Medalla Luis Carlos Galán

Me acaban de conceder uno de los más grandes honores de mi vida. En un país donde campea la corrupción, el que se piense en una persona para concederle la “Medalla al mérito Luis Carlos Galán Sarmiento” por parte del Congreso de la República, es algo que tiene que llenar de satisfacción y orgullo patriótico.

Esa condecoración se concede a aquellos ciudadanos que hayan “trabajado de manera ejemplar en la lucha contra la corrupción”. ¿Qué más puede uno esperar después de que la democracia le ha concedido todos los cargos a los que se pueda aspirar, para trabajar por una comunidad que necesita la mano tendida de los empleados públicos? Ese trabajo tiene que hacerse con toda pulcritud en beneficio de la comunidad, sin mirar a quién y sin pensar en retribuciones futuras. Esta es una retribución que no esperaba y que he aceptado con humildad pero con mucho orgullo de colombiano.

Vivimos una época de dificultades. Otra hubiera sido la situación de Colombia si Luis Carlos Galán Sarmiento hubiera podido llegar a la presidencia de la República. Un líder que sí trabajó de manera ejemplar contra la corrupción. Un líder que necesitaba el país en esos momentos de corrupción por parte del narcotráfico y de mucha parte de nuestra sociedad. Pero estorbaba a aquellos que se enriquecían con el negocio criminal de la droga. Esos criminales encontraron la manera de proteger sus negocios sucios acabando con la vida de los mejores. Entre los mejores estaban Galán y personas como Lara Bonilla, Gómez Hurtado y tantos otros que pagaron con sus vidas su honestidad y su amor por Colombia.

¿Qué podría decir ahora Galán Sarmiento cuando se ha decidido despenalizar el cultivo de marihuana en un número menor a veinte matas de esa hierba maldita? No faltarán las cooperativas de vecinos llamadas algo así como 20 x N, donde veinte es el número de matas y N el de cultivadores “lícitos”. Cada vez se hace más el esguince a las leyes para obviar el cumplimiento de ellas.

Algo así pasa con la dosis mínima autorizada. En estos días un joven asesinó a su madre porque esta no le dio el dinero necesario para comprar la dosis mínima. Para él era algo normal, autorizado por lo que ahora se llama “libre desarrollo de la personalidad” y con el argumento de que tenía todo el derecho para acceder a esa dosis.

Parodiando al poeta: Siquiera se murieron los mejores para no ver una Colombia en manos de sus asesinos.

Para mí también fue un honor estar en la ceremonia al lado de una patrullera de la Policía Nacional, con sede en el Amazonas, que fue la ganadora de la Medalla “Pedro Pascasio Martínez”, como reconocimiento a su labor honesta al servicio a la comunidad. Es un gran ejemplo de lo que es nuestra fuerza pública.

Gracias a Santiago Valencia, quien presentó mi nombre para el premio, gracias a quienes votaron por mí, quince parlamentarios, y gracias a quienes me acompañaron con su presencia y a quienes manifestaron su solidaridad.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar