Se veía venir

¿En qué terminará la historia de traición cuando Santos lleve a la arena a Uribe".

¿Por qué se tardaron tanto? Tal vez esperaban un momento propicio para lo que se veía venir, el ataque siniestro contra Álvaro Uribe Vélez.

¿Y cómo no? Aparte de ser el único presidente que sale de su mandato con una inmensa popularidad, la sigue manteniendo, cosa que no le perdonan los mediocres.

Ya veremos a los contendores en la arena porque el expresidente Uribe dará la batalla. Y se vendrán en gavilla sus enemigos, entre ellos los que salieron con el rabo entre las piernas cuando quisieron hacerle un ilegitimo juicio político en el Congreso.

Uribe va a enfrentar a uno de los personajes más siniestro de la historia de la ignominia en Colombia, un Fiscal que parece un personaje novelesco -tal vez el Gran Inquisidor, que en páginas magistrales retrata Dostoievski, sea su modelo y maestro, o por lo menos lo pareciera- y a los cabecillas de las FARC en Cuba y sus cuadros políticos en Colombia mostrando sus garras. Pero también estarán las Cortes acompañando al señor Fiscal y los politiqueros de turno querrán saltar sobre la presa como hienas mientras los medios se deleitarán con semejante plato, mientras nuestro ‘emperador’ mirará desde el palco de honor atento a mostrar su pulgar hacia abajo cuando llegue el momento.

Este episodio de nuestra triste historia me lleva a un momento del pasado recreado por Ridley Scott en la película Gladiador en la que relata cómo el general Máximo fue llevado finalmente al Circo Romano luego de vivir una serie de infortunios que se iniciaron con una traición.

Cómodo, hijo del emperador Marco Aurelio, o del fruto de un amorío entre su madre Faustina la Menor y un gladiador, al enterarse de que el Sabio, como apodaban a Marco Aurelio, pretendía dejar el imperio en manos de Máximo al haber dado muestras de su integridad en el campo de batalla, lo asesina con sus propias manos y ordena la muerte de Máximo, su mujer y su pequeño hijo. Máximo sobrevive y termina como gladiador.

Cuando llega Máximo a Roma llevaba consigo un inmenso prestigio por su valor en la arena, el que se había ganado con el único fin de poder estar cerca de su enemigo y buscar justicia.

Cómodo, enceguecido por la envidia, reconociéndose muy inferior a Máximo y sin el amor del pueblo del que goza su rival, decide hacer un espectáculo en donde le dará muerte valiéndose de artimañas, creyendo que con eso ganará el favor, que nunca ha tenido, de los romanos.

Aunque la película es una ficción parte de algunos personajes históricos y vemos que no exagera el guionista con el retrato que nos propone de Cómodo, al leer esta descripción hecha por el historiador Dión Casio quien lo conoció de cerca: “Cómodo no es de naturaleza malvada pero, por el contrario, es el hombre menos honesto que jamás ha vivido. Su gran simplicidad, unida a su cobardía, le ha hecho ser esclavo de sus compañeros. Las malas influencias le han hecho desviarse del camino del buen hacer y, al principio por su ignorancia y al final por la creación de una segunda naturaleza, han hecho que sus actos crueles y lujuriosos se hayan convertido en un hábito”.

Quienes hemos visto la película conocemos su emotivo final, y los que en este momento presenciamos el circo que ha montado nuestro ‘emperador’ nos preguntamos en qué terminará la historia de traición cuando Juan Manuel Santos lleve a la arena a Álvaro Uribe.

Pobre el país al que consideran tan pobre de espíritu como para montarle semejante espectáculo. Con ello removerán las fibras más ocultas de su orgullo y levantará su voz para oponerse a tamaña infamia.

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