España: el PP y el aborto

El martes pasado en mi artículo usual puse una coda que decía: “Como explicación a la derrota del PP en España se dice que Rajoy abandonó principios que han sido el numen del mismo como la oposición al aborto. Esas cosas se cobran”. Es cierto que, aunque el PP perdió 2.5 millones de votos, sigue teniendo la mayoría, medio millón de votos por encima del PSOE. Pero perdió seis de las comunidades autónomas que gobernaba y 16 capitales provinciales, entre ellas Madrid y Valencia, las que había gobernado los últimos 24 años, y Valladolid y Sevilla.

A propósito de la coda, un allegado mío de nacionalidad colombo-española, me escribió una ilustrativa nota en la que me recuerda cómo el PP ganó las elecciones anteriores basado en un programa que contenía, entre otras cosas, la promesa de reformar, para hacer más restrictiva, la ley de aborto que existe en España. Ruiz Gallardón, uno de los ministros estrella del régimen, gastó dos años en redactar la ley y, cuando estuvo lista, Rajoy encontró tal resistencia incluso dentro del propio PP (Cristina Cifuentes, una concejal estrella de Madrid y miembro del PP, hizo en las últimas elecciones de mayo una agresiva campaña pro-aborto) que, a finales del año pasado, resolvió retirarla. Ruiz Gallardón se retiró del gobierno en protesta y muchos militantes del PP no se lo perdonaron a Rajoy.

“Si hay algo de lo que no se puede acusar a Rajoy es de haber abandonado sus principios, creo yo”, dice mi corresponsal. “Yo no creo que haya abandonado el principio, sino que el costo político y electoral de haber presentado la ley fue gigantesco y, al final, se vio obligado a dejarla a un lado. En todo caso, lo que le costó fue presentar la ley antiaborto y tramitarla, a la fuerza (únicamente el PP la apoyaba) durante mucho tiempo y no retirarla. Si no retira la ley antiaborto, hubiera perdido aún más votos”. Eso, por supuesto, es pura conjetura. Pero confirma lo que yo dije: Rajoy abandonó, por consideraciones meramente políticas y electorales, un principio vertebral de su campaña original y del PP y eso lo cobran las bases, con el resultado mencionado arriba.

Una de las razones por las cuales el Centro Democrático le ha quitado tantos votos al Partido Conservador Colombiano es, precisamente, que las bases encuentran que sus principios, por los que se consideran a sí mismos conservadores, han sido abandonados por la dirigencia que va en busca de la mermelada. Eso lo cobran las bases. Acordémonos de la Convención de enero 2014.

Sea de ello lo que fuere, el ejemplo español debe servir a los dirigentes conservadores que deben orientarse por los principios de Caro y Ospina de 1849 (orden constitucional contra la dictadura; legalidad contra las vías de hecho; moral cristiana contra la inmoralidad, la corrupción del ateísmo y el materialismo; libertad contra el despotismo; y propiedad privada como derecho natural que cumple una función social, entre otros) y no por la conveniencia política del momento.

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