Los 50 temas de Uribe y las ‘coincidencias’ gubernamentales con la paz Salvadoreña

“Después de firmada la paz, comenzó la otra guerra que no vimos venir." Joaquín Villalobos, antiguo jefe del FMLN, El Salvador.

El objetivo del análisis de la carta del ex presidente Álvaro Uribe Vélez dirigida al Procurador Alejandro Ordóñez Maldonado es confrontar los 50 temas propuestos con las inconsistencias de los razonamientos expuestos por parte del Gobierno y las Farc alrededor del proceso de paz, y las críticas confrontadas, con el propósito de evitar las presiones mediáticas que llevan a la estandarización y al conformismo en relación con una decisión que involucra a las Farc y el futuro del país, QUE NO QUEREMOS VER ASIMILADO A LA EXPERIENCIA SALVADOREÑA. Por lo tanto, buscaremos entender cómo reconocer, mitigar o evitar los distintos engaños de pensamiento a los que somos sometidos en nuestra cotidianeidad política, mediante el enunciado claro de los temas fundamentales en la respuesta al Procurador y cómo asumirlos para llevarlos a la práctica en bien del país.

La carta de Uribe es un texto de 1532 palabras y 21 párrafos. He logrado identificar en su escrito 50 temas que merecen ser estudiados en profundidad, verificados, porque de ellos dependería la futura sostenibilidad de la paz. De esos temas El Tiempo y El Espectador destacaron, la prolongación de los diálogos; y los otros 49 los descartaron sin mayor comentario. (Marzo 16/15) Por su parte, María Jimena Duzán en una supuesta “Carta al expresidente Uribe” (Semana, Edición 1715), desconociendo lo que respondería Uribe al Procurador, se refiere desde su manifiesta antipatía, que ella llama ‘detector de percepciones,’ a unas generalidades de lo que ha ocurrido en otros escenarios. Por lo que MJD debe mandar a revisar su ‘detector,’ pues nada de lo que dijo es relevante en relación con las realidades concretas que expone Uribe.

Mi posición en relación con Uribe. Para el análisis no lo considero como expresidente, senador, político, es decir, como una figura de autoridad, que es la norma política, pues dificulta una evaluación objetiva. Lo considero como escritor de un texto y lo considero un ‘asesor nacional de paz’ cuyo cliente es el país; así como asesores tienen las Farc y el Gobierno. De este último, que supuestamente nos representa, no conocemos el diagnóstico de la enfermedad. Solamente sabemos de un carnicero que provocó ‘un baño de sangre.’

Con el asesor no se polemiza; se le escucha para tomar decisiones según el leal saber y entender de cada quien, como cuando se va al médico. Eso es actuar como un adulto. Desafortunadamente la ‘asesoría’ de Uribe se toma como pronunciamiento político. Yo me he cambiado el sombrero para pensar de otra manera.

¿Por qué lo llamo asesoría? Porque el tono hace la canción. Cómo se dicen las cosas hace que veamos realidades que están allí, o que no las vemos, o rechacemos. El estilo epistolar puede impedir la lectura temática que es en realidad lo que nos interesa.

La pericia de Uribe en la conducción del Estado hasta llegar a rescatar a Colombia de un posición de inviabilidad; su manera efectiva de comunicación con la gente; cómo produjo resultados a través de una estrategia política realista; cómo fue capaz de venderla (marketing), cómo creó una posición de liderazgo respetable, etc., lo han llevado a que HOY, en el 2015, se le llame desde diferentes lugares del planeta, COMO ASESOR, no como senador. En términos prácticos, su conocimiento especializado sobre el país sería equivalente al de un Ph. D. en ciencias políticas, razón por la que lo llaman de centros de estudios internacionales.

Propongo entonces una lectura comparativa entre los 50 temas señalados por Uribe en su carta con el proceso de paz salvadoreño, su postconflicto y el período de transición en el que todavía están. Subrayo puntos coincidentes que generan debate. Ver Grupo de Trabajo sobre el Post Conflicto – Fundación Ideas para la Paz – Universidad de los Andes Documento preparado por Natalia Vesga UNA SOCIEDAD EN ARMAS El Post-Conflicto en El Salvador.
Los siguientes son los temas de Uribe: 1. Causas del deterioro de la seguridad. 2) Error al igualar terroristas y militares. 3) Solución judicial para militares. 4) Falsedad de la aceptación del ‘derecho de insurrección.’ 5) Aumento de delincuencia. 6) Liquidación de redes de apoyo a la seguridad. 7) Alianza de guerrilla y BACRIM. 8) Condiciones para la elegibilidad política de la base guerrillera de las Farc. 9) Cárcel y reducción de penas para crímenes atroces, sin elegibilidad política 10) La impunidad como generadora de violencia. 11) Las oportunidades despreciadas de Iván Márquez y Braulio Herrera. 12) La impunidad le niega a las víctimas reparación. 13) Entrega de la fortuna de las Farc para reparación de víctimas. 14) Entrega y destrucción de armas. 15) Rechazo al terrorismo armado en actividad política. 16) Incitación del terrorismo a la invasión de tierras. 17) Incitación al cultivo de coca. 18) Incitación al control ilegal de áreas. 19) Amenazas al Centro Democrático en procesos electorales. 20) La extorsión y el asesinato. 21) Confrontación del cese unilateral con la delincuencia probada de las Farc, lo que es una burla. 22) Limitaciones a la democracia. 23) Limitaciones a la iniciativa económica privada. 24) Acciones del terrorismo aceptadas por el Gobierno. 25) Amenazas a los empresarios del campo y fuga de empresas al exterior. 26) Falta de políticas de emprendimiento. 27) El campesino abandonado a los feudos del terrorismo. 28) Comportamiento mediocre de la economía. 29) Expectativas de un supuesto gobierno de transición. 30) La legalización del narcotráfico. 31) Reclutamiento de menores. 32) Los delitos comunes convertidos en delitos políticos. 33) La parálisis de la aviación militar. 34) Dispensa de crímenes atroces ante la CPI. 35) Gestiones y negación del Gobierno Santos ante el de los EE UU para liberar a un terrorista. 36) La impunidad generalizada para perdonar a los malos. 37) El fracaso de dicha estrategia. 38) La democracia no pacta con el terrorismo. 39) El terrorismo como causa del atraso. 40) La ficción de la firma del tratado como panacea universal. (Ver cita de Joaquín Villalobos y profundizar sus denuncias) 41) La indefensión de la democracia y la iniciativa privada frente al Gobierno. 42) La realidad del terrorismo hoy. 43) Las dificultades de determinadas exigencias. 44) Prolongación del tiempo de conversaciones en favor de acuerdos beneficiosos para la democracia. 45) Paciencia en el diálogo y garantía de cesación verificable de violencia. 46) Ubicación geográfica con veeduría internacional. 47) No dejación de armas mientras dura el proceso, pero entrega al final. 48) Cuantificación del tiempo que dure la concentración para ser descontado de la condena carcelaria. 49) Comisión de estudios del CD para el proceso de paz. 50) Información para miembros de la Comisión de Paz.

Cuando la oposición se ha referido a cada uno de los temas anteriores, Santos los niega refiriéndose a ellos como ‘mentiras’, lo que es sencillamente una estrategia infantil, un irrespeto, que ahora pretende remediar ante la Comisión de Paz. Por el contrario el Centro Democrático invita al ejercicio del pensamiento crítico que exige claridad, precisión, equidad y evidencias, ya que intenta evitar las impresiones particulares. En este sentido, se encuentra el CD relacionado con el sano y adulto escepticismo político para la detección de falacias que debe ser la actitud y posición de un ideario político responsable.

Cada uno de los temas propuestos debe buscar: ¿Cuál es la intención política pública de quien lo expone, sustenta, explota, controvierte, estudia, o evade? ¿Cuáles son sus fuentes? De esa manera sabremos si se le otorga o resta credibilidad. Pero, por otra parte, ¿Qué interferencias o intereses adicionales se identifican en relación con el tema, que se exponen como estrategias de desinformación, o se ocultan como agenda no escrita como parte del contexto y que explicaría ‘el trabajo sucio’? La visibilización de la agenda oculta es el indicador de éxito real sobre el asunto. Esas son las dificultades del diálogo habanero.

En un juego político o en una negociación adulta, el explicitar la agenda oculta no quiere decir que seamos negativos para buscar defectos y fallas en el otro. Tampoco se trata de cambiar la forma de pensar o remplazar los sentimientos y emociones del contradictor. Un cáncer no se cura, si no se expone toda su dramática realidad; es decir, no se cura con pañitos tibios. Se trata de llevar al paciente a que salga de su resignación de víctima, o de bobo útil, y se convierta en un colaborador realista de la solución.

Invitar a Uribe a que se fume la pipa de la paz con Santos, o se tome un tinto para que seamos amigos, se me hace una solemne tontería comparable a tratar el chikunguña, que está acabando con el país, con receticas de acetaminofén y cascaritas de mango. Los 50 temas de Uribe no son las variaciones sadomasoquistas del Señor Grey, aunque algunos temas duelan.

En relación con la violencia, como una enfermedad que nos agobia, ha habido historias, procesos de paz fallidos, incertidumbres políticas en cuanto a la solución real, problemas de implementación de soluciones sociales, problemas en los procesos de atención debida ante las injusticias. Yo tomo lo de Uribe, asesor, como una prognosis política cuyo juicio clínico se basa en hechos que él ha vivido y de los que somos testigos. Se trata de ser realistas, no amigos. Sin embargo, si de buena fe, sin agendas ocultas, vamos constatando que el pronóstico de esa realidad violenta es acertado en relación con el futuro que le espera al país, si hacemos un mal negocio con las Farc, a lo mejor una amistad sea posible.

Los 50 temas de Uribe han sido manoseados por la prensa por lo que no se puede vislumbrar su importancia en relación con las ‘coincidencias’ del libreto salvadoreño. Para el lector que quiera evadir la superficialidad de los medios valdría la pena que estudiara lo que decían en el 2003 los expertos, como un marco de comparación con lo que pueda estar sucediendo en La Habana; lo que ocurre frente a nuestros ojos, pero no podemos catalogar, con el resultado de una desorientación paralizante de la opinión pública, por lo que recomiendo la lectura de El laberinto colombiano – propuestas para la resolución del conflicto por Ángel Rabasa, Peter Chalk, Universidad Externado de Colombia, 2003. Los 50 temas de Uribe ayudan a comprender los problemas del modelo salvadoreño, allí expuesto, que se pretende implantar en el proceso de paz.

Ojo a lo que sigue relacionado con esa ‘paz. En el 2003 los autores vislumbraban varios escenarios para Colombia, como hipótesis de trabajo serio, pues así nos veían desde el extranjero en relación con el conflicto interno. El escenario que actualmente sigue Santos es, obviamente, el N° 1) Acuerdo de paz exitoso, siguiendo el modelo salvadoreño, que comprende: a) incorporación de antiguos insurgentes al proceso político (Acuerdo 2); b) adjudicación del poder político mediante la disputa electoral (Acuerdo 2) ; c) gobierno de transición para la ejecución de los acuerdos básicos de paz con verificación internacional; (Pendiente) d) dejación, entrega de armas y desmovilización; (Dudoso) e) reducción y reestructuración de FF AA circunscritas a la defensa externa; (Propuesto. La Silla Vacía preguntó en agosto 8 de 2014 ¿Cómo debería ser la transformación de las Fuerzas Armadas en el posconflicto?) f) reubicación de oficiales violadores de derechos humanos (impunidad discutible); g) disolución de la Policía Nacional, remplazada por una Policía Nacional Civil; (¿Qué significa Naranjo como Ministro del Post-conflicto? g) consolidación de normas, instituciones y prácticas democráticas; h) Comisión de la Verdad; i) creación de la Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos, la defensa de la Seguridad Pública. (Las Farc cuestionan al Procurador).

En ese escenario las Farc quieren: a, b, c sin verificación internacional; d, sin entrega ni desmovilización; cañan con e; con f pretenden meter en la impunidad a todos para salvarse ellos; h estará en veremos; no les gusta i ni nada que se le parezca. Lo CURIOSO del modelo anterior es que los puntos e y g han llegado a ocupar el debate nacional, se han negado por parte de los negociadores gubernamentales, pero siguen ahí, como un posible ‘pendiente.’
Del escenario 2: la adversidad superada. Cito textualmente: “El Gobierno y los militares colombianos encuentran la manera (Plan Colombia, la aviación, Seguridad Democrática, Uribe)) de manejar la situación político-militar y comienzan a inclinar a su favor el balance de fuerzas en la lucha contra las guerrillas y otros grupos ilegales armados.” Este es el escenario que encontró Santos y que, según los expertos, crearía las condiciones para un acuerdo de paz. La pregunta es: ¿La condición ‘exitosa’ de ese acuerdo de paz que describen los expertos en el escenario 1 es la que el país quiere? El mantenimiento de las armas de las Farc no es para ganar una guerra contra el estado que ya saben perdida; es para mantener la capacidad de impacto psicológico mediante la amenaza en el postconflicto. Los escenarios 3 y 4, se refieren al empate militar y al modelo peruano ( fujimorazo en caso de fracasar el proceso)que no son del caso.

Al escenario 5 lo denominaron Desintegración. Acérrima lucha entre Farc y Auc. (Este último elemento ha sido remplazado por las BACRIM que empiezan a reclamar protagonismo político.) El gobierno se retiraba a la capital y otras ciudades importantes, o se subordinaba en diferentes zonas a los insurrectos en connivencia con militares y BACRIM. Emergían centros de poder autónomo. Situación parecida a la de México en 1910.

En el escenario 6 las Farc se tomaban el poder o hacían parte de un gobierno de transición. El escenario 7 llevaba a la internacionalización del conflicto.

Ahora bien, la desintegración del escenario 5 la estamos presenciando, pero no es la del territorio, o el gobierno, sino la de ciertas instituciones (justicia, salud, seguridad ciudadana, educación) que, mediante la corrupción, la división de la élite nacional, ineficiencia, el narcotráfico como poder político-económico, el papel de caja de resonancia de los medios de algo que se llama izquierda, ajeno a los intereses superiores del país, nos arrastran, sin saberlo a un gobierno de transición con centros de poder autónomos como pudieran ser las ZRC, o un acuerdo secreto incrustado en el estado que facilita las componendas con las Farc.

Por lo tanto, los 50 temas de Uribe nos invitan a analizar el escenario que los expertos que estudiaron el Informe Rand sobre el conflicto colombiano en el 2003, no tuvieron la oportunidad de concretar en un escenario realista para romper el espejo del engaño. En La Habana se desarrolla un drama que se ha convertido en un acto de fe, de intereses ocultos, dirigido por los maestros del discurso (medios y santistas) que ha creado el Noveno Escenario: La incertidumbre del futuro, parecido a la condena de vivir en el cuarto de los espejos conformado por el reflejo de opiniones de los involucrados. ¿Cómo se rompe el encanto?

Tomando conciencia de que El escenario N° 1, Proceso de Paz Exitoso, fue concebido en el 2003. Eso quiere decir, que las ‘conversaciones o negociaciones’ no son espontáneas, pues sospechosamente se parece el escenario del 2015 al planteado en el 2003, luego ‘un grupo’, o un cierto modo de pensar, viene manejando los hilos para reproducir lo planteado en el libreto original. Por ese motivo se ha dicho que lo de La Habana ya está acordado, que es una farsa.

Tomemos conciencia que el escenario de la ‘adversidad superada’ es para llevar a una Paz Exitosa, no al estilo salvadoreño, sino al modo colombiano, cuyo único planteamiento ha sido ‘paz sin impunidad.’ Pero en La Habana hay una serie de ‘pendientes’ secretos que las Farc aprovechan para proyectarse dentro de un gobierno de transición. Esa es la TRAICIÓN DE SANTOS. No es una desavenencia con Uribe como nos lo quieren hacer ver los superficiales de siempre. ¿Cuál sería el papel asesor de la Comisión de Paz en este escenario?

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