OK, todo bien, todo bien

A los vivos se les debe respeto, a los muertos tan solo la verdad”. Voltaire

Hoy hace 176 años aparecía por primera vez en letra de imprenta la sigla “o.k.”, en el periódico Boston Morning Post. Esta sigla supuestamente es la abreviatura que se usaba en el ejército estadounidense cuando en los campos de batallas no se había sufrido ninguna baja, “0” cero, “K” killed, cero muertos.

La semana anterior el cartel narcoterrorista Farc, ahora convertido en actor político por un gobierno indigno, asesinó al soldado Mario Alejandro Perdomo al que al parecer le prendieron fuego y después lo remataron con un disparo en la parte de atrás de la cabeza.

El gobierno dice que el soldado Perdomo no fue incinerado por las Farc, y aseguran en una exótica versión digna de Tarantino, que un “accidente” quemó la vegetación alrededor del cadáver del soldado y eso fue lo que lo carbonizó. Cómo nos cuesta creerle a un gobierno que su esqueleto está hecho de mentiras y sus músculos de más mentiras. Ojalá un organismo no gubernamental pueda aclarar la verdad, porque hoy por hoy funcionario público que contradiga a la Casa de Nariño, deja de ser funcionario público.

Ojalá que la surrealista versión del gobierno sea cierta y el Comandante de las Fuerzas Militares pueda decirle de frente y mirando a los ojos de Luz Mila Rodríguez, la madre del soldado Perdomo, que su hijo no se volvió una antorcha humana que celebró el triunfo de las Farc luego de 50 años de esperar a un presidente vanidoso e irresponsable que está dispuesto a todo por nada.

Pero el cinismo tiene campeones imbatibles, si es que el gobierno piensa ganarle al cartel Farc en dicha competencia. El futuro senador y cabecilla del cartel Farc, Pastor Alape, escribió en Twitter: “Lamentamos muerte del soldado Mario Alejandro Perdomo que pudo evitarse si el gobierno no ataca a la guerrilla en tregua”. ¡Qué tal!

Como estamos viendo desde hace casi tres años en este repugnante “proceso de apaciguamiento forzado”, ahora resultó que el conflicto no es culpa del cartel Farc, sino de nosotros. Las víctimas no son del cartel Farc sino del resto de colombianos. Los que tendrán que pagar cárcel no serán los asesinos, secuestradores, narcos, torturadores y violadores, sino los ciudadanos que tendrán sus casas por cárcel, si tienen buena suerte.

Confieso que cada día que pasa creo que el nivel de indignidad no puede caer más abajo, pero los hechos y la complicidad del gobierno en esta decadente espiral de inmundicia disfrazada de paz sobrepasaron mi capacidad de entendimiento. Debo aceptar que nunca pensé que este país podría llegar a rebajarse tanto ni tener que considerar que todo lo que me enseñaron en mi casa ahora resultó que es una estupidez.

Échenles tierra a los soldados muertos, a la dignidad y a la verdad, échenle tierra a la ley. Aquí todo está OK, todo bien, todo bien. Lo importante es que los demonios firmen un papel que les saldrá gratis.

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