Leamsy Salazar y el desastre venezolano

Las niñas venezolanas no pudieron escoger esta Navidad entre la amplia gama que ofrece el mundo libre de muñecas como una Barbie, la Lalaloopsy, una conejita o una cosquillosa, y han tenido que conformarse con soñar con Miami, porque la carestía, la inseguridad y las largas colas para conseguir harina de maíz para hacer un puñadito de arepas, no se lo sopla ni patriotas como Concepción Mariño ni Manuelita Sáenz.

Una de las preguntas que me he hecho siempre es, ¿por qué Chávez escogió al más incapacitado de los que lo rodeaban para sucederlo? ¿Por su fidelidad? No lo creo, en aquellos tiempos jamás Chávez enfrentó el más mínimo reto a su autoridad. Después, llegué a la conclusión que Chávez escogió a Maduro porque Diosdado era demasiado independiente, tenía muchas ambiciones y demasiado poder dentro de cierta cúpula militar que son los que en realidad gobiernan.

Lo mismo pensó Cuba, por lo que hoy concluyo que su gran pecado fue que no era visto con buenos ojos por el régimen cubano, y en Caracas, aunque pueda lucir una película de ciencia-ficción, quien manda es La Habana, aunque irónicamente, Venezuela produce un millón de barriles diarios de petróleo mientras que en la última zafra Cuba produjo 1.8 millones de toneladas de azúcar, el mismo volumen que en 1902. ¿Esto cómo es posible? No pierdo el tiempo opinando sobre calendas griegas, de esto que se ocupen los historiadores, prefiero concentrarme en Venezuela.

Hay nuevos paquetes de barajas sobre la mesa porque la política en fin de cuentas es un juego donde todas las cartas están marcadas.

Y me refiero a la deserción del capitán de la Armada Leamsy Salazar. Perteneció al primer anillo de seguridad de Chávez y este tuvo especiales palabras de elogio públicas sobre su fidelidad y comportamiento revolucionario. Muerto el gran líder del Socialismo del siglo XXI formó parte de la guardia personal de Diosdado, desertó en diciembre después de su boda, partiendo en un viaje hacia las Bahamas y luego a España, pero está hoy pasando una tórrida y apasionada luna de miel no con su esposa sino con un grupo de agentes de la DEA es en Washington, donde reapareció acusando al jefe de la Asamblea Nacional de ser el jefe del Cartel de los Soles de las drogas, al cual pertenece una importante cúpula de la jerarquía militar de Venezuela.

El presidente Maduro, en apresuradas declaraciones públicas, defendió a su enemigo Diosdado, pero surge una pregunta lógica: si el inicio de las conversaciones entre Leomsy y la DEA duraron un largo tiempoes muy posible que el gobierno no estuviese al tanto de la “traición’ de Leomsy porque Maduro es un fantoche que estuvo en algo mucho más importante, el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana que duraron 18 meses, jugando el triste papel del pescado en tarima, con los ojos abiertos y sin ver absolutamente nada. ¿Pero es posible que La Habana con los infinitos tentáculos de información que tiene en la patria de Bolívar pudiera ignorar la posible próxima deserción del ex capitán de la Armada venezolana?

En Washington, Willian Brownsfield, el político de más alto rango en antinarcóticos del Departamento de Estado, dijo que hay importantes pruebas que algunos miembros del gobierno venezolano han sido corrompidos por el narcotráfico y que el informe en que se menciona a Salazar “no es incongruente con esa narrativa. Es lo más que puedo decir”.

Estamos en los inicios de algo que tiene filo, contrafilo y punta. Es probable que al fin de esta saga la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York presente cargos de narcotráfico acusando a Cabello de ser un capo del tráfico de drogas, lo cual punto menos que será inhabilitarlo políticamente no frente a un chavismo enloquecido y fanático sino frente a la opinión pública mundial, prostituta de tomo y lomo pero que cuenta.

No intento inventar pero si fabular sobre el tema, algo que es importante en el oficio del periodismo: ¿es posible que Washington se hubiera aliado a Cuba para destruir a Diosdado, un enemigo jurado de La Habana y Washington que representaría para ambos un problema? Si pierde el poder Maduro, el cual está en el pico del aura inevitablemente, como corresponde constitucionalmente tomaría el poder el presidente de la Asamblea Nacional.

¿Habrá entre la CIA, la DEA y la Seguridad del Estado de Cuba una cooperación de inteligencia y contrainteligencia para eliminar a un enemigo molesto para ambos países? No me sorprende, lo hizo Washington en 1959 con la “Conspiración Trujillista” y lo volvió a hacer recientemente en el caso de Santiago Álvarez.

En este artículo nada afirmo, pero sí aludo, porque en política las cosas más absurdas, extravagantes y psicodélicas, ocurren.

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