El reto de los colombianos frente a la ‘verdad’ del conflicto

“Vamos a buscar la verdad sin importar quién sea el presidente” es la entrevista concedida a El Espectador por el Padre Francisco De Roux, S.J. el 6 de mayo de 2018. Vale la pena conservarla y compararla con el informe final que se verá dentro de tres años, Dios mediante. Sin embargo, para los estudiosos del tema, es una tarea de comparación permanente con procesos similares. Es un esfuerzo que hay que evaluar con cuidado porque una de las funciones políticas de esa comisión es darle “cumplimiento del Acuerdo Final entre el Gobierno y las Farc.”

Llama la atención lo siguiente: “Será una institución de carácter estatal (financiada por el presupuesto nacional), pero totalmente autónoma, que tendrá vida por tres años y que tiene la enorme tarea de esclarecer la verdad de lo ocurrido durante 53 años de conflicto. Su trabajo, a diferencia de la mayoría de entidades de este tipo que se han creado en otras partes del mundo, se hará en medio de la confrontación.” La anterior parece una frase inocente, pero tiene ciertas ‘peculiaridades’ implícitas. Veamos.

La explicación de que es autónoma, supone una supuesta ‘objetividad científica,’ entendiendo que es independiente del gobierno y cualquier ideología. Sin embargo muchos han presentado reparos al sesgo político de sus integrantes y el gobierno Santos está ansioso de presentar resultados incuestionables sobre la paz para el consumo de la comunidad internacional. Pero ¿Por qué una Comisión de la Verdad?

Las comisiones de la verdad tienen su origen en Europa y fueron ideadas para contrarrestar el revisionismo histórico, sobre el holocausto y las diferentes guerras. Sin embargo, en Colombia la historia del conflicto con las disidencias de las Farc y su partido político, ELN, el paramilitarismo disfrazado de BACRIM y otros grupos ilegales no se ha cerrado, como para que podamos decir que hay que aclarar ‘versiones’, ya que la misma influencia ideológica y los factores que dieron origen al conflicto y lo empeoraron, como es el caso del narcotráfico, persisten e influyen en la percepción de la sociedad. En ese caso ¿sería la verdad una variante de la percepción?

Una cosa diferente es la tragedia del el Palacio de Justicia, por ejemplo, sobre la que se dieron fallas de seguridad, financiamiento del atentado, propósito, etc. De ahí que, la Comisión de la Verdad del Palacio que tenía como propósito esclarecer las diferentes ‘versiones’ de la tragedia requería de un proceso de investigación muy diferente a lo que se pretende lograr con la Comisión de la Verdad actual. Por eso los procesos de investigación más confiables son los que se llevan a cabo con personas especializadas en investigaciones criminales. Así se creó la VERDAD OFICIAL sobre el tema del Palacio de Justicia con especialistas en el tema, por lo que genera confiabilidad. Por ese motivo me pregunto: ¿Se busca crear una VERDAD OFICIAL para la historia que legitime el movimiento armado y condene el paramilitarismo que es lo que normalmente ha buscado la izquierda? ¿Por qué lo digo? Porque la para política existe como narrativa cultural impulsada por los medios; pero la Farc política mejor documentada en los fundamentos reales de la prueba e investigación de las miles de condenas judiciales se mantiene, a conveniencia, oculta para el público. En ese escenario ¿Cuál sería la diferencia de información y confiabilidad, por ejemplo, con un documento similar como “¡BASTA YA! Colombia Memorias de Guerra y Dignidad” que se ocupa de las matanzas de los paramilitares, la guerrilla, la fuerzas del estado y otros grupos con las mismas tipologías de victimización a las que alude el Padre De Roux?

Por otra parte, ese informe fue financiado por un grupo de cooperantes como Embajada Suiza, USAID, OIM, PNUD, etc. y 25 instituciones internacionales. Un Consejo Directivo con diferentes representantes del gobierno, la sociedad civil y numerosos investigadores conformaron ese centro de investigación. Fue creado por la Ley 975 de 2005 como Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. Pero miren cómo afectó Santos el conocimiento de la misma pretendida verdad que ahora se busca. Publicó El Tiempo el 5 de abril de 2011.

“¿PODRÍAN QUEDAR IMPUNES LAS 3.500 MASACRES OCURRIDAS EN COLOMBIA? Interrogante se abre ante la inminente desaparición de la Comisión de Reparación y Reconciliación.

“El anuncio lo hizo el vicepresidente Angelino Garzón, quien según fuentes argumentó que al entrar en vigencia el Sistema Nacional para la Reparación Integral de Víctimas -que está propuesto en la Ley de Víctimas- "no pueden coexistir dos sistemas paralelos en materia de reparación". Sus declaraciones generaron dudas sobre qué va a pasar con el proceso de reconstrucción de memoria histórica que emprendió la Comisión para desentrañar las verdades del conflicto propagado por los 'paras'.

“Creada con la Ley de Justicia y Paz, en el 2005, la Comisión tenía como una de sus principales tareas garantizar la participación de las víctimas en los procesos de esclarecimiento judicial, presentar un informe sobre el origen y evolución de los grupos armados ilegales y hacer un seguimiento a los procesos de desmovilización (Artículo 51).

“Para esta y otras tareas, la Ley le dio a la comisión una vida de ocho años, hasta el 2013, pero con la aprobación del proyecto de la Ley de Víctimas que se podría terminar de votar este miércoles en la Comisión Primera del Senado, sus responsabilidades quedarían a medio camino, o, al menos eso piensan algunos de sus 13 integrantes.

“Patricia Buriticá es una de ellas. Hasta ahora, dice, en el proceso de reconstrucción de la memoria histórica la Comisión se ha enfocado en cinco informes de casos emblemáticos, como las masacres de El Salado, Trujillo y Bojayá y en fenómenos particulares como los delitos cometidos contra las mujeres y el despojo de tierras en la Costa Atlántica. Pero el gran informe sobre el origen y evolución de los grupos armados ilegales está a medio hacer.

"Nos faltan, además, otros aspectos de la violencia en Colombia como las desapariciones, los secuestros y la verdad sobre las 3.500 masacres que se han presentado en Colombia desde 1980", dice Buriticá.

“A las dudas de una verdad a medias se suma otro interrogante: qué va a pasar con el seguimiento que se les hacía a los procesos de desmovilización, justo ahora que empiezan a aflorar irregularidades como las investigadas por la Fiscalía en el bloque cacica Gaitana o las denunciadas por los ex paramilitares Freddy Rendón, alias 'El alemán', y Éver Veloza, alias 'H.H'.

“Y, finalmente, un tercer aspecto en el que se podría producir un vacío es en los planes de reparación, justo en un momento en el que el Gobierno insiste en impulsar una ley de restitución de tierras y los violentos asesinan a los campesinos líderes de estas reclamaciones, como ocurrió con David Góez, Éver Verbel y Bernardo Ríos.

“El debate está abierto, pero se ha hecho de forma subrepticia. Incluso, sobre el primer punto, la reconstrucción de la memoria histórica, en la misma Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación las opiniones son diversas. Jaime Jaramillo, uno de sus integrantes, dice que sería imposible documentar las 3.500 masacres que menciona su compañera Buriticá.

"No hay comisión de la verdad que pueda resumir 46 años de guerra en Colombia", dice y luego insiste que la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación ha hecho un buen trabajo al concentrarse en casos emblemáticos, como la masacre El Salado, para documentar la realidad y reconstruir la memoria histórica. La comisionada Patricia Helena Perdomo dice que si se suspende las actividades de la Comisión Nacional de Reparación y Restitución se perdería todo el trabajo de confianza que se ganó con las víctimas en estos primeros cinco años de labores. "Algunas de las víctimas todavía desconfían de otros instituciones del Estado y sólo confían en nosotros", dice.

“Una fuente gubernamental, que pidió no ser citada para este informe, indica que la labor de establecer la verdad está en manos de la Fiscalía y de los tribunales de Justicia y Paz, y que la Comisión "no puede pretender" asumir esa labor. Patricia Buriticá añade que más allá de las sentencias judiciales, la verdad que debe imperar es la de las víctimas y que esta no debe compararse con la verdad judicial, la cual depende de la valoración de las pruebas. "La verdad de las víctimas consiste en sus temores, sus presiones psicológicas en detalles que no necesariamente quieren llevar ante los estrados. ¿Quién tiene la razón? Difícil saberlo, como será difícil saber toda la verdad de lo que ocurrió en las casi 3.500 masacres que ocurrieron en Colombia desde 1980 y eso en un país tan dado a olvidar no es una buena noticia.”

Ahora bien, del 2008 al 2013, el Grupo de Memoria Histórica produjo 24 estudios e informes sobre el conflicto que están a disposición de la Comisión, lo que les ahorrará tiempo y esfuerzos. Mi pregunta es: ¿Por qué Santos ha querido conformar un nuevo grupo arrancando de cero para hacer la misma tarea que ya fue intentada y que según la experta Patricia Buritacá "No hay comisión de la verdad que pueda resumir 46 años de guerra en Colombia"? ¿Qué pretende Santos con esta nueva VERDAD OFICIAL? ¿Satisfacer a las Farc? Como 3500 masacres que se reportaban en el 2011 no pueden ser documentadas ¿Cuál es el perfil socio político y antropológico de los casos emblemáticos sobre los que se basaría el nuevo informe? Para ese trabajo una de las dificultades que veo es la ‘objetividad’ del Padre De Roux. Doy ejemplos de sus afirmaciones:

1. En relación con el escándalo que desacredita a la JEP, dijo: “Lo que veo es la mala hora de haber quedado en medio de una campaña política donde la irracionalidad contra el proceso de paz es enorme y aprovecharon para montar un escándalo donde no lo había.”Irracionales son las masacres para las que el Padre De Roux tendrá que encontrar explicación; o si no, su trabajo será un saludo a la bandera. Y no sé si considere ‘escándalo’ al simple ciclo de una noticia que es de 48 horas. Un investigador busca relaciones de causa, efecto y el contexto de los sistemas sociales en este caso, con la suficiente claridad como para que sea entendido dentro de 25 años, es decir, en el siguiente ciclo generacional. El proceso de paz es uno de esos retos científicos que brilla por su ausencia. Además, lo aparentemente ‘irracional’ tiene explicaciones profundas dilucidadas por la psicología. En su libro La audacia de la paz imperfecta pretende que lo imperfecto sea aceptado como racional y que llame audacia a ese planteamiento de la imperfección como ‘solución.’ Una estrategia eminentemente política en la que se juega con el lenguaje. Por eso, otros tendrían un calificativo diferente.

2. En relación con la ‘verdad’: “La JEP es la institución que busca la verdad jurídica… Nosotros no tenemos nada que ver con la justicia, no sentenciamos a nadie. En nuestra tarea invitamos en primer lugar a las víctimas, porque es nuestra responsabilidad escucharlas y sentir su dolor. También invitamos a los responsables de todos los lados para que ayuden en la construcción de la verdad… El propósito es la reparación y la reconciliación en los territorios… Lo que la víctima recibe como satisfacción al venir a la Comisión es su verdad y la valoración de su verdad para la construcción de un país distinto…Eso sí, el testimonio de la víctima es su verdad subjetiva, pero todavía no es la verdad objetiva, que es lo que tratamos de conseguir, pero uno parte de ahí. Sin el testimonio profundo de la víctima, usted no puede plantearse las preguntas serias…Después de escuchar a centenares de víctimas, vamos a seleccionar algunos casos emblemáticos y simbólicos que sean los más significativos para ayudarnos a entender las realidades de fondo que permitieron que esos eventos espantosos se dieran. Y vamos a tratar de explicar cuáles eran los comportamientos institucionales, culturales, estructurales, que daban lugar a ese tipo de realidades tan espantosas. Y luego trataremos de ver cuál es la historia de esos comportamientos, porque esto no se generó de un momento a otro.” Sin embargo, según Buriticá, "No hay comisión de la verdad que pueda resumir 46 años de guerra en Colombia";esa verdad que se ‘construye’ tiene que ser de tal alcance justo e iluminador que pueda generar confianza como guía de los que desean comprender. Por eso dijo Jesús: “La Verdad os hará libres.” ¿Qué verdad era esa que se ha olvidado como referente para este estudio de la violencia?

3. Lo anterior lo digo porque la verdad que busca el Padre De Roux supone la concordancia o diferencia entre aquello que afirmamos con lo que se sabe, se prueba, se siente o se piensa sobre el conflicto, en términos de los diferentes grupos sociales que lo sufrieron directa, indirectamente y a distancia a través de los medios; y también el sesgo que desfigura la verdad. De allí que el concepto de verdad, en ese escenario, también abarque valores como la honestidad, la sinceridad y la franqueza de la investigación. Asimismo, la verdad se refiere a la existencia real y efectiva de algo en el plano de los hechos; al igual que la realidad y existencia en el plano de las realidades morales. Teniendo en cuenta esta definición de verdad que tiene que ver con la reconciliación, esta se da cuando hay justicia real, en el amplio sentido de la palabra, ya que los crímenes tienen dos componentes: uno individual sobre el que tengo plena autonomía de asumirla o no; y otro social que no me pertenece. Sentir el dolor del otro es un acto de empatía, caridad personal (realidad moral); pero no un acto de justicia (hecho concreto y moral). El equivalente de la empatía con la sociedad es lo que llamamos justicia y equidad. Esa es la verdad que queremos. ¿Y qué sería una comisión de la verdad para la reconciliación sin esos elementos?

Las comisiones de la verdad que conocemos “Se encargan de descubrir y revelar las malas acciones cometidas por un gobierno y actores no estatales. Enarbola la esperanza de ayudar a resolver conflictos del pasado con el conocimiento de lo que realmente pasó. Bajo diversos nombres han sido creadas ocasionalmente por estados que emergen de periodos de agitación interna, guerra civil o dictadura. Tanto en sus funciones de búsqueda de la verdad como de reconciliación, las comisiones de la verdad tienen implicaciones políticas: "toman decisiones constantemente cuando definen objetivos tan básicos como la verdad, la reconciliación, la justicia, la memoria, la reparación y el reconocimiento, y deciden cómo se deben alcanzar y cómo deben ser atendidas dichas necesidades. “Fuente: Bakiner, Onur (2016).Comisiones de la verdad: memoria, poder y legitimidad. Prensa de la Universidad de Pensilvania.”

La verdad que hemos visto sobre lo ocurrido la han suministrado los entes del estado que tienen la capacidad de revelar las malas acciones. Pero esa verdad no reconcilia aun cuando el criminal la admita espontáneamente. Teniendo en cuenta el panorama anterior ¿cuál es el reto que les espera a los colombianos? ¿Qué verdad deben asumir o rechazar? ¿Y debe ser esa imperfecta verdad la base del perdón y la reconciliación, o la verdadera solución no se ha abordado?

En la entrevista que Ernesto Báez sostuvo con Vicky Dávila, (Mayo 7, 2018) llegó un momento en el que la periodista le preguntó: “¿Cree usted que Dios lo ha perdonado? Báez le dio esta respuesta: “¿Conoce usted cuánto abarca la misericordia de Dios?” Ella insistió en la pregunta. Báez le dijo: “Dios sabe lo que hay en la conciencia de cada quien; no podemos engañarlo. Hágame esa pregunta el día que me esté muriendo y le diré si me voy para el cielo o el infierno.” Silencio de Vicky. Báez invitó a los de las Farc a que juntos se arrodillaran y humildemente pidieran perdón al país por su barbarie. Las Farc no han respondido. No sé si Báez llegó a esa conclusión después de pagar 10 años de cárcel, porque Uribe no le comió cuento a los paramilitares. Báez no lo quiere. Sin embargo, su testimonio público de arrepentimiento es el que no se ve en muchos de los involucrados. Y, contrario a lo que muchos de los enemigos del expresidente SUPONEN, Báez aseveró, frente al país, que Uribe NUNCA tuvo ningún pacto con los paramilitares. ¿Qué dirá la Comisión de la Verdad sobre este tema que ha dividido al país? Les recomendaría que entrevistaran a Popeye para que les cuente su versión del origen de las matanzas paramilitares: La locura de los hermanos Castaño.

4. Tener claro que en el proceso de este momento, hay varias ‘verdades’: la jurídica (competencia de la JEP); la de la comisión que es construir ‘una verdad de lo sucedido.’ ¿Para qué? No lo sabemos todavía. Se dice que es para entender y reconciliarnos. Tenemos también: La verdad de los medios de comunicación que se basan en el ‘impacto’ de la noticia; la del dolor de las víctimas; la verdad de los victimarios o criminales que justifica su actuación; la de los académicos para su palmarés; la de la tele y radio audiencia; la de los pocos lectores e investigadores independientes. Y la verdad y justicia de Dios en la que pocos creen.

5. Como este es un mandato recibido del gobierno durante tres años, de alguna forma es una “búsqueda oficial de la verdad.” Sin embargo, esa ‘verdad’ será el resultado de una construcción para diferentes propósitos. Se puede constituir como un archivo de pruebas para ser utilizado, como una futura explicación ‘oficial’ para que los crímenes queden o no impunes, dependiendo de la interpretación política o criminal que se les dé. Por lo que eso va a estar relacionado con la estructura de poder y justicia que prevalezca en este país. Esto no me lo invento, sino que es la experiencia reportada por especialistas. Por ese motivo la Comisión de la Verdad no tiene función de juzgar en este momento. Ver Lyal S. Sunga "Diez principios para conciliar las comisiones de la verdad y los enjuiciamientos penales", en El régimen legal de la CPI (Brill) (2009)

6. Entiendo que la Comisión de la Verdad ordenada por Santos quiere hacer un esfuerzo para reconciliar la sociedad mediante la comprensión de lo sucedido. Pero no tiene una función reparadora. Esos esfuerzos se han llevado a cabo de manera tímida por algunos miembros de las Farc y paramilitares como Ernesto Báez, pero sin aflojar el billete. ¿Por qué es difícil? Porque las Farc gozan de impunidad y esa desfachatez impide el reconocimiento de un supuesto gesto de dejar las armas. Es decir, no gozan de credibilidad. La entrevista de Báez con Vicky Dávila en la W merece un análisis para entender por qué el perdón a las Farc y los paramilitares es difícil. ¿Podrá la Comisión de la Verdad producir a tiempo esa comprensión?

7. Se ha dicho que las víctimas son el centro del acuerdo. ¿Qué significa eso? Que, supuestamente, se les dice la verdad y se las repara. Pero no se les explica el engaño legal de cómo, a conveniencia, se quieren clasificar las acciones violentas o terroristas del conflicto. Y ese vacío de información genera violencia. Las Farc pretenden que los integrantes de ese grupo declarados culpables o sospechosos de ciertos crímenes clasificados como terrorismo rechacen esa clasificación. Consideran que su lucha es legítima utilizando medios legítimos, y por lo tanto sus crímenes deberían llamarse más apropiadamente delitos políticos y justificar un trato especial en el sistema penal, como si fueran soldados en una guerra y, por lo tanto, cubiertos por la Convención de Ginebra. Ese fue el estatus que le dio Santos al negociar con ellos.

Pero en el libro “Sofismas del terrorismo en Colombia” José Obdulio Gaviria desbarató ese andamiaje. Por eso lo odian. De esa manera los estados serios tienden a considerar que la naturaleza política de los crímenes es un factor agravante y no de disculpa en el proceso de sentencia y no hacen distinción entre los terroristas y los delincuentes comunes. Por eso la ETA no prevaleció en España. Y en Irlanda, las repercusiones del asesinato de la periodista Verónica Guerin el 26 de junio de 1996 llevada a cabo por el mafioso John Gilligan, despertó la conciencia de los ciudadanos. Muchos grupos mafiosos fueron desmantelados, encarcelados, con el apoyo valiente de la comunidad, de tal forma que en un año la tasa de criminalidad en Dublín bajó en un 15%.

De ahí que me preocupe el precedente que pueda establecer la JEP, estableciendo un estatus diferente de justicia para los que tienen el poder de presionar, ya que paras, mafiosos, guerrilleros, narcos, delincuentes comunes, deben tener todas las garantías en sus juicios, pero aplicárseles un alto nivel de castigo, incluida la cadena perpetua o la pena de muerte como la propuso Simón Bolívar para los corruptos. Leer “Decreto de Bolívar de Pena Capital para corruptos en la Gran Colombia. …Por su parte “JEP da el primer no a admisión de parapolíticos.” Se ve que esos señores no han leído las 254 páginas de Guía para Colombia sobre el régimen jurídico contra el terrorismo y su financiación, documento producido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito Colombia (UNODOC)que nos permite evaluar la eficiencia, veracidad y objetividad de su trabajo en relación con la legislación nacional, internacional y los tratados de leyes internacionales contra el terrorismo firmados por Colombia.

Vemos entonces que si bien es cierto que la Comisión de la Verdad, en boca del Padre De Roux dice que ellos no se ocupan de administrar justicia, existe el concepto de EQUIDAD que se aplica no solamente a lo jurídico o legal, sino a las relaciones entre los hombres para que haya paz y reconciliación.

Cuando se pierde la confianza en los instrumentos que buscan la paz mediante la justicia, en este caso la JEP y la Comisión de la Verdad, en vez de paz sobrevienen el miedo, la sospecha y la guerra. Pero cuando se da la equidad de información y de juicios sobre TODOS LOS ACTORES DE UN CONFLICTO tendremos entonces una guía para las relaciones humanas, pues los hombres aprenden a comprenderse mutuamente, a cooperar entre sí y a vivir en paz porque saben que hay una verdadera evaluación social equitativa mediante el premio y el castigo.

Así como la equidad es esencial para la paz en el seno de la familia, el favoritismo ideológico destruye la confianza y el equilibrio en la vida pública y la competencia política. Las reglas de conducta y cortesía significan la equidad en la vida social, pero también deben estar presentes en el mundo de la cultura política y judicial. La falta de equidad de todos es lo que ha generado la polarización. Y si la equidad es la base de la ley y la principal condición de la justicia ¿Qué sucede cuando está ausente? Ser equitativo es ser justo, recto, imparcial. Estas son las actitudes de la paz. ¿Veremos esas cualidades en la JEP y la Comisión de la Verdad?

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