Negociar con tramposos

Samuel era un señor que tenía un buen puesto y ganaba buen sueldo. Su amigo, Luis era muy negociante, trabajador y avispado. Luis tenía una fabriquita de aliños y condimentos, pero su empresa no crecía por falta de capital. La amistad entre ambos los juntó para ayudarse mutuamente y así el avispado Luis vendía sus productos y le entregaba las facturas a Samuel, para que este cobrara, pero Samuel le daba el valor de la venta anticipadamente y con este dinero Luis compraba materia prima y fabricaba sus productos para que Samuel, recuperara su dinero cobrando la factura con una pequeña ganancia.

El negocio iba bien hasta que Luis empezó a cobrar con duplicados las facturas ya comprometidas con Samuel, estafando a su amigo y financista.

Para salir del impasse, y sacar el negocio adelante, el tramposo Luis le propone a Samuel que entre a la sociedad financiando unas máquinas empacadoras y se hagan socios de la fábrica, Samuel aceptó el trato creyendo que invirtiendo más, recuperaría su dinero, pero no sabía que al ser socio ya no podría demandar a su propia empresa y la tumbada fue mayor.

Con tramposos no se puede negociar. Eso ya lo sabe muy bien Samuel, aunque demasiado tarde. Lástima que nuestro presidente Juan Manuel Santos apenas esté comprobando ahora que con los tramposos terroristas farianos no se puede negociar, ni dialogar, ni se les puede creer a unos asesinos que ofrecen un alto el fuego unilateral y con sevicia y alevosía atacan soldados a media noche cuando están descansando y con bombas prohibidas por DIH, como fue el traicionero ataque de La Esperanza, Cauca, asesinando 10 soldados e hiriendo 19 más.

No es este el único acto cobarde. En El Aro, Ituango, los bandidos de las Farc mataron otros dos soldados y salieron a esconderse en las casas de campesinos donde los soldados no los podían atacar. Otras diez violaciones a su “generoso” alto el fuego fueron los de Chaparral, Tolima, Caquetá. La Uribe, Meta, en Santander y otros que ahora se me escapan.

El presidente Santos, ingenuamente creyendo en la sinceridad de los tramposos terroristas que traicionaron a los expresidentes Andrés Pastrana, a Julio César Turbay y Álvaro Uribe, ordena suspender los bombardeos de la Fuerza Aérea que han demostrado ser el arma más eficaz, dentro del conflicto, como en las bajas de “Raúl Reyes”, el “Negro Acasio”, “Caballero” y “Alfonso Cano” y tantos otros tenebrosos asesinos rodeados de sus secuaces subalternos. No sé si esto lo puedan calificar los fiscales internacionales como un acto de complicidad, el hecho de que el jefe de las Fuerzas Armadas dé la orden de suspender los bombardeos; es decir, el cumplimiento de la Constitución para favorecer a los criminales guerrilleros. Que lo vaya pensando también el Procurador de la Nación.

Ahora se reanudan los bombardeos por orden presidencial. Ojalá no sea tarde para atenuar el dolor que Colombia siente por sus soldados masacrados.

ÑAPA. Si los directorios conservadores nacional y departamental permiten que sean los senadores y representantes a la Cámara los que otorguen los avales a los candidatos a alcaldías, concejales, diputados y gobernador, estarían acabando con los directorios municipales y con el Partido Conservador entero. Exigimos Convención Departamental.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar