Venezuela, un año después

Un año después de las protestas populares que estremecieron al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, estudiantes opositores volvieron a lanzarse a la calle este jueves.

Las autoridades movilizaron sus efectivos para contener las manifestaciones. En la ciudad de San Cristóbal hubo enfrentamientos con los uniformados, que dispersaron a los estudiantes con gases lacrimógenos. El régimen dijo que hubo un herido leve, pero los medios informativos locales afirmaron que hubo más heridos y también detenidos.

En Miraflores no se sienten muy felices con el derecho a la libertad de expresión, reunión y protesta pacífica cuando intentan ejercerlo los del bando opuesto. Los chavistas que marcharon por el centro de Caracas para celebrar el Día de la Juventud no tuvieron tropiezos con las autoridades.

Las protestas que se extendieron el año pasado por todo el territorio venezolano como un incendio en la pradera dejaron un saldo de 43 muertos y cientos de heridos y arrestados. Entre los detenidos está el líder opositor Leopoldo López, que el próximo día 18 cumple un año de encarcelamiento sin que se le haya dictado sentencia, atrapado en un lento y arbitrario proceso judicial.

Los crímenes cometidos el año pasado aún siguen impunes. Pese a las promesas del gobierno, los perpetradores no han ido al banquillo de los acusados. A este paso, no irán jamás.

Las causas que detonaron las protestas públicas de febrero del 2014 siguen siendo las mismas de las marchas de este jueves. La profunda crisis económica, la inseguridad ciudadana y la escasez de productos básicos se mantienen o se han agravado. Entretanto, se multiplican las denuncias de corrupción en las esferas oficiales. Maduro no acierta una; Venezuela se ha convertido en un país disfuncional que rueda cuesta abajo por un barranco de venalidad e ineficiencia. La pobreza sigue siendo un azote insoportable.

La líder opositora y ex diputada María Corina Machado afirmó este jueves que más del 80 por ciento de los venezolanos claman por “un cambio profundo”. Y señaló que su llamamiento del año pasado a tomar la calle fue y sigue siendo “estrictamente pacífico” para lograr una “transición a la democracia”.

Un año después de las protestas populares que fueron reprimidas violentamente, la situación económica y social en Venezuela ha empeorado. Maduro no puede seguir ignorando el desastre nacional y desoyendo la voz del pueblo. La nación exige un cambio radical.

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