De acuerdo con cifras divulgadas recientemente por la Comisión Económica para América Latina -Cepal- se prevé una contracción en 2016 del menos 0,9% en la economía latinoamericana, algo más de lo previsto, en tanto que proyectan un repunte al 1,7% en 2017.

A la economía colombiana, según las proyecciones del Emisor y de la Cepal, le crecerá su PIB en 2016 entre el modesto 2,0% y el 2,3%. El Banco Mundial predice un crecimiento de nuestro PIB del todavía insatisfactorio 2,8% para 2017. Colombia debe y puede crecer no menos del 5% por año.

El Banco Mundial, que reportó el monto del PIB de Colombia en 2013 en 380.000 dólares, estima que este año tan solo se avecinará a los 290.000 como resultado, en gran parte, de la caída de los precios del petróleo.  En pesos corrientes de los de Colombia en 2016, bordeará nuestro PIB los 850 billones de pesos, billones de los de 12 ceros. Inflación proyectada para el año en marcha, el desbordado 6,7%. La inflación del país no debería superar el 3% por año.

Como es sabido el PPP son las iniciales del Purchasing Power Parity o sea las tasas de cambio de Paridad en el Poder Adquisitivo -PPA, en español-, o “de comparar los costos de las cestas que compran los mismos bienes y servicios básicos en los países involucrados”. Presento a continuación los ingresos per cápita y por año, obtenidos por el Banco Mundial, en dólares estadounidenses de 2015, basados en el PPP y el índice de Gini:

1 Trinidad y Tobago US$30.000. 2. Puerto Rico US$24.000. 3. Antigua y Barbados US$22.000. 4. Chile US$22.000. 5. Panamá US$21.000. 6. Uruguay US$20.000. 7. México US$17.000. 8. Brasil US$15.000.   9. Costa Rica US$15.000. 10. República Dominicana US$14.000. 11. COLOMBIA US$14.000. Ni Argentina ni Venezuela aportaron datos. Colombia, sin guerrillas ni bandas criminales, se debería acercar a México.  

Déficit fiscal o presupuestario describe la situación cuando los gastos realizados por el Estado superan sus ingresos no financieros. Se oye decir que este déficit a la fecha es del elevadísimo 3,8% del PIB, o sea unos 32 billones de pesos. De ahí la urgencia apremiante de aprobar una polémica reforma tributaria tan “desestructurada” que bien podría reducir los recaudos, según el señor Laffer. La Unión Europea no tolera déficits fiscales mayores del 3%.

Déficit en cuenta corriente refleja la diferencia entre los egresos de un país por importaciones de bienes, servicios y transferencia de ganancias y los ingresos que recibe del resto del mundo por los mismos conceptos. Se proyecta cerrar 2016 con otro elevado déficit en la cuenta corriente del 5% del PIB. No es mucho mayor gracias a los ingresos por la venta de Isagén. Lo ideal: registrar superávits.

La deuda externa pública y privada. A mitad de 2016 sumaron estas deudas elevados116.000 millones de dólares, cifra que asciende al 40% del PIB. Recordemos que el endeudamiento máximo aceptado por la banca internacional para los países en desarrollo es del 40% de su PIB. Deuda del gobierno 70.000 millones de dólares y del sector privado 46.000.

La deuda pública total del Gobierno Nacional Central es la suma de dos deudas:  en dólares la externa y en pesos la doméstica. No se incluyen a continuación las elevadas deudas existentes hoy sobre las vigencias futuras. Estimo dicha deuda total a la fecha en 53% del PIB. Este porcentaje sobre los 850 billones de pesos antes mencionados nos arroja una deuda pública cercana a los 450 billones de pesos. Su servicio -capital más intereses- está presupuestado en 54 billones para 2017. Resumiendo, cada colombiano adeuda hoy cerca de 9 millones de pesos y destinará el año entrante algo más de un millón de pesos de sus impuestos para pagar deudas.

Conclusión: la economía colombiana no marcha bien, porque la suma de todos los recaudos tributarios por:  rentas, retefuente, IVA, reforma tributaria de 2016, ingresos no tributarios… dudo que supere tal suma en 2017 los 170 billones de pesos, suma modesta frente a un presupuesto de 224 billones de pesos para el año entrante. Para financiar este faltante renovará o elevará el gobierno de Santos nuestra deuda pública en forma vertiginosa, como nunca antes.  ¿Hasta cuándo?