Un descarnado editorial

DESCARNADO, ese es el calificativo más apropiado para evaluar el resonante editorial que publicó el pasado martes el prestigioso New York Times -un diario moderado- en el cual hace un análisis del gobierno de Venezuela y la feroz represión con la que se persigue allí a la oposición. A diferencia de gran parte de la prensa de Hispanoamérica, el periódico estadounidense llama las cosas por su nombre y se sale de las medias tintas en las que suele moverse el comentario editorial de nuestra región. Advierte que la hipótesis de una presunta conspiración internacional de derecha contra su gobierno, argumento que utiliza el presidente venezolano Nicolás Maduro para descalificar a sus contradictores y acusarlos de pretender derrocarlo, no es sino un pretexto para “encarcelar a líderes de la oposición y reprimir la disidencia”.

El influyente diario también denuncia el turbio proceder de los comandos que sin orden legal de captura detuvieron al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, así como el ilegal  encarcelamiento del jefe de la oposición, Leopoldo López, al igual que las delirantes acusaciones a los gobernadores independientes y las instituciones que de manera legal controla la oposición.

Igualmente descalifica el rotativo las declaraciones del gobernante venezolano sobre un imaginario eje en su contra conformado por Madrid, Washington y Bogotá. Lo mismo que refuta las declaraciones de la ministra de Relaciones Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, quien denunció ante la comunidad internacional un supuesto plan de golpe de estado contra Caracas, que incluía hasta ataques aéreos a objetivos gubernamentales y con una grave afectación de la población civil. Para el NYT todo lo anterior no es más que un desesperado esfuerzo de Maduro para esconder su inmensa responsabilidad en el despiporre político-económico de Venezuela. Y lo confronta el editorialista al señalar que se trata de “una estrategia de desviación de un estadista maniático, incapaz de hacer frente al pésimo estado de la economía de su país y la calidad de vida, que se deteriora rápidamente a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo”.

Concluye el prestigioso diario con un análisis de las contradicciones y la tendencia a la dispersión y al fulanismo de la oposición venezolana, en contraste con el bloque oficialista que rodea al gobierno y lucha con desesperación por impedir que la crisis económica produzca un levantamiento popular. Cuestiona el rotativo la estrategia opositora por estar “mal organizada y no ser capaz de movilizarse en contra de Maduro” por “diferencias ideológicas” que impiden “la mejor estrategia para lograr un cambio político”. Les conmina, por último, a unirse y “articular una alternativa atractiva y viable al gobierno autoritario y errático de Maduro, que les  daría a los votantes una manera de sacarlo del poder a través de las urnas”.

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