Santos y su talante de reformista

Coincido con quienes afirman que el talante de reformista que intentó crearse el presidente Juan Manuel Santos Calderón tan pronto como asumió el poder, se ha diluido por culpa de sus incoherencias demenciales y de su incapacidad para sostener posturas firmes frente a la opinión pública. Repasemos los fracasos de sus principales reformas.

Reforma a la educación superior. Como es sabido, las leyes exigen que la educación superior en Colombia la presten entidades sin ánimo de lucro. Con razones lógicas, se afirmó que “si la educación pública quiere ser competitiva, no puede negarse a la posibilidad de tener fuentes de inversión privada, para no limitarla al presupuesto público”.

Los rectores y los estudiantes rechazaron esta importante oportunidad por medio de huelgas y paros, amedrentaron al Presidente, aduciendo que pretendía privatizar la educación pública y, en consecuencia absurda, se retiró dicha reforma. Propusieron, en cambio, crear un comité para estudiar y presentar la nueva reforma. Entiendo que poco o nada se ha adelantado al respecto.

Reforma a la Justicia. Historia vergonzosa. El texto de la reforma fue preparado por el propio gabinete del presidente Santos y lo aprobaron tanto en el Senado como en la Cámara; pero cuando fueron a conciliarlo, le introdujeron al articulado los congresistas participantes unos ‘micos’ inaceptables, con el fin de impedir que algunos de ellos fueran investigados penalmente. La presión de las redes sociales obligó a Santos a retirar tal reforma, la cual contenía temas valiosos.

Ahora bien, mediante la reciente Ley del Equilibrio de Poderes introdujeron dos o tres reformas oportunas. Pero con la Jurisdicción Especial para la Paz, por medio de la cual se exonerará de toda culpa a las Farc, abrió la puerta para que estos terroristas inculpen y juzguen a medio país. Se ha retrocedido, en síntesis, en nuestra Justicia como ‘nunca antes en la Historia de Colombia’.

Reforma a la salud. En febrero pasado se firmó la Ley Estatutaria de Reforma a la Salud, en la cual se consagró esta como derecho fundamental y no sujeto a las limitaciones financieras del erario público. Demagogia refinada, ya que continúan los paseos de la muerte, las filas interminables de los enfermos en las EPS, las quiebras de casi todas la IPS por culpa de las deudas que se originan en el Fosyga, continúan los escándalos, las tutelas y la corrupción de algunas importantes entidades del sector salud…

En opinión de los expertos, los cambios propuestos hasta la fecha en el sector de la salud no resuelven absolutamente nada. La difícil situación financiera del país aleja los sueños de nuestras mayorías políticas sobre la salud de calidad y para todos los colombianos.

Reformas tributarias. El señor ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría pasará a la Historia por haber realizado dos reformas tributarias antitécnicas, por medio de las cuales no expropió las empresas como en Venezuela, sino que, más sutilmente, expropió las utilidades al obligarlas a tributar por acá hasta el 75% de sus utilidades en impuestos de renta, riqueza, prediales…

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE- sugiere bajar los impuestos a las empresas, elevar el IVA del 16 al 18%. Reducir el IVA para los bienes de inversión de las empresas, elevar el impuesto de renta de las personas, eliminar el impuesto a la riqueza y el cuatro por mil, revisar las exenciones… Aconseja la OCDE lo que pudo haber gravado un Minhacienda sensato.

Relaciones internacionales. Monumentales frustraciones con el ‘mejor amigo y con algunos vecinos’. En esta cadena de fracasos, todo parece indicar que la paz de La Habana ya está haciendo fila.

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