Presidente: reaccione, aún está a tiempo

La venta de Isagen es un golpe muy bajo para los colombianos.

No hay derecho a que el presidente Juan Manuel Santos y su Ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas Santamaría nos dañen las vacaciones de esta manera a los colombianos. No hay derecho a que las personas que conocemos de la gravedad del tema de la proyectada venta de Isagen no podamos disfrutar con tranquilidad de las fiestas de fin de año porque este gobierno, en lugar de hablarnos de cosas gratas, nos regala la perversa noticia de que insiste en entregar a manos extranjeras nuestro patrimonio más sagrado y más valioso, en esta coyuntura económica y ambiental.

No hay derecho a que tengamos una democracia tan imperfecta y nos quedemos de brazos cruzados ante semejante realidad. ¿Qué vamos a hacer?, me preguntan por estos días muchos que han expresado su respaldo a mis columnas que rechazan esta venta y que, como yo, tampoco han podido dormir tranquilos en estas fiestas ante tanta insensatez del gobierno. Y yo les devuelvo la pregunta a todos los colombianas que estallamos en perplejidad e indignación: ¿qué vamos a hacer?, ¿nos merecemos este trato indigno de un gobierno que se dice interesado en la paz y el bienestar de todos los colombianos? ¿por qué no hemos hecho un escándalo todos los noticieros y medios de comunicación unidos, si es verdad que somos voceros de la comunidad?, ¿por qué los expertos en interponer toda clase de recursos jurídicos no lo hacen ya, antes de que sea demasiado tarde?

¿Cómo es posible que algunos medios califiquen de presidenciable a un Ministro como el señor Cárdenas, que está siendo ciego, sordo y mudo ante las peticiones del Congreso, de los medios de comunicación, de los gremios, los expertos y también los ciudadanos de a pie que piden la no venta de Isagen? ¿Cree este señor que los colombianos han de elegirlo para presidir nuestros destinos después de habernos quitado, abusando de su poder, lo que es nuestro para entregarlo a intereses extranjeros? ¿Cómo es posible que las Farc, que se sienten con derecho a pedir el oro y el moro en las negociaciones con el Gobierno, no le hayan incluido en sus memoriales la exigencia de no a la venta de Isagén? ¿Nos hemos dado cuenta que la venta se está anunciando para principios de enero, como quien dice para cogernos con los calzones abajo, cuando todos estamos anestesiados por el licor y las celebraciones? Este es un golpe bajo más para los colombianos.

Actuemos, señoras y señores. Apoyemos las acciones que han emprendido algunas personas como la senadora antioqueña Sofía Gaviria Correa para detener esta venta. Salgamos a las calles, saquemos cacerolas, llamemos a los medios para manifestar nuestra rabia e indignación, escribamos al presidente y a sus ministros, rodeemos a Isagen. Pidamos al gobierno que esculque para buscar plata para las 4G de otras fuentes de recursos, así sea del mismísimo Galeón y todos tesoros escondidos en la profundidad del mar y que, a buena hora fueron encontrados.

Ojalá el presidente Santos y sus ministros entiendan que empezar el año vendiendo a Isagen es enterrar de una vez por todas las esperanzas de paz y prosperidad para Colombia. Este sería un sapo que no perdonaríamos jamás los colombianos y que le cobraremos caro a su gobierno diciendo no a sus plebiscitos y demás engendros. O se es un buen gobernante o no se es. O se actúa con inteligencia y sensatez y se escucha a los gobernados o se es un dictador que no merece estar allí donde lo pusimos en un acto de fe. Presidente, reaccione. Aún está a tiempo.

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