“A como sea”, amenaza de Maduro

¿Habrá fraude electoral el 6 de diciembre en Venezuela? Sí, casi con certeza, está anunciado. ¿Habrá violencia en las calles entre chavistas y opositores del régimen? Sí, es previsible. ¿Habrá sangre, heridos y quizá muertos? Por desgracia me temo que así será.

A pocos días de las elecciones legislativas de Venezuela, el mundo mira con preocupación lo que pueda suceder en ese país. Los ánimos de los venezolanos están caldeados, el país parece una caldera a punto de explotar.

Los gobernantes, jefes del chavismo, están aterrados; su mancillada revolución sufre estertores de muerte. Los discursos de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, son cada vez más agresivos y amenazantes. Como sucede con las fieras arrinconadas, con sus rugidos tratan de amedrentar a quienes se atrevan a enfrentarlas. Sus peroratas ya no respetan ni la más mínima apariencia de imparcialidad ni cordura.

Maduro, enardecido, arenga desde sus programas de radio y televisión que la revolución debe ganar “¡a cómo sea!”, que los oligarcas deben temblar pues, si la revolución pierde, ellos, que son candanga y burundanga, se irán a la calle. Una terrible amenaza contra la paz del país. Es casi como decir, si perdemos habrá confrontaciones en las calles. Además insulta a quienes se atreven a cuestionar su imparcialidad. A Luis Almagro, director de la OEA, lo ha llamado “basura”; y así podíamos llenar esta columna con sus insultos.

Por su lado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, hace lo propio con todos los líderes internacionales que se han atrevido a manifestar su preocupación. Al nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien pedirá la sus pensión de Venezuela de Mercosur por su represión contra la oposición, le advierte que “no se meta”. Lo mismo hace con Michelle Bachelet, presidenta de Chile, con los jefes del gobierno, la izquierda y la derecha Española y con José Vivanco, de Amnistía International.

Son tantos los que han declarado su rechazo por lo que ocurre en Venezuela, que Maduro y Cabello no dan abasto respondiéndoles a todos con ultrajes y agravios.

Y es que, la corrupción, el desabastecimiento, la criminalidad común, la pérdida de legalidad y libertades y, en especial, los constantes ataques contra la oposición y sus dirigentes, han alertado al mundo sobre el fin de la democracia en Venezuela y han hastiado al pueblo venezolano.

El 6 de diciembre el pueblo, según los pronósticos, manifestará su rechazo y disgusto votando contra Maduro y sus compinches; muchos de ellos involucrados en el Cartel de los Soles; criminales que se enriquecen con el narcotráfico en Venezuela y harán cualquier cosa con tal de no entregar el poder.

El 25 de noviembre el líder opositor Luis Manuel Días fue asesinado a tiros en plena manifestación política. Presente en dicha manifestación se encontraba Liliana Tintori, también ella denuncia amenaza contra su vida, igual sucede con otros líderes de la oposición, como Enrique Capriles.

Es fácil ver que Venezuela está al borde de explotar como un polvorín. Existe una sensación de peligro inminente. El azuzamiento de los amigos del régimen contra los opositores, es cada vez mayor. No hay garantía de tranquilidad ni equidad en las elecciones. A la voz de: “¡a como sea!”, dada por Maduro, cualquier cosa puede ocurrir. ¡Dios ampare a Venezuela!.

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