Duque, ¡mejor!

Es lo que da nuestra tierra: entre Gustavo Petro e Iván Duque debemos elegir al próximo mandatario de los colombianos, ojalá bajando volumen al ‘radio’ del resentimiento, los odios y el revanchismo.

Dos semanas para digerir lo que ocurrió en primera vuelta y asumir con responsabilidad nuevo enfoque político.

Fundamental que clase dirigente desarme los espíritus de confrontación radical. El país, anda armado de fobia hasta los dientes.

Vital que partidos políticos al borde de extinción asuman el rol que les corresponde: alentar sin insultos el libre ejercicio democrático.

Imperativo que unos y otros, simpatizantes y contrarios a cada candidato, modulen el ruidoso mensaje que divide y polariza.

Ni Duque la tiene fácil para reacomodar estrategias que lo lleven a la Jefatura del Estado, ni es sencillo para Petro recortarle ventaja a su rival, y aún más difícil, superarlo.

Nadie debe ensillar las bestias aún. La silla del Presidente aún no está lista.

La comunidad tiene dos opciones que por naturaleza, por instintito, por sentido común, por amor a la patria, debe resolver.

Confirma su voto por Duque con la advertencia de que habrá revisión a lo negociado en proceso de paz con las Farc, impulso a iniciativa privada para repotenciar el aparato productivo y facilitar la creación de nuevos empleos reduciendo informalidad.

O se la juega por modelo incierto de Petro, aliado de excombatientes de esa guerrilla y poco amigo de darle respiro al sector privado.

Para simpatizantes de Duque es claro que el sector privado será motor que impulse vagones del crecimiento económico. Con garantías jurídicas y reglas estables en impuestos. Flexibilizará cargado y dispendioso sistema impositivo.

El círculo de Petro debe asimilar que si él gana, petróleo y minería van a sufrir timonazos.

Empresarios no van a estar cómodos con enfoque transformador de Petro. Inversores no tendrán mucho de donde aferrarse.

Duque, sin experiencia, para bien o para mal, cuenta con el expresidente Uribe, quien tiene claro qué quiere y cómo hacerlo.

Los recuerdos de Petro alcalde de Bogotá son terribles. Lo hizo horrible, la capital humana quedó sumida en caos, pobreza y más desigualdad.

¿Quién manejó tan mal la capital del país?, ¿Hará lo mismo con el país?

Petro tiene su fortaleza: atrae con demagogia. Suena chocante su estilo radical e insultante.

También tiene una desventaja: cree que todo lo que hay es malo porque no ha pasado por sus manos. Eso es arrogancia y una falta de humildad que lo hace ver lejano y difícil.

Duque: tiene posibilidad de ejecutar plan de Gobierno, que aunque muchos dicen, será más de lo mismo, tiene su estrategia, identidad y coherencia.

Tener al lado a Uribe suma porque el expresidente es la figura política más representativa del país, con experiencia y convencimiento. Habría que esperar si finalmente será Duque el que asuma con autonomía y renovación las riendas de la nación.

Mi cábala final: Duque debería empezar a integrar su gabinete ministerial. Sugiero que ganará y que sí, es el mejor.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar