Los perros

Según el presidente Santos quienes han expresado sus temores por los preacuerdos firmados en La Habana son unos perros, tal parece Rottweiler, y que poco o nada le preocupa que sigan ladrando.

Quizá la persona más indicada para aclararle al doctor Juan Manuel, es su hermano el periodista Guillermo Santos C., que dicho sea de paso escribió un excelente artículo sobre la corrupción de este país y sobre la justicia: “que no cojea, sino que se arrastra, salpicando de lodo a todos”. Comparto su opinión de que hoy con la ayuda de la tecnología, pero sobre todo si hubiese voluntad, se podrían rastrear buena parte de los grandes contratos, y evitar así que se sigan enriqueciendo personajes inescrupulosos, que cada vez son más.

Él, le debería decir al presidente que la inmensa mayoría de estos inconformes no son perros que ladran, sino ovejas asustadas que dan balidos por temor a que los lobos las devoren. Ojalá que también le pregunte si acaso no siente remordimiento por Leopoldo López, Antonio Ledesma y Manuel Rosales y demás políticos que están privados de la libertad, por la arbitrariedad de su amigo Maduro y los compinches que lo dirigen.

Tampoco sobra que le pida al primer mandatario que les explique a los nuevos terroristas, como los llamó el ilustre y prudente senador Roy Barrera, de que los jefes guerrilleros que moran en La Habana, en nada se parecen a los torpes y déspotas dirigentes del régimen bolivariano. Que ellos, en cambio, son hombres sensatos que jamás seguirán los pasos de quienes destruyeron la concordia de las gentes del país hermano y que además arruinaron su economía; daños que son casi irreparables.

El próximo 25 de octubre se celebran las elecciones para el nombramiento de gobernadores y alcaldes. En las páginas de este periódico varios columnistas han expresado sus simpatías por uno u otro candidato. Pero también, más de uno, de manera ligera, ha sembrado la duda sobre los valores éticos y morales de personas que aspiran a estos cargos.

Sin demeritar a los demás candidatos, me inclino para alcalde de Medellín por el doctor Juan Carlos Uribe y para gobernador por Andrés Guerra. Ojalá que cuando estén al frente de sus cargos se preocupen más por hacer que por pensar. Para ello, deben nombrar personas capaces de cumplir con las promesas que ofrecieron como candidatos.

No solo por lo que ellos representan, sino porque es una oportunidad para reconocerle al doctor Álvaro Uribe Vélez todo el bien que nos hizo. Pero mucho más por la férrea lucha que ha sostenido para que los lobos no nos engullan.

Los voceros de la Farc no son muchos, pero con sus aullidos y el eco del fiscal ahogan el leve murmullo de la mayoría. Ellos solo se sentirán compensados por los favores que nos harán, si el expresidente Álvaro Uribe V., el general Mario Mejía y algunos más, pagan las culpas en una cárcel de alta seguridad, por el mal, que según ellos, le han causado a este pueblo.

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