La gran mentira

Decía el príncipe Otto von Bismarck que “nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de las elecciones”.

Aplica tan bien para el actual momento de una Colombia que es una sola mentira.

Mienten los políticos, estén o no en período electoral; mienten los militares y quienes les combaten; miente el común de la gente.

Miente el funcionario para imponer la obra salvadora o que le interesa y miente el supuesto respaldo científico con el que se apoya. Inventa el gobernante que promete lo que no cumplirá y que mientras promete al mundo proteger el ambiente, entrega el patrimonio nacional a quien dé más.

Vendidas al mejor postor se inventan encuestas a la carta. Diga qué resultado quiere que eso nos responderán.

“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao… Si uno vive en la impostura y otro afana en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón”.

Con desparpajo lo decía el tango de Discépolo hace 80 años. Sí, nos acostumbramos a la mentira. Calumniad con audacia: algo siempre quedará, expresaba Francis Bacon y sí que se está aprovechando.

Colombia del siglo 21, un revolcón. El que no miente no mama, parodiando al tango y así todos persiguen ‘la liga’.

Se inventan las palabras del otro para pisotearlo, se urden hechos que nunca sucedieron, declaraciones jamás pronunciadas.

Miente el que adorna su hoja de vida y obtiene títulos con una tesis que nunca elaboró pero copió.

Mienten el reo y el ofendido, el defensor y el fiscal. Y el empresario… para ganar un poco más.

Y el ciudadano aplaude la mentira más grande, que por cierta da. Razón tenía Hitler.

Se arman discusiones, que en el fondo no persiguen esclarecer la verdad sino premiar la mentira mayor.

¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!, continuaba el tango. Y los supuestos señores obran más como ladrones y mentirosos que como los señores que cargo y posición demandan.

Que dijo, que no, que así, que no, que esto, que aquello, el gran revolcón nacional. Y va calando y no se sabe quién es quién. “¡No pienses más, tirate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao!”

Colombia Siglo 21.

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