Crece déficit comercial

En lo corrido del año, las exportaciones han disminuido. Con ello se agrava la situación de la balanza comercial y se pone en riesgo el manejo económico. Urge que el Gobierno adopte acciones eficaces.

Según el Dane, en el mes de febrero las exportaciones del país fueron de 3.128 millones de dólares, lo que representa una disminución del 26,8 por ciento con relación a igual período de 2014. Por su parte, en el acumulado de los dos primeros meses del año las ventas externas del país disminuyeron 33,8 por ciento.

Estas cifras ponen de presente el progresivo agravamiento de la situación de la balanza comercial del país, fenómeno que se viene observando desde el año anterior, cuando el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos alcanzó a representar el 5,2 por ciento del PIB. Esto es el resultado, en buena medida, de una contracción del balance comercial de aproximadamente 7.900 millones de dólares.

La principal causa del deterioro reciente del comercio de exportaciones está en la abrupta destorcida de los precios internacionales de las materias primas y, en particular, la del petróleo, y en la incapacidad que tienen otros sectores productivos (como la industria y la agricultura) o de servicios (como el turismo) de compensar la caída en las exportaciones minero-energéticas.

El auge minero de los últimos años le causó un grave daño a la industria y dificultó el avance de la agricultura. Esto ha llevado a que, como lo han señalado varios analistas, la recuperación de los niveles de exportación de estas actividades tome un tiempo largo.

En este sentido basta con señalar que en febrero de 2015 las exportaciones manufactureras registraron una disminución de 9,7 por ciento. Por su parte, las agropecuarias aumentaron 6,8 por ciento debido, esencialmente, al importante crecimiento de las ventas externas de café (23,3%).

La falta de respuesta de las exportaciones no mineras se da a pesar de la fuerte devaluación que ha tenido la moneda (la que algunos califican de maxidevaluación), fenómeno que, de saberse aprovechar, ayudaría a aliviar el creciente déficit comercial.

Con estos resultados no es extraño que diversos analistas se muestren preocupados con el deterioro del sector externo y hayan señalado que, junto al problema de las finanzas públicas, constituye uno de los principales riesgos que enfrenta la economía.

No obstante, existen posibilidades reales de que Colombia mejore su desempeño exportador gracias a las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales y los distintos TLC, y a los potenciales productivos y empresariales que se tienen en el país.

Precisamente, en un estudio de ProColombia se identificaron 56 actividades agroindustriales y manufactureras con potencial exportador. Más aún, en muchas de estas lo que se debe hacer es dinamizar su producción, pues cuentan con tradición exportadora.

De otra parte, al cumplirse un año de operación del TLC con la Unión Europea se conoció que el comercio bilateral de bienes creció 5,2 por ciento y las exportaciones de Colombia aumentaron 10,2 por ciento.

Por tanto, el país tiene un amplio abanico de posibilidades para que se concrete la puesta en marcha de iniciativas privadas para la diversificación de la oferta exportadora.

A pesar de ello, las acciones de política que se adelantan lucen muy tímidas, erradas o poco eficaces, y parecieran no responder a la urgencia que se tiene de evitar mayores dificultades en el manejo macroeconómico.

Esto nos lleva a reiterar el llamado al Gobierno para que se le dé la mayor prioridad y celeridad a la puesta en marcha de una política sólida y eficaz de promoción de exportaciones.

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