Llama la atención la actitud del director del programa de radio La Hora de la Verdad, el ex ministro Fernando Londoño Hoyos, que además funge como miembro y director honorario del Centro Democrático, y quien junto con el periodista William Calderón, no ocultan su animadversión hacia el doctor Iván Duque, precandidato presidencial del partido.
Situación que nuevamente quedó en evidencia el día de hoy miércoles 13 de septiembre, cuando el doctor Londoño hizo notar su inconformismo e interrumpió de manera abrupta a su colaborador en el programa, el periodista Demar Córdoba, en el momento en que este se encontraba dando a conocer el resultado de la más reciente encuesta de la firma Guarumo – Eco Analítica del ex registrador nacional del estado civil Carlos Ariel Sánchez, en la cual muestra un empate técnico en el primer lugar en la intención de voto de los colombianos para la presidencia de la República, entre el senador Duque y el chavista Gustavo Petro.
La actitud del doctor Fernando Londoño no deja de ser extraña, pues hasta hace poco tiempo consideraba al senador Duque como una de las nuevas revelaciones de la política colombiana de la "generación del 14" según sus propias palabras, expresadas con frecuencia en su programa radial.
No hay duda que el Centro Democrático existe porque el presidente Álvaro Uribe así lo decidió, por lo tanto, considero que quienes voluntariamente nos vinculamos al partido en calidad de militantes, debemos acatar los estatutos y reconocer que el líder indiscutible es el presidente Uribe, quien además da ejemplo permanente de trabajo, compromiso, coherencia y una innegable preocupación para que Colombia tenga un mejor futuro.
Frente a todos los precandidatos del Centro Democrático, el presidente Uribe también ha dado ejemplo de respeto y apoyo, actitud que deberíamos asumir quienes militamos en el partido, con el propósito superior de escoger y apoyar sin vacilaciones al candidato único que determine el partido y, quien seguramente se convertirá en el próximo presidente de la República.
Por lo anterior resulta equivocado y preocupante que al interior del partido haya personas que, sin dar a conocer sus motivaciones, se ensañen en contra de uno de los precandidatos. Ellos deberían ser conscientes que en la Colombia actual no hay lugar para los nostálgicos del sectarismo político de los años 50 del siglo pasado.
