¿Libertad y trascendencia en Cuba según la profecía de San Antonio María Claret?

“A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos.”

Fidel Castro XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Abril de 2016

“Siempre soy libre, incluso en prisión. Mis pensamientos, mis sueños y mis aspiraciones no pueden ser destruidos materialmente.”

Lech Walesa, Líder obrero, Premio Nobel de Paz 1983, Expresidente de Polonia.

La verdadera trascendencia es el perfeccionamiento de la libertad que nos hace felices, aun en medio de los avatares y tragedias de la vida. Este enfoque sobre la muerte de Fidel Castro puede ser un escrito políticamente incorrecto, pero necesario; pues el tema de la trascendencia es tabú en los medios; por lo que el asunto por estos días será el de la alegría de los exiliados cubanos, bochorno en los interesados en estirar la influencia castrista, dolor entre sus allegados y amigos, indiferencia, cálculos geopolíticos, y posibles noticias míticas sobre el fracaso de la revolución como que Fidel murió en el aniversario 60 del desembarco del Granma; y los infaltables memes mamagallistas en las redes, etc. Pero de la trascendencia, nada, existiendo para el ámbito político la expectativa creada por la profecía de San Antonio María Claret que Castro conocía y en la que se decía que moriría de viejo.

Y porque la tenía presente, seguramente se solazaba de su posible longevidad como una ventaja política, cuando al hablarle los periodistas de los muchos atentados se reían diciendo que su tiempo de morir no había llegado. (CNN en Español- Un viaje con Fidel Castro, 1979) Quizá por eso, sabiendo que transitaba los últimos días de la profecía, en su último discurso, con voz trémula por la ancianidad y el miedo, habla Fidel del ‘turno’ que espera para morir. (Chávez también vivía señalado por una profecía sobre su muerte hecha por su bruja de cabecera, Cristina Marksman)

Pero… ¿Quién define el turno? Si hay un turno, quiere decir que hay un orden, como lo hay en las leyes del universo. ¿Un orden para morir que se puede pronosticar para desgracia o dicha del implicado, e interés de los que le rodean? ¿Por qué? ¿Le atormentaba ese ‘turno’ al iniciado en la santería que llenó a Venezuela de sus agentes santeros y se llegó a creer el avatar de la ‘revolución’? Responder esas preguntas nos pone en dirección de una trascendencia y las consecuencias de lo que hacemos.

Y habla también Fidel de ‘ideas’ socialistas que quedan relacionadas con un esfuerzo de la voluntad. Lo interesante de esa capacidad de representación humana, llamada idea, es que no solo se limita a bienes culturales y materiales que se necesitan, sino a ‘bienes’ que complementan y ayudan al hombre a explorar algo llamado trascendencia, como la posibilidad de un conocimiento o experiencia REAL, pero incomprensible; o una representación subjetiva, bien sea mediante la imaginación, el razonamiento o la prueba científica. Esos bienes que no incluyó Fidel Castro en su personal versión revolucionaria, debido a su peculiar modo de ser el simpático psicópata soñador e impulsor de imposibles, encantador de multitudes, yo los llamo BIENES ESPIRITUALES Y ETERNOS.

Fidel Castro murió porque algo llamado espíritu se desligó de su cuerpo, rápidamente desechado. Ese algo no ha podido ser remplazado por máquinas, ni revivido por ninguna magia; pero ese espíritu sí ha podido ser detectado, en un ambiente controlado, mediante un experimento en el que interviene la voluntad de un enfermo terminal entrenado para un experimento post mortem que le permita encender un televisor, después de fallecido, y probar así que está presente, para operar y demostrar su existencia invisible.

De esa forma EL EXPERIMENTO DELPASSE le da alcance a la cuestión de la supervivencia del espíritu humano sobre la muerte física que ha interesados a psicólogos, parapsicólogos profesionales de la religión, médicos, biólogos, especialistas en cibernética, físicos, químicos, en casi todos los países y épocas. Y es uno de los pocos, sino el único, con evidencia científica de los resultados.

En el experimento se prueba que después de la extinción de toda actividad cerebral hay una energía desconocida que es capaz de recuperar los contenidos de la memoria. Esta energía, podemos suponer, es la TRANSPORTADORA de una conciencia duradera, que llamamos la inmortalidad del espíritu. En el Experimento Delpasse se comprobó que esa ‘energía’ no era alimentada por la vitalidad del cerebro porque estaba muerto, desplazándose entonces a una dimensión diferente a la que conocemos. Los detalles del experimento se pueden estudiar en: “El experimento Delpasse – El descubrimiento de una nueva energía psíquica” por James Bedford y Walt Kensington, Martínez Roca, 1976 Colección La otra ciencia.

De más reciente comprobación son los resultados del cardiólogo holandés Pim Van Lommel expuestos en “Consciencia más allá de la vida” (Editorial Atalanta, 2007) dados a conocer en el 2001 en la prestigiosa revista médica The Lancet, causando con ello un revuelo internacional, pues ofrece abundantes pruebas científicas de que las “experiencias cercanas a la muerte” no son un fenómeno que se pueda atribuir a la imaginación, la psicosis o la falta de oxígeno. Los hechos evidencian que la consciencia es algo mucho más vasta y compleja que el cerebro y que sigue existiendo pese a la ausencia de toda función cerebral. Estas experiencias ocurren en TODAS LAS CULTURAS, cubren las diferentes visiones religiosas del pasado hasta explicarse con los nuevos presupuestos de la física cuántica, en donde estos fenómenos tienen un lugar coherente dentro de sus modelos teóricos.

Pues bien, en su último discurso Fidel Castro habló con orgullo de su esfuerzo socialista frente al enemigo capitalista. Creo que es el mismo sentimiento de un científico que, frente a una cultura materialista, persigue una idea por muchos años, incluso no creyendo a veces en ella, y de pronto se da cuenta que puede probar esa ‘inmortalidad’ que para los otros no existe. ¿Se siente orgullo, satisfacción, júbilo? ¿Inquietud por el secreto revelado? ¿Un sentimiento de culpa porque fue el que levantó el velo? ¿Tal vez valor ante la decisión que debe continuar al enfrentar, además, a una comunidad científica incrédula?

Una vez aclarado científicamente que existe una vida después de la muerte, no puede ser que Marx y Lenin borren de un plumazo una experiencia universal atestiguada por todas las culturas, investigada además por los soviéticos, en las que existe un cielo y un infierno, definitivos, o vividos antes de reencarnar o seguir viviendo en la eternidad; o la posibilidad de un purgatorio. Ignorar estas realidades es una estrategia política y existencialmente muy conveniente para poder hacer cada quien lo que le venga en gana.

Pero siendo el ser humano una bestia ansiosa de lo eterno se sobrepone al desgaste crítico o teológico de las religiones, al deseo acomodaticio de la irresponsabilidad trascendental, a la represión marxista que busca aniquilar las certezas del espíritu. Por eso en Venezuela a Chávez lo volvieron El Comandante Eterno; y seguramente Fidel hará parte de ese nuevo panteón, pues ya en Cuba empiezan a pedirle su ‘bendición’ desde el lugar donde esté. El universo de la religiosidad alternativa funciona con su mercadeo que busca nuevos cauces hasta proponer una trascendencia sin Dios, ajustada al consumidor, llena de platillos voladores, satanismo de todas las variedades: racionalista, ácido, hedonista, ocultista, luciferino, mafioso; pseudociencia, orientalismo, milenarismo, políticos, médicos sanadores, etc.

La muerte de Fidel Castro en el escenario de ultimidades que hemos construido como personas o colectividad, con o sin la religión tradicional, debe servirnos para encontrar o confrontar el sentido último de nuestros esfuerzos. Sin embargo, culturalmente el tema ha sido relegado por lo que es ‘políticamente incorrecto, tabú’ hablar de él, aunque la gente, en silencio, se aferra a la esperanza, que es una guerrera poderosa y feroz. 
Ahora bien, si Fidel Castro pronunció su famoso discurso “La historia me absolverá”, contradicho por un genial artículo de Carlos Alberto Montaner (La historia no lo absolverá) lo hizo por ser consciente de que necesitaba una sanción absolutoria para sus actos deplorables; y al prevenir su muerte, como santero sabía que tenía una conciencia que le sobrevive y también que sus restos podrían ser utilizados para ‘trabajos’ de alta brujería por los paleros. Por eso ordenó cremarlos rápidamente. De ahí que el funeral se extienda hasta el 4 de diciembre para enterrar sus cenizas el día de Santa Bárbara o ‘Changó’ en el panteón santero y convertirlo en el Nuevo Orisha de la Revolución. Entonces la preocupación no debe ser si la historia nos absuelve, sino más bien cuál será el veredicto del juicio sobre esa conciencia en un escenario en el que se reproducen todos los actos de nuestra vida y sus consecuencias.

Para ilustrar lo anterior cito una de las escenas más terribles de Hamlet que no es su dilema existencial, sino el odio, al final de la tercera escena, tercer acto, cuando piensa matar a su tío, entrando en escena entonces el drama de la conciencia que, hipotéticamente como ejemplo de lo que discutimos, podría ser recordado en su juicio personal ante Dios.

“HAMLET.- Ésta puede ser la ocasión, ahora está rezando. (Saca la espada). Y ahora lo haré. Y así él irá al cielo y yo quedaré vengado. Esto debe ser examinado: un malvado mata a mi padre, y por eso yo, su hijo único, hago que este mismo villano llegue al cielo. ¡Oh, esto es contratación y pago, no venganza! El sorprendió a mi padre acabados los desórdenes del banquete, con todas sus culpas volando como las flores en mayo; ¿y quién sabe cómo guarde su cuenta el cielo? Pero, según yo creo, terrible es su sentencia. ¿Y quedaré vengado matándolo cuando purifica su alma; cuando está preparado para la partida? No, détente, espada, y espera ocasión más odiosa. Cuando duerma embriagado o esté furioso, o en el incestuoso placer de su lecho; cuando esté jugando o blasfemando, o cometa acciones contrarias a su salvación, entonces hazlo tropezar, para que sus talones puedan patear el cielo y que su alma quede tan negra y maldita como el infierno, adonde irá.”

Con el anterior parlamento le planteaba yo a mis estudiantes de literatura inglesa el análisis ético de la conducta de Hamlet quien, peor que un sicario contratado, quien al no preocuparse por el alma de la víctima, contrasta con Hamlet que sí lo hace para mandarlo al infierno creando un odio difícil de imaginar, parecido, quizá al que sienten los demonios por el ser humano: el odio infernal que aterroriza. Esa consideración de hace años me sirve ahora para no mandar al infierno a Fidel Castro, sin creerme mejor por ello, sino que miedosamente responsable ante el juicio de mi conciencia recuerdo que con la misma vara que mido, seré medido.

Y por ello, si Castro leyó alguna vez este pasaje de Hamlet, (muy contrario a lo que supone Vargas Llosa, quien dice que era inculto, pues era un lector voraz) que representa el sentir de la víctima como una refinada venganza trascendental ¿pensaría a dónde fueron cada una de las más de 10.000 almas que fusiló en El Paredón de La Cabaña y otras prisiones, llenas de odio, miedo, con su drama personal y familiar? ¿Pensó en que la energía de la venganza de las familias no lo dejaría descansar por el resto de sus días? ¿Persiguen los muertos que no descansan a sus asesinos? ¿Y, quizá, debido a ello, adquirió esa mirada burlona de paranoia con la que pretendía asustar o acusar a los tontos que escuchaban sus cuentos? ¿Pensarán los dirigentes de las Farc a dónde van las almas de los que mueren o se suicidan por sobredosis de cocaína? ¿Pueden dormir en paz? En ese tribunal trascendente la justicia es definitiva y las pruebas no las establecen los abogados, jueces o fiscales, sino los hechos mismos, innegables. (Estudiar en internet “El Testimonio completo de Gloria Constanza Polo” a quien le fue dado volver de las orillas del infierno.)

Ahora bien, para llevar los resultados de nuestros actos a la realidad de la trascendencia post mortem en relación con la política que conocemos cito del libro “Los brujos de Chávez” de David Placer, Sarrapia Ediciones, 2015, el capítulo más intrigante del libro, “La sacerdotisa de la montaña”, pág. 156, en el que narra lo siguiente:

“Las orishas (dioses o entidades) están presentes en casi todos los altares y van ampliando su presencia en Sorte, donde hace pocos años dominaban los espíritus autóctonos, de indios, negros y libertadores. También se empiezan a hacer sacrificios de animales al borde de los ríos, una práctica de santería cubana hasta hace poco inusual en esas tierras. (Explicación necesaria: para los cristianos esas ‘entidades’ son demonios engañadores que supuestamente ‘sirven’ a los humanos; para los católicos pueden ser ánimas; para los parapsicólogos, ‘paquetes de energía’ que vagan desorientados, para los santeros son los espíritus de sus antepasados, etc.)

“A pesar de ello, las ánimas autóctonas siguen bajando con mayor frecuencia que el resto. El Negro Felipe, el cacique Guaicaipuro o Simón Bolívar son los más invocados. Pero recientemente un nuevo espíritu comienza a ser protagonista. Habla de política, del futuro del país, de los cambios que necesita la sociedad venezolana.

“– Baja triste, decepcionado, dice que ha sido traicionado por todo lo que han hecho y están haciendo los que le acompañaron en vida en su proyecto político – explica John Petrizelli, estudioso del fenómeno y autor del documental María Lionza, aliento de orquídeas.

“Petrizelli ha convivido con los brujos de Sorte, con los espiritistas y también con los devotos que acuden allí para purificar su alma y para buscar respuestas. Para él, tampoco hay duda sobre el nuevo fenómeno de la montaña. “– Es el espíritu de Chávez.” Es decir, está penando, prisionero de su propio mundo astral.

Teniendo en cuenta lo anterior, de alguna forma el régimen cubano empieza a afrontar en el ámbito interior de cada quien las múltiples contradicciones que se producen en sus conciencias cuando cierta trascendencia, buena o mala, les roza la vida con un mensaje de advertencia. Por caridad cristiana, ojalá Fidel Castro haya tenido ese instante y se haya arrepentido de sus fechorías, pero con sufrimiento reparará cada una de sus culpas en el purgatorio, como lo está haciendo Chávez, según el testimonio presentado.

Y quien no crea que esto es así, léase “Sáquennos de aquí” de María Simma en entrevista con Nicky Eltz. (Se puede bajar de internet) La protagonista, por un don especial concedido por Dios, dialoga con las ánimas del purgatorio quienes la visitan en su casa y se dejan ver físicamente. El libro tiene el aval de autoridades mundiales en teología y psiquiatría y describe esa dimensión llamada purgatorio y cómo los diferentes BIENES ESPIRITUALES Y ETERNOS tradicionalmente utilizados por la iglesia católica se reflejan en la ayuda misericordiosa de almas que sufren. Probado entonces que existe una trascendencia en la que no hay tiempo ni espacio, a donde iremos algún día ¿qué nos dice una persona especial sobre Cuba en relación con Fidel Castro y su muerte?

Me referiré ahora a lo que desde hace años circula en la isla: La profecía de San Antonio María Claret. Esta es la breve biografía del santo y la profecía para que, al comparar con lo que ha pasado en la isla, podemos sacar conclusiones para Colombia. Fuente: Santo Prelado Antonio María Claret y su predicción sobre cuba hace más de 100 años.

“El arzobispo Antonio María Claret, nació en España el 23 de Octubre de 1807, fue una figura muy querida por los pobres y esclavos de la isla, a su muerte se convirtió en una figura de protección espiritual, que la mayoría en la isla invocaba.

“Montado en un burro atravesó más de 35 veces la Sierra Maestra, para evangelizar y ayudar a los pobres y esclavos del lugar. Su diócesis como arzobispado comprendía Camagüey y Oriente. No se mezcló nunca en asuntos políticos pero como español, muchas veces sirvió de mediador entre cubanos y españoles cuando la guerra de independencia. Entre sus obras más destacadas se encuentran, la cooperativa de ahorros y créditos, el instituto de religiosas de María Inmaculada, para ayudar a niños pobres.

“Viajaba en su burro por la Sierra Maestra acompañado de sus seguidores cuando de repente cayo como desmayado. Todos pensaron que era a causa del gran calor del lugar. Al tratar de ayudarlo, el prelado comenzó a hablar como en un estado de éxtasis lo que sus ojos veían. Hoy muchos se dan cuenta que esas predicciones que estuvieron sepultadas por años en los archivos de la catedral de Santiago de Cuba, se han ido cumpliendo paso a paso. Dicha versión quedó manuscrita como perteneciente al siglo ante-pasado y dice así textualmente:

“A esta Sierra Maestra vendrá un joven de la ciudad y pasará un corto tiempo cometiendo hechos muy lejanos a los mandamientos de Cristo; habrá inquietud, desolación y sangre, vestirá uniforme no tradicional, jamás visto en el país; muchos de sus seguidores llevarán rosarios y crucifijos colgados al cuello e imágenes de muchos santos junto a armas y municiones; este joven bajará de las estribaciones de la Sierra Maestra con barbas y muchas veces fumando un puro, será recibido con fervor por el pueblo cubano, al cual lo engañará. Lo dividirá y lo dejará sumido en angustias con mucho dolor y sangre.

“La república será entregada a un hombre que viene de un país muy lejano, que hablará un lenguaje que no es ni castizo ni romano. (Unión Soviética) Con la riqueza de la isla Cuba entregará la soberanía y la independencia por la que hoy se lucha (se refería a la guerra de independencia.) Todos los cubanos serán presos y esclavos de un sistema maléfico.

“Este joven gobernará por casi 4 décadas, cercano a medio siglo, en ese tiempo habrá sangre, mucha sangre, el país quedará devastado; cuando se cumpla ese tiempo, ese joven que ya será viejo, caerá muerto y entonces el cielo cubano se tornará limpio y azul sin esta oscuridad que ahora me rodea.

“Se levantarán columnas de polvo y otra vez la sangre anegará el suelo cubano por unos pocos días; sin embargo como dice el refrán "Después de la tempestad llegará la bonanza", cuando esto ocurra, vendrá un estado de alegría, paz y unión entre cubanos, y la república florecerá como nadie podrá imaginar.

“Habrá un gran movimiento de barcos en las aguas, que de lejos las grandes bahías de Cuba parecerán ciudades enclavadas en el mar. Habrá venganzas y revanchas entre grupos dolidos y otros codiciosos, que por corto tiempo empañarán de lágrimas los ojos.

“Después de estos días tormentosos, lo mejor para Cuba estará por venir. Se erradicarán enfermedades, vendrá el arrepentimiento, se extinguirán falsas religiones, la fe Cristiana entrará en los corazones ateos. Después de toda esta catástrofe que ahora veo, saldrá el arco iris, anunciando la paz y la prosperidad para todos los cubanos. Cuba será la admiración de toda América, incluyendo la del Norte.”

No sé si los de las Farc han captado que existe una agenda paralela a la de sus planes; que no en vano Colombia ha sido consagrada al Sagrado Corazón; que Castro murió en una fecha emblemática para él; que los santeros cubanos que embrujaban a Colombia fallaron. Y que la profecía de San Antonio María Claret nos advierte que la trascendencia también tiene que ver con la política. Para ese escenario político dice Jesús en el “Diario – La Divina Misericordia en mi alma Santa María Faustina Kowalska”:

"Cuánto deseo la salvación de las almas. Mi queridísima secretaria, escribe que deseo derramar Mi vida divina en las almas humanas y santificarlas, con tal de que quieran acoger Mi gracia. Los más grandes pecadores llegarían a una gran santidad si confiaran en Mi misericordia. Mis entrañas están colmadas de misericordia que está derramada sobre todo lo que he creado. Mi deleite es obrar en el alma humana, llenarla de Mi misericordia y justificarla. Mi reino en la tierra es Mi vida en las almas de los hombres. Escribe, secretaria Mía, que el director de las almas lo soy Yo mismo directamente, mientras indirectamente las guío por medio de los sacerdotes y conduzco a cada una a la santidad por el camino que conozco solamente Yo". "Oh, cuánto me hiere la desconfianza del alma. Esta alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la Misericordia, no confía en Mi bondad. También los demonios admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad".

Por lo anterior es aún más dramático que, conociendo la misericordia de Dios el mal político o el malhechor; el terrorista o el pecador común y corriente, la rechace de manera cínica creyéndose poseedor de una verdad que no lo deja tranquilo.

Polonia, San Juan Pablo II y Lech Walesa, Premio Nobel de Paz, enfrentaron la tiranía soviética con la devoción a Jesús de la Misericordia y un peligroso trabajo político de confrontación. Por otra parte, de manera suave, pero firme San Juan Pablo II y el Papa Francisco hablaron con Fidel Castro para hacerlo reflexionar. Además, después de su encuentro con Francisco, Raúl Castro dizque había salido ‘convertido’, dijo que iría a misa. Yo le digo que no se puede abusar del amor, ni la paciencia de Dios. Él para castigar tiene toda una eternidad; nosotros para arrepentirnos verdaderamente, quizá tengamos un instante de gracia. Pero con la visión de San Antonio María Claret hay esperanza para Cuba porque Dios no abandona a sus hijos.

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