¡Por los dos ojos!

No es coherente aterrarse con la falta de ética de Pretelt y callar frente a las conductas reprochables del Fiscal.

Cada día es más difícil creerle a un político, a un magistrado, a un procurador o a un fiscal en Colombia. Muchos tienen sus guardados propios y acumulan guardados de los demás que explotan a su acomodo cuando lo requieren. Así las cosas, eso que llaman ‘verdad judicial’ en nuestro país no es más que una aberrante farsa. Generalmente nunca llega y cuando lo hace, irrumpe selectivamente como mecanismo de vendetta entre los operadores de justicia que, como mafiosos, la revelan sólo cuando a ellos más les conviene.

Dicho esto, ¿si al magistrado Pretelt le parecía tan grave que el fiscal Montealegre hiciera lobby por la impunidad de las FARC, por qué solo hasta ahora lo denuncia? Del otro lado, si al señor fiscal le asaltaban dudas sobre las conductas de Pretelt, ¿cómo es que le pidió una recomendación para nombrar a una fiscal en Córdoba visiblemente desautorizada para asumir las delicadas funciones de investigación en un departamento en el que tristemente abunda la violencia paramilitar?

No es coherente aterrarse con la falta de ética de Pretelt y callar frente a las conductas reprochables del Fiscal. Hace falta llorar por los dos ojos y para contribuir con ese propósito de la misma manera en que dejé planteadas algunas preguntas al polémico magistrado de marras, hoy comparto con ustedes otros temas que preocupan en relación con Montealegre.

Para empezar, señor Fiscal: ¿a cuántos políticos y magistrados les ha pedido recomendación “por su amplia experiencia en la zona”, como sucedió con Pretelt en Córdoba, para poner o quitar directores de fiscalías seccionales en el país? ¿Cuánto poder le ha dado en el Cauca, por ejemplo, al cuestionado político Jesús Ignacio García que ha tenido contratos con la Fiscalía? Según me dicen algunos alcaldes y congresistas de ese departamento, cualquier ‘inquietud’ que tienen frente a la fiscalía la tramitan con el doctor ‘Chucho Cauca’. ¿Será verdad, señor fiscal?

Por otro lado, mientras usted se sorprende con la corrupción de algunos magistrados e inicia investigaciones a toda marcha, ¿cuéntenos qué ha hecho con la corrupción que parece campear en su institución? Díganos por ejemplo qué ha pasado con la llamada ‘fiscal millonaria’, María Leonor Oviedo Pinto, contra quien existen varias denuncias por aparentes casos de fraude y que sigue feliz ganándose más de 20 millones de pesos al mes. ¿A ella también le va a pedir la renuncia como a Pretelt?

Díganos además, excelentísimo fiscal, si podemos confiar en una investigación justa y decente contra el abogado Rodrigo Escobar Gil por el caso Fidupetrol cuando el hermano de éste ostenta una importante posición en la fiscalía y su amistad con los Escobar Gil se traduce en asados y animadas reuniones sociales. ¿Será fácil creer en el resultado de esa investigación así?

Y para rematar, doctor Eduardo Montealegre, cuéntenos si no habiendo quedado satisfecho con incidir en la elección de contralor, magistrada de la Corte Constitucional, secretario general de la comisión de acusaciones y casi lograr tener para su amigo Francisco Ricaurte la dirección de la federación de gobernadores, ahora intentará ir por más.

¿Algún candidato a la Registraduría es visitante reciente de su casa? ¿Ha hablado de este tema con su buen amigo Leonidas Bustos, presidente de la Corte Suprema de Justicia? Y a propósito de la Corte, ¿irá también por la vacante que deja la magistrada María del Rosario González en la sala penal? ¿Insistirá acaso en el candidato que ya había tratado de poner en una anterior elección, de nombre Mario Montes? Tenga la bondad de respondernos, señor fiscal.

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Y a pesar de todo, si ustedes también creen que una justicia mejor es posible, denle una mirada a  www.sosporlajusticia.com.

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