La oposición colombiana tiene un terreno fértil por delante en su objetivo de convertir en votos el enorme descontento popular que señalan todos los estudios de opinión, y podrán sentar este mismo año las bases para un cambio político en el País, porque la nación entera requiere de un hombre que sepa gobernar y sepa representar dignamente la majestad presidencial para la que es electo, y no uno como el actual que lleva al país al borde del abismo y si no han caído, es porque el pueblo tiene mucha dignidad y no le van a permitir que los arrastre.
A los Colombianos les sobran razones para sacarlo del palacio de Nariño y les voy a decir por qué: Su gestión es sinónimo de estafa, de fraude, de timo, de engaño, de escamoteo, de uso ilegal de los bienes públicos y todo eso lo demuestran algunos integrantes del grupo de adulantes a los que les ha entregado cargos para ocupar posiciones en el poder judicial, en el Congreso de la República y en funciones de gobierno, y son utilizados solo para perseguir y atropellar al presidente Álvaro Uribe y a los dirigentes del Centro Democrático y mienten a placer cada vez que abren la boca y callan cuando se les denuncian por estar involucrados en negocios turbios.
Será en los departamentos y municipios donde el 25 de octubre se decida con el voto a quien eligen, entre el binomio Farc-Santos o la seguridad democrática Uribista, es la oportunidad de escoger entre el terrorismo o la democracia para evitar que continúe el desastre que ha significado este quinquenio, tenemos que decirle con nuestro voto no más al engaño si a la verdad, no a la división si a la unidad, no a la arbitrariedad si a la legalidad, no a la corrupción si a la honestidad, no al narco-terrorismo si a la democracia, no a la legitimación de la violencia, no a la entrega del país a los terroristas de las Farc, no a los traficantes de drogas, no al derecho para los terroristas de gobernar a Colombia, no a la complicidad del fiscal con los violentos, no a los negocios turbios y a los contratos fraudulentos del gobierno, no al montaje de expedientes contra dirigentes del Centro Democrático, si a la reivindicación de las víctimas del terrorismo, si al Centro Democrático, si al estadista y gran colombiano Álvaro Uribe.
Es incomprensible, ilógico, confuso y absurdo, el tiempo y las ventajas concedidas por el presidente a los terroristas de las Farc, para que ahora lo manejen como a un paciente agravado por problemas mentales, o como a un enfermo de poder en estado avanzado, para el que todas las soluciones a los problemas nacionales pasan por el acuerdo del proceso de paz, supeditado a lo que determinen Timochenko, Márquez y Catatumbo, lo que les ha permitido a los terroristas recuperación política, sostenibilidad y fortalecimiento a su estructura armamentista. Pero a usted también le llegó la hora Dr. Juan Manuel Santos, porque conceder privilegios a narco – terroristas, permitirles el asesinato de civiles y militares y sentarse a negociar con ellos haciéndoles ofertas en perjuicio del pueblo colombiano, es una canallada que no tiene perdón de Dios y oportunamente el pueblo sabrá cobrar.