Las elecciones más pacíficas

En este gobierno siempre se ha dicho, cuando termina un debate electoral, que han sido las elecciones más pacíficas de la historia. Estas, del pasado once de marzo, no podían ser la excepción. Pacíficas si se habla sólo del uso de las armas, pero violentas si hablamos del fraude y de la corrupción que ha sido la constante en este gobierno. En las presidenciales del 2014 cambiaron la tendencia que se mantenía hasta horas de la noche cuando, por casualidad, se presentó un apagón en la Costa Caribe. Perdió Óscar Iván y ganó Santos. En el plebiscito de 2016, fue tan claro el triunfo del no, que no pudieron acortar la diferencia hasta lograr la mayoría del sí. Posteriormente, el señor presidente apeló a sus habilidades de la trampa, tan común en los juegos de cartas que domina, y desconoció la voluntad y el mandato del pueblo. Y todavía tienen el descaro de hablar de democracia. Cómo será la situación que hasta Maduro se burla de nuestra democracia y, lo peor, es que tiene razón.

El domingo pasado, a las nueve y media de la mañana, se habían agotado los tarjetones de la gran consulta por Colombia del Centro Democrático, Andrés Pastrana, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez en algunos centros de votación. Siguió el problema en casi todas las mesas en Medellín y otras ciudades del país hasta las dos y media de la tarde cuando, con la ayuda de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, se fotocopiaron tarjetones para poder votar. Tarde se pudo votar en Medellín, no sabría decir si en otros municipios del departamento y en otras ciudades del país. Con todo esto, por este tarjetón, hubo 5.960.612 votos. ¿Cuántos hubieran sido en las ocho horas que debían durar las votaciones? Aquí tampoco les resultó el fraude. ¿Qué se inventarán ahora? Todo estaba preparado. Recordemos que prohibieron los celulares y, en forma perentoria, tomar fotos o videos en los centros de votación. Si los llegaran a usar estarían en riesgo de ser denunciados. Sería muy fácil detectar y filmar los fraudes ya preparados. Esto era un atentado contra la libertad de comunicación, contra la libertad de información, pero era que no se podían arriesgar a que detectaran lo que estaba preparado. Por fortuna, hubo unos desobedientes que lograron filmar cómo escondían tarjetones, cómo rompían otros. Esta vez se les dañó lo que pretendían.

No faltaron los jurados que ofrecían los tarjetones de Petro mientras escondían los de la Alianza. Para las elecciones de mayo no deben ser jurados únicamente los miembros de Fecode que, es de todos sabido, muchos de ellos están comprometidos con la extrema izquierda y algunos son militantes activos.

En mayo estaremos en las elecciones presidenciales. Con el mismo registrador, con los mismos jurados y con el mismo presidente no podemos esperar un debate electoral limpio. Tenemos que estar preparados para que no cambien los resultados. Estamos en presencia de un gobierno corrupto. Si no es así, que nos vuelvan a hablar de Odebrecht, de Isagén, de Reficar, de Saludcoop, de Bance SAS, del puente de Chirajara, de Ocaña-Gamarra, de mermelada, de burocracia, de contratos.

Preparémonos para mayo, todos con celular y listos para grabar.

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