Errores que cuestan

El dicho popular “los errores se pagan con plata”, tan cierto como la mayoría de los refranes y dichos, lo sufrimos ahora y desde hace unos años con las obras públicas.

Se suspendió la construcción del metro de Medellín por parte del Gobierno Nacional y lo estamos pagando por la demora que duplicó su costo y por lo que significó esa demora para el transporte público en Medellín.

Se suspendió la construcción del túnel al Oriente y, además de los mayores costos, estamos sufriendo las congestiones en la zona del Valle de San Nicolás y en la vía a Las Palmas. Se ha vuelto esta carretera casi intransitable en las noches dominicales por el regreso de tanto paseante del Oriente antioqueño. Una suspensión absurda, injustificada para llegar a la conclusión de que todo estaba bien y que se ejecutaran los trabajos tal como estaban planeados, con los mismos estudios del impacto ambiental que inicialmente se habían hecho. Los errores se pagan con plata, pero en estos casos se pagan con la plata de quienes han sufrido los errores de los administradores públicos.

Ahora se suspendió la iniciación de los trabajos del túnel del Toyo por supuestos errores en la adjudicación de un contrato para la gerencia de esa obra. La Contraloría de Antioquia encontró 25 errores en la contratación, el gobernador no estuvo de acuerdo con el contrato firmado por el anterior mandatario. Consecuencia, una demora de 75 días para llegar a lo mismo que se había firmado.

Esto es como el castigo de lo sucedido con el túnel al Oriente. El gobernador saliente firmó el contrato, el que llegó lo frenó. Ahora, el gobernador saliente, el mismo que frenó el túnel al Oriente, firmó el contrato del túnel del Toyo y el entrante lo frenó. Pagaron con la misma moneda, pero el pago de los perjuicios corresponderá a la comunidad.

“Tantos ires y venires, tantas vueltas y revueltas” para llegar a lo mismo no lo podemos seguir aceptando, las administraciones deben tener continuidad, si hay un error en lo contratado por una administración, que esta responda por ese error, pero que el que llegue siga con los programas del anterior, que haya continuidad, que no se suspendan las obras y programas, que cada uno responda por lo que hizo.

A propósito del túnel del Toyo y de la carretera más importante para que el occidente colombiano tenga una salida al mar y sus puertos, que le ahorrarán a la región occidental de Colombia más de trescientos kilómetros de transporte y costos en el embarque, hay que insistir en iniciar las obras de las 4G. Los recursos se agotan, ya se habla de la falta de dinero para continuar con las carreteras programadas y, como siempre, las de Antioquia son las últimas. Si los amigos de Juanpa (como le gusta que le digamos) no hacen nada para que le cumpla a Antioquia, esas carreteras tendrán que esperar otros noventa años como los que van corridos desde el primer golpe de barra para su construcción en 1926.

¿Quién podrá salvar a Colombia y a Antioquia? La resistencia civil y otra marcha serán las únicas formas.

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