¡El príncipe de las tinieblas!

Es preocupante lo que pasa con las entidades del sector rural: todas nacen con el virus de la corrupción; al morir, quedan dando coletazos, con millones de campesinos damnificados.

Como nos vamos aproximando a la etapa postconflicto, siendo el sector agropecuario su principal jalonador, es importante hacer un análisis sobre la suerte que han corrido las entidades del sector rural, que en su mayor parte mueren víctimas de la corrupción, el despilfarro, chanchullos, saqueos y peculados.

Lamentablemente, ser liquidadas, se ha convertido en el mejor negocio del mundo, que como en el caso de “Fiduprevisora” las deja agonizantes, dando coletazos de supervivencia, puesto que es allí donde está el negocio; por lo tanto valdría la pena que los organismos de control iniciaran una exhaustiva investigación, con la absoluta seguridad que no perderán el tiempo.

El nombre de príncipe de las tinieblas, viene de los personajes politiqueros que colocan a sus recomendados en determinada entidad del sector rural, para cumplir única función: robar para su causa política, pero que finalmente no dejan rastro, puesto que quien les maneja sus intereses económicos y burocráticos es el gerente de la entidad.

Nuestros campesinos siempre son la pelota de poner, quitar y jugar al mejor postor entre la clase dirigente y corrupta de nuestro país; ninguno de los tres poderes se conduele con semejantes abusos; como consecuencia lógica, la población rural se encuentra en situaciones tan precarias, que para la etapa del postconflicto, si es que se firma el acuerdo de paz, se van a destapar ollas podridas y muchos de los mandamases que se encuentran dictando cátedras de paz, altruismo y grandeza, tendrán que responder por sus fechorías.

Constituir entidades para el sector rural, se volvió el mejor negocio del mundo, por lo regular inician sus actividades con la eterna y siempre retahíla del gobernante de turno: que es para beneficio y redención de nuestros campesinos, al inaugurarse con bombos y platillos inician sus actividades con un memorial de agravios a su favor que hace llorar al más fuerte de los inmorales y corruptos, pero que la verdad monda y lironda es que dicha entidad cumplirá su ciclo mientras un grupo de avivatos roban su presupuesto y la asfixian administrativamente con cargos innecesarios, y funcionarios viajeros incansables, que viatican para mejorar sus factores de liquidación y así lograr jugosas pensiones.

Pareciera que el sector agropecuario de nuestro país naciera con el príncipe de su propia desgracia, puesto que a donde llega, siembra la cizaña que alborota el catarro de la corrupción, carcome la entidad paulatinamente para extraerle su última gota de supervivencia, hasta que finalmente pasa a cuidados intensivos, nombrándose un liquidador para que la ayude a bien morir, como ocurrió con la Caja Agraria, que después de 30 años con liquidador a bordo continúa dando coletazos de supervivencia en medio de su agonía, porque al expedirle su partida de defunción definitiva se pierden muchos réditos.

Si hacemos un recorrido por las entidades del sector rural que se han constituido en los últimos 40 años en Colombia, nos quedamos más que boquiabiertos; pero mencionemos unas cuantas para que nos sirvan de modelo al dolor y la desgracia tan justificada en que vive el sector rural:

1º- Instituto Nacional de Abastecimiento, INA: fue creado en 1944 por medio de la Ley 5º como entidad encargada de la comercialización de productos del sector rural; lamentablemente fue liquidada puesto que sus funciones y servicios fueron tan pobres que no ameritaba sostener un tren burocrático con desempeño tan deficiente; empezó a ser liquidada, dejando una burocracia devengando, pero inoperante.

2º- Instituto de Mercadeo Agropecuario, IDEMA: fue creado por Ley 4º de 1979, con el único propósito de comercializar productos del sector agrícola, toda vez que nuestros campesinos no tenían forma de hacerlo, dado el precario estado de las vías de comunicación; fue constituida para subsanar las deficiencias del INA, pero resultó peor el remedio que la enfermedad: fueron muchos los gerentes y funcionarios corruptos que se enriquecieron.

Finalmente el IDEMA. Sucumbió ante los desgreños administrativos, chanchullos y peculados; fue suprimida mediante Ley 4º de 1979, dejando todo un legado de desgracias que a casi 40 años de estar en liquidación continúa dando coletazos de supervivencia para beneficio de sus liquidadores.

3º- Instituto Nacional de Recursos Renovables, INDERENA: se creó como un organismo de protección y conservación del medio ambiente; lamentablemente, como todas las anteriores, sucumbió vergonzosamente por su asfixia burocrática, y fue reemplazada por las Corporaciones Autónomas Regionales, CAR, que no han pasado de ser entes territoriales para pagar favores políticos y sin ningún plan de desarrollo que les permita la conservación del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales; continúan funcionando con una abultada nómina burocrática y despilfarros administrativos.

4º- Instituto Colombiano de Reforma Agraria, INCORA: fue creado por Ley 135 de 1961 como un establecimiento público del orden nacional, adscrito al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, con el fin de apoyar al pequeño y mediano campesino en la adquisición de tierras y proveerlo de los instrumentos básicos para su producción; finalmente sucumbió ante los desafueros administrativos y el abuso de ciertos funcionarios que despojaban de sus predios a humildes campesinos con el fin de negociarlos con los terratenientes de la región.

5º Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, INCODER: La misma vergüenza de las anteriores: chanchullos, peculados, saqueos y, en fin, todo un zafarrancho, de señor mío Jesucristo, que finalmente el presidente Santos ha optado por liquidar mientras se inventa otro entuerto para entretener por otros años al martirizado pueblo campesino.

5º Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero. Fue creada en el gobierno de Mariano Ospina Perez, tuvo su edad de oro con créditos para los campesinos, funcionó con este precepto durante los primeros 30 años, hasta que empezó a ser politizada otorgando créditos a los poderosos con recomendaciones políticas que por lo regular no los pagaban. Merced a todo este despelote, fracasó administrativamente, pero aún continúa dando coletazos en medio de su agonía, puesto que su liquidador hace exigencias que están fuera de la Ley.

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