Lecciones de Sri Lanka

Sri Lanka es una isla situada al sur de la India que cuenta con 21 millones de habitantes y al igual que Colombia ha tenido que padecer décadas de violencia. Por 30 años el país tuvo que enfrentar a los Tigres Tamiles, un movimiento terrorista separatista con ideología de izquierda que logró controlar un área muy importante del país y cuya criminalidad llegó a los niveles de asesinar a un presidente de Sri Lanka y a un primer ministro de la India. Luego de varios procesos de paz frustrados, los terroristas fueron enfrentados de una manera decisiva por el estado hasta lograr la muerte de su máximo jefe en una operación militar y la rendición total del grupo en el 2009.

Con esa paz emanada del triunfo de la institucionalidad, el gobierno emprendió un camino de políticas públicas orientadas hacia la modernización y la competitividad de su economía, con unos resultados muy positivos: La economía creció desde entonces a un promedio de 6.5% anual y hoy el país tiene un 4.4% de desempleo, que es lo mismo que pleno empleo. El campo ha tenido un proceso de transformación tecnológica y un flujo de inversión privada que le ha permitido aumentar su oferta exportadora y su nivel de agregación de valor con agro industria.

Y Colombo, su capital, se está convirtiendo en un hub de tecnología, siendo una de las 20 ciudades emergentes en el mundo más atractivas para el establecimiento de operaciones de outsourcing con tecnología, pero, además, es el centro de uno de los proyectos urbanísticos más visionarios e importantes del mundo, el proyecto Megapolis, que impacta a 8.2 millones de habitantes y que por su orientación a la competitividad se estima que multiplicará por 7 el ingreso per cápita de sus habitantes, llegando a 30 mil dólares al año en el 2030.

Que hubiera ocurrido si el país hubiera pactado la paz con los Tigres Tamiles en los mismos términos en los que se hizo el acuerdo con las Farc, como lo demandaban los pacifistas irreflexivos? Es decir, qué sería hoy de Sri Lanka si se le hubiera otorgado curules a los jefes terroristas, se les hubiera dado impunidad total con un tribunal de justicia hecho a su medida y que además hubiera perseguido a quienes los combatieron, se les hubiera convertido en política pública su visión del agro en la cual el objetivo es la distribución y el fraccionamiento de la tierra y no la inversión, condenando a cientos de miles a la miseria con riesgos a la propiedad privada, y si el país hubiera tenido que destinar un 2.5% de su PIB todos los años en honrar los acuerdos con el terrorismo en vez de invertirlo en la educación, la infraestructura y otros renglones de la agenda de competitividad?

La respuesta obvia es que hoy Sri Lanka no sería un país exitoso y de gran proyección, sino que probablemente hubiera recaído en la violencia y estaría anclado en la pobreza y sin democracia.

Colombia hubiera podido seguir un camino análogo al de Sri Lanka si no se hubiera alterado su trayectoria en el 2010. Se ha perdido tiempo pero aún se pueden corregir las cosas, y eso se hace modificando profundamente los acuerdos con las Farc el año entrante. Colombia no puede hipotecar su futuro por la vanidad y la irresponsabilidad de un presidente y la venalidad e ignorancia de parte de su clase política. Es imperativo para el futuro cambiar esos acuerdos como lo está proponiendo el Centro Democrático.

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