que les asiste para trabajar como buenos ciudadanos.

Son muchos los pasos que se tienen que dar desde los Municipios y Departamentos y demasiadas las cosas que se tienen que hacer para suplir las faltas del gobierno Nacional, pero desde esa trinchera y con la convicción de lo que es correcto, acompañados de la mano del presidente Uribe se impondrá el poder de la provincia y lograremos con votos  una gran victoria, que se convertirá en la mejor fortaleza para avanzar en el camino correcto, que nos permita alcanzar el cambio que reclama a gritos el pueblo Colombiano.

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