Las falacias de Santos

Durante la pasada ceremonia de consagración de 15 nuevos colegiales en la Universidad del Rosario, el presidente Santos se refirió al expresidente Andrés Pastrana y lo acusó de utilizar la “falacia del espantapájaros”.

Según el primer mandatario, Pastrana estaría tergiversando una realidad para “convertirla en un muñeco de paja para asustar”. Al referirse a la falacia de Pastrana, Santos lo acusó de sofista, de alguien que busca convencer no porque defiende la verdad, sino porque parte de mentiras.

Pero varias de las afirmaciones de Santos, al igual que su definición de sofista, están sustentadas en bases falsas. Descalificar las críticas de Pastrana, no por la naturaleza de su oposición, sino por sus antiguos intereses por una salida negociada al conflicto es caer en la misma trampa. ¿Qué función tiene recordarle la zona de despeje? No por haber tomado una postura que en su momento falló queda el exmandatario imposibilitado para opinar sobre cualquier proceso de paz. Antes al contrario se podría decir.

Pero no son solo los políticos los que emplean falacias con impunidad. Varios periodistas se han ido lanza en ristre contra el expresidente Uribe recordándole lo que hacían los paramilitares durante el proceso de desmovilización. Pero, porque lo hicieron los paramilitares, ¿está bien que lo hagan los guerrilleros? Y, más aún, ¿queda Uribe imposibilitado para argumentar sobre el proceso de paz? Uribe es sospechoso de muchas cosas, pero su opinión sobre la salida negociada del conflicto no está descreditada de suyo.

Claro, quien emite la crítica importa. Sería demasiado irónico si el expresidente Samper comenzara a atacar la corrupción que genera el narcotráfico. Sin embargo, y desde ángulos muy opuestos, los expresidentes Pastrana y Uribe tuvieron que enfrentar el conflicto armado. Los diálogos no se pueden volver un “mito” intocable. No se trata de sabotearlos, pero, como todo en política, tampoco dejarlos pasar sin resistencia. Mientras tanto, nuestro presidente tiene que aprender a defenderse porque la obviedad de sus falacias insultan a quien las oye y descalifican a quien las emite

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar