Una inédita estrategia de paz

En estos momentos de incertidumbre en el proceso de paz, vale la pena analizar la forma y contenido de la acción del Gobierno en los diálogos de La Habana, porque de cierta manera constituye una estrategia inédita en procesos de negociación de esta naturaleza. En efecto se destaca la creencia de que la paz se consigue haciendo concesiones a las Farc, sin contraprestaciones de ninguna naturaleza.

En el inicio de los diálogos se avanzó la tesis de las penas alternativas para obviar la reclusión intramuros de los principales responsables de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra. Al poco tiempo se propuso la revisión de los delitos conexos al delito político para introducir como tales el narcotráfico, la extorsión y el secuestro, de tal manera que los jefes subversivos quedaran habilitados para cargos de representación política. Días más tarde, Sergio Jaramillo aceptó la incorporación de Simón Trinidad a la mesa de negociaciones. Horas después de la ruptura por las Farc de su cese unilateral de hostilidades, que les costó la vida a 11 soldados de la patria, el Fiscal General propuso la convocatoria de un referendo que le otorgara al Presidente facultades excepcionales pro tempore, relativas a los temas que se discuten en la capital cubana y que persigue evadir los límites que impuso la Corte Constitucional al Congreso en la expedición de las leyes que desarrollen el Marco Jurídico para la Paz. La semana pasada, se prohibió la aspersión con glifosato de cultivos ilícitos, al tiempo que se mantuvo para los cultivos agrícolas, haciendo caso omiso de su presunto carácter cancerígeno, pero favoreciendo la expansión de los cultivos de coca y amapola que tanto interesan a las Farc.

Hoy, según la inteligencia militar, la amenaza de ataques de la guerrilla en 70 municipios del país, correspondientes a los departamentos de Antioquia, Cauca Chocó, Arauca, Putumayo, Huila Nariño, Meta, Caquetá, y Valle del Cauca, se suma a una intensa presión sobre el Gobierno para acordar un cese bilateral del fuego, sin que se haya firmado acuerdo alguno, ni cesado el reclutamiento de menores, siembra de minas anti persona, la extorsión, ni las actividades de narcotráfico y minería ilegal por parte de las Farc. Además, un video reciente registra unas afirmaciones del guerrillero Carlos Antonio Lozada sobre el contenido de una supuesta carta del presidente Santos a las Farc, que no esconde el mal sabor de un chantaje que se pretendería ejercer sobre el primer mandatario.

Las enseñanzas que dejaron anteriores procesos de negociación señalan que las concesiones unilaterales terminan por imposibilitar los acuerdos que se buscan, y que un cese bilateral anticipado puede equivaler a una claudicación prematura.

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