¿Los victimarios, juzgando a sus víctimas?

Hace pocas semanas, con bombos y platillos, al unísono, el gobierno nacional y las Farc, anunciaron desde La Habana, la creación de la Comisión de la Verdad, que será la encargada de recibir testimonios de las víctimas y sacar conclusiones para contarle al país, porque se han sucedido los hechos violentos que por medio siglo han lacerado a los colombianos y a la patria.

Entre los reparos que le hacemos a la Comisión de la Verdad, es que el nombre de sus integrantes sea producto de una negociación entre el grupo subversivo y el gobierno nacional que como siempre, termina cediendo a las pretensiones de aquellos. ¿Qué derecho tienen quienes han cometido crímenes de lesa humanidad para imponer nombres que integren la Comisión? Si así fuera, el mismo derecho debería concederles a quienes siendo agentes estatales han delinquido y hoy, a diferencia de los subversivos, pagan penas de cárcel. También se les podría otorgar ese derecho a los agentes del paramilitarismo, porque a pesar de que el proceso de paz se negocia con las Farc, a la mesa de los victimarios, gobierno y Farc, han llevado y llevaran víctimas del paramilitarismo.

Pero por encima de todo, las víctimas de las Farc, debían estar representadas en dicha Comisión para que defiendan su verdad de los hechos. ¿Por qué otorgarle ese derecho exclusivo a un grupo que ha cometido crímenes, continua haciéndolo y no se ha desarmado? ¿Qué grado de independencia e imparcialidad puede tener dicha Comisión?

En el mandato a la Comisión de la Verdad que se cree, se le obliga a tener como punto de referencia, las conclusiones de la Comisión Histórica y de las víctimas. Este trabajo orientado por los simpatizantes del proceso de paz tal como lo conciben las Farc, produjo una serie de informes acordados para concluir responsabilizando al Estado colombiano de la violencia que consume al país. Estas conclusiones, serán bases sobre las que debe trabajar la Comisión de la Verdad y por supuesto son insumos para condenar al Estado, tal como lo vienen sosteniendo los jefes de las farc.

¿Se pretende desconocer con la Comisión de la Verdad, los límites que a la “impunidad” le impusieron las sentencias de la Corte Constitucional cuando le hizo control de constitucionalidad a la ley que contiene el marco jurídico para la paz?

¿Cómo tendrá el país, la certeza de que los victimarios cuenten la verdad de los crímenes que se han cometido, si las versiones recibidas las evalúan los propios representantes de las Farc que integran dicha Comisión?. ¿Cómo se garantiza imparcialidad frente a los hechos que se le van a relatar al país?

No se puede pretender, como se desprende de la integración por parte de las Farc de la Comisión de la Verdad que, los hechos violentos a los que fueron sometidas las víctimas, ahora sean juzgados y acomodados a su amaño por sus propios victimarios. Esto sería una infamia mayúscula contra las víctimas y contra la verdad que reclamamos conocer.

La verdad no se negocia, no puede haber una verdad oficial acomodada a la verdad de los victimarios. La verdad es una sola y, solo una Comisión integrada por colombianos eminentes, que gocen de credibilidad y confianza, no por delincuentes, puede ofrecer la verdad imparcial, fruto de un trabajo patriótico, desinteresado y autónomo.

Es inconcebible que en el afán de firmar a cualquier precio una paz mentirosa, se haya llegado a tanto.

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