Solo, inmensamente solo

Un Presidente que esté más solo que nunca en la historia oficial de este país, es el Presidente Juan Manuel El Santo. Por esa razón viaja tantas veces al exterior donde si tiene amigos que le comen el cuento de la paz a su manera, pero que en realidad es a la manera de las Farc. Un país al que le inhibe ir la dignidad de su cargo es Venezuela, donde un pobre y energúmeno Jefe de Estado continúa protegiendo las guerrillas colombianas y además cierra las fronteras, expulsa a miles de nuestros compatriotas y llena de agravios a expresidentes de nuestra nación. La soledad de Juan Manuel El Santo está plagada de incertidumbre y melancolía, las mismas que contagia a los ciudadanos que viven bajo su mandato. Juan Manuel no es el líder de la nación ni el capitán del buque que navega en este mar de los sargazos. ¿Cómo va a tener el liderazgo que exige su cargo, si son graves los elementos del desastre que ha producido? Una simple enumeración sirve para no olvidarlos, ya que sus diarias expresiones fantasiosas se parecen a la tinta que expele el calamar para esconder su huida y le borra los hechos y congojas al que le sigue la pista.

Vendió Isagen en vísperas de un peligro de apagón, contra la expresión pública de la mayoría ciudadana y congresional. No ha sabido meter en cintura a las corporaciones regionales que tienen a su cargo la protección del medio ambiente de tal suerte que un verano intenso no tiene responsables de las cuencas hídricas y la reforestación y al llegar la estación de las lluvias, las inundaciones afectan a las mismas comunidades que hace un mes estaban sedientas extremas. Igual ineficacia para sus ministros relacionados con el tema. Creó su gobierno un caos para el pago del impuesto vehicular en perjuicio de todos los propietarios de automotores. Aplica a los gremios que no le son sumisos, multas equivalentes a una expropiación, como el caso de los azucareros. Nunca había sufrido una crisis el sistema de salud tan grave para millones de colombianos, disimulada y escondida de bajo perfil, mientras focalizan dramáticamente la miseria de los wayuu y las muertes infantiles por desnutrición. La empresa bandera y ejemplar del Estado, Ecopetrol, está en cuidados intensivos, no paga dividendos a los accionistas, pero se endeuda en el mercado exterior para trasladar fondos al gobierno central. Se prepara una inevitable reforma tributaria donde se anuncia que recaerá en las espaldas de las personas naturales (empleados, profesionales, obreros calificados, pensionados), empresas de todo nivel y sus accionistas, una aplicación inflacionaria del impuesto del IVA de tres puntos sobre el actual. Sin recato, a pesar de su responsabilidad en el cuidado de los fondos públicos, la Ministra estrella estrellada encuentra 6 mil maestros fantasmas, es decir, que pagan en la nómina pero que no existen y 123 mil estudiantes que tampoco existen ni asisten a clase, pero figuran matriculados. La Policía Nacional ha estado dirigida y administrada por una cúpula copuladora que gira alrededor del anillo anal. Nombra el Presidente una presunta comisión investigadora que debió entregar el informe encomendado. No conocemos la Comisión ni el informe y le bastó al gobierno la renuncia del Director de la Policía.

Sigue el memorando: el 23 de marzo no se firmó el acuerdo con las Farc y se aplazó por iniciativa de la guerrilla, aun cuando Santos presentó el hecho como original de su cacumen. Una organización criminal que tiene tres nombres: Los Urabeños, el clan Úsuga y el que ellos se autodenominan, Autodefensas Gaitanistas, (los dos primeros son estigmatizadores de los habitantes de una región donde habitan 600 mil personas y con el apellido Úsuga se registran 21 mil ciudadanos). Esa organización realizó un paro de dos días mediante amenazas y actos delictivos graves en varios departamentos y regiones, sin que el Presidente y sus Ministros tuvieran una disposición y capacidad para evitarlo. El Eln no se queda atrás, hace y aplica un paro armado con quema de camiones y secuestro de conductores en el Chocó.De La Habana viene un barco cargado de canciones y de santería del cual no se puede nombrar nada porque aparece el dedo acusador de ser enemigo de la paz, mientras Juan Manuel recibe en bandeja de oro la delegación del Congreso para legislar a su antojo, como cualquier Nicolás Maduro.

Serán 90 días prorrogables de dictadura democrática, al servicio de las Farc.

Nos quedan otros hitos santistas por narrar, pero el tema de Nicaragua es tan protuberante y vergonzoso que es un tumor en la bandera y el escudo nacional. ¿De los guerrillos, los bacrimeños y de las demandas nicaragüenses, quién nos va a defender? También en estos rubros la nación está sola, como sola está la estatua de Bolívar en las plazas de los municipios colombianos. Entonces la estatua dirá: “Ciudadano: no pases sin saludarme. Yo dejé la Gran Colombia liberada, pero hoy tendrás que liberarla de los nuevos invasores sentados en la Habana, pero gobernando en mi solio que dejé en Bogotá”.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar