Santos fue el SIDA, Petro sería la enfermedad mortal

Nadie se muere de Sida, porque lo que hace este virus es debilitar el sistema de inmunidad del organismo, permitiendo que infecciones o enfermedades, que en ausencia del Sida no serían letales, prosperen peligrosamente hasta acabar con la entidad en que se alojan.

Colombia está en el peor momento de su historia republicana y en una situación similar a la antes descrita, gracias al peligroso virus santista adquirido hace 8 años que no mató al enfermo por falta de tiempo, pero provocó un debilitamiento institucional, moral y económico, que como el Sida, deja el terreno apto y abonado para que una enfermedad real como el candidato chavista, remate a Colombia.

Es conocida, y Venezuela es el ejemplo cercano, la forma de accionar de los comunistas que ahora se hacen llamar “progresistas”, para no asustar, y que para conseguir votos, niegan como Judas a su “maestro” y se retractan “temporalmente” de lo que de verdad desean y dicen cuando los traiciona el subconsciente o la soberbia. Los comunistas buscan, ya sea por lo que ellos puedan provocar o por la ineptitud de los gobernantes, el debilitamiento del Estado y las instituciones, como sucede con las nuestras por culpa de Santos, y que la economía funcione mal para que la gente desesperada opte por “soluciones mágicas” gratas al oído.

Si quiere saber por qué la propuesta del chavismo petrista ha conseguido tantos adeptos, es por todo lo que acabo de decir. Santos le ha conseguido los votos a Petro.

Esas “soluciones mágicas” que hábilmente repite sin cesar, con supuestas argumentaciones que parecen lógicas si uno no desea saber si son viables, son el resultado de pésimas lecturas de la realidad y elecciones equívocas de los problemas a resolver como de sus causas. Bien dice Richard N. Hass que: “las buenas políticas no solo son deseables; también deber ser factibles”.

Sus propuestas sobre tierras, desarrollo económico, pensiones, salud, energía, manejo fiscal, consolidación institucional, etc., como dice Kurt Andersen, son “merengues verbales reforzados por ninguna sustancia analítica, sin influencia institucional, sin fuerza de poder real”. Están sustentadas en percepciones incorrectas sobre las causas, y peor aún, sus fórmulas para resolver los problemas se contradicen entre ellas, pero sinérgicamente los empeoran.

He dicho muchas veces que de todos los males que el gobierno Santos le deja a este país, y la lista es larga y en materia grave, los peores son el deterioro institucional y la legalización de una idea mortal para el futuro de Colombia, según la cual es mejor ser narcoterrorista que estudiante o trabajador, es mejor ser bandido, matar y secuestrar que ser decente, porque los delincuentes en sociedades cobardes y hastiadas de la muerte, a punta de extorsión, consiguen impunidad, beneficios económicos y hasta ser presidentes. “Ser pillo paga” es el epitafio para este gobierno, y una victoria del neopopulismo chavista el 17 de junio sería la confirmación de que es cierto.

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