Muchos perdedores, un ganador

El plebiscito del domingo, aparte de que deja muchas enseñanzas, deja también muchos perdedores tendidos en la lona y nos deja un solo ganador.

Perdió la arrogancia: el presidente Santos dijo que él hacía la pregunta que le daba la gana. Esos no son términos para un jefe de Estado, esa es la arrogancia que solo tienen los dictadores. Pues esa pregunta, con la inclusión de la palabra paz prohibida por la Corte Constitucional, quedó derrotada.

Perdieron los partidos: se unieron el partido de la U, el Polo Democrático, el partido Liberal, el partido Conservador, Cambio Radical y los Verdes, no sacaron la mayoría, perdieron todos juntos.

Perdieron los encuestadores: no sé si se equivocaron en la muestra, en la metodología, en las preguntas, en sus intenciones o en qué, en todo caso ninguna de las firmas encuestadoras se acercó a la verdad de lo que pensaba el pueblo colombiano.

Perdió el periodismo: los medios de comunicación, con contadas excepciones, se dedicaron a predicar las bondades de la entrega del país a los grupos subversivos y no lograron convencer a la gente.

Perdió la violencia de las amenazas a alcaldes y gobernadores que si no hacían campaña por el sí, perderían los auxilios y transferencias para las obras.

Perdió la tal ideología de género. Esa cansona repetición de ellos y ellas, todos y todas que llenó páginas enteras del documento que rechazó el pueblo colombiano. Escrito como para que la gente no lo lea. Un ejemplo: en el punto 5.2 “Compromiso con la promoción, el respeto y la garantía de los Derechos Humanos” se lee: “…asegurar la satisfacción plena de Derechos Humanos de todos y todas, incluyendo las mujeres (¿no estaban en todas?) los niños y niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores, de las personas en situación de discapacidad, los pueblos indígenas, las comunidades campesinas, las poblaciones afrocolombianas, negras, palanqueras y raizales, la población LGBTI, y los defensores y las defensoras de los Derechos Humanos, sindicalistas, periodistas, agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, comerciantes y empresarios y empresarias;…” ¿No estaba toda esa lista absurda en todos?

Perdió esa frase tan rebuscada y tan peligrosa como la que califica a los cultivos con dos palabras: los cultivos de uso ilícito.

Perdió el espectáculo montado en Cartagena celebrando la firma de un documento antes de la refrendación. Se perdió el viaje de los invitados.

Se perdió el viaje a Suiza para entregar un documento que el pueblo soberano de Colombia no aprobó.

Se perdió la mermelada repartida. La gente se hizo respetar en sus opiniones y en su voluntad. La mermelada cambió su dulzura por la amarga derrota.

La única ganadora fue Colombia y su democracia. El pueblo colombiano rechazó la entrega a los grupos subversivos.

Ahora, con el oportuno reconocimiento de la derrota por parte del presidente Santos y de la voluntad de su pueblo de no entregarnos, hay que sentarse a corregir todo lo inconveniente y que signifique entrega que en mala hora se había convenido. “La Paz sí pero no así” como decía uno de los mensajes que recibimos.

Y, si se me permite, una petición a los representantes del Gobierno y del Centro Democrático, por favor redacten algo que se deje leer.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar