Me equivoqué

En mi artículo anterior dije que se tumbaban los árboles en lo más profundo de la selva colombiana para evitar la presencia de las autoridades y poder sembrar la coca sin posibilidades de control.

El miércoles, después de enviar el artículo, vi en este diario unas fotos de cultivos de droga a lado y lado de una carretera terciaria. Esa es la diferencia entre cuando había un control real y cuando se hace todo para evitar ese control. Se prohibieron los bombardeos, se prohibió la fumigación con glifosato, se rebajó la erradicación manual y, como resultado de todo esto, se multiplicó por mucho el área de cultivo. Ahora se facilita todo para que los cocaleros puedan sembrar su droga al lado de las carreteras y la puedan llevar a los laboratorios sin las dificultades anteriores, cuando de verdad se perseguía a los delincuentes. Mucho va de Pedro a Juan…pa (como le gusta que le digamos).

Aparte de reconocer mi error, como si no conociera lo que es este gobierno entregado a la subversión, quiero sentar mi protesta y a la vez denunciar lo que ocurre con los abusos del gobierno: en el peaje del túnel Fernando Gómez Martínez, junto con el recibo de pago, hacen entrega de una hoja que plantea “Diez razones para decir sí a la paz”. Además de que es un abuso y aprovechamiento del poder público, es una mentira, ya que no se trata de decir sí a la paz que todos queremos, sino que se trata de decir sí a la entrega del país a un grupo armado, terrorista, narcotraficante, secuestrador, violador de niñas que ha acabado con Colombia y con el futuro de las nuevas generaciones.

Para hacer la publicidad en favor del voto por el sí se acude a todos los medios lícitos y no tan lícitos. Se aprovecha la propiedad por parte del Estado de las ondas electromagnéticas para obligar a todas las emisoras a pasar una propaganda continua por el voto afirmativo. Se obliga a los empleados públicos a hacerlo sin ningún rubor, se saca temporalmente a servidores del Estado para que se dediquen a la propaganda del sí. Por otro lado, el presidente Santos no tiene tiempo para un diálogo con el expresidente Uribe sobre el tema tan importante del plebiscito.

Otra cosa: Veo que se inauguran carreteras del programa 4G hasta con peleas con la gobernadora del Meta. Que se inician en otras regiones del país y, al mismo tiempo, se suspenden los trabajos de la única que se había empezado en Antioquia por falta de recursos. ¿Qué se hicieron los dineros de la venta de Isagén? ¿No eran para las carreteras de cuarta generación? Habíamos advertido, para Antioquia no habría nada porque nos dejaron para lo último.

¡Despertemos antioqueños! Nos siguen golpeando y nos quedamos callados. Tenemos que exigir que se haga justicia con nuestro departamento. Se agudiza el centralismo, se incumple la descentralización que manda la Constitución, se golpea a nuestro departamento y nosotros callados.

Primero hay que votar por el NO a Santos el dos de octubre. Después reclamar lo que nos han prometido y lo que nos corresponde como parte que somos de Colombia.

Antioquia se tiene que hacer sentir.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar