“Serias dificultades”

Los logros conseguidos por Guatemala y por Argentina, pero sobre todo, la ejemplar lección de valentía y tenacidad que acabamos de recibir de los venezolanos, hacen que los que nos oponemos al proceso de entrega del país en La Habana, nos llenemos de esperanza y pensemos que ganar ese amañado plebiscito con el que pretenden engatusarnos el presidente Juan Manuel Santos y sus alegres y enmermelados compadres, ya no es una simple quimera.

Las palabras pronunciadas por el presidente en la entrevista que le concedió hace un par de semanas al periodista Stephen Sackur, en el programa HARD Talk, de la BBC ( British Broadcasting Corporation, del Reino Unido), cuando le preguntó qué pasaría si el pueblo colombiano rechaza el acuerdo de paz en el plebiscito planteado para validarlo, hoy cobran vigor. Nos estimulan a pensar, “como nunca antes”, en el inmenso poder de esa arma con la que nos dotó la democracia a todos los ciudadanos: el voto en las urnas.

“Si dicen que no, tendrá que renunciar, ¿verdad?”. “Bueno, tendré que… estaría en serias dificultades”. “¿Me está diciendo que después de los años de negociaciones, a pesar de considerarlo vital para el futuro de su país, usted simplemente se apartaría?”. “Sí, porque fue a lo que me comprometí desde el comienzo”.

Pues bien, en nuestras manos está. Aunque el plebiscito no fue lo prometido y, mucho menos este, degradado y maquillado, lo aceptamos. Vamos a voltearles la torta, como vulgarmente se dice, y vamos a aprovechar nosotros también ese vergonzoso 13 por ciento que fijaron como umbral. Los inconformes con el proceso de paz de La Habana, somos mucho más de 4 y medio millones de colombianos y vamos a dejarlo saber en las urnas, respondiendo NO a cualquiera de las artificiosas preguntas con las que, sin duda, pretenderán pescar incautos.

Con el NO en el plebiscito le reiteraremos al presidente Santos lo que a lo largo de estos desafortunados tres años de conversaciones con los narcoterroristas de las Farc le venimos diciendo en las encuestas: NO queremos paz con impunidad, NO queremos que las Farc participen en política, NO queremos que les entreguen zonas donde no imperará la misma ley que nos rige a los demás colombianos, NO queremos que se queden con las armas, NO queremos el desmantelamiento de nuestras valerosas Fuerzas Militares, NO será con el dinero de nuestro trabajo con el que indemnizarán sus víctimas, etc.

Dejar de asesinar, secuestrar y violar menores de edad; no atentar contra la infraestructura nacional y no traficar con drogas, etc., no da derecho a privilegios. A una rebaja de penas cuando más. Diremos NO a ese cheque en blanco que el presidente Santos, su hermano Enrique y los demás socialistas del combo, solicitan para comprar el pase que dará entrada, de la mano de las Farc, al moribundo Socialismo del Siglo XXI.

Haber cambiado el referendo por este plebiscito deformado al que ahora generosamente nos convidan, es prueba fehaciente, de que lo negociado o, mejor dicho, que todo lo entregado por el gobierno en Cuba, si fuera conocido por los colombianos, sería tajantemente rechazado.

En todo caso, tenemos la oportunidad para rehusar a ese engendro que nos quieren meter disfrazado de paz.

El presidente Santos nunca ha sido sincero con el pueblo colombiano y ahora es esclavo de sus mentiras. Él NO es persona de fiar como para entregarle ese pagaré que pretende que le firmemos sin siquiera conocer su contenido.

Un NO al plebiscito salva nuestra democracia, y de paso, pone al presidente en “serias dificultades”.

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