Entramado de falacias y sofismas

Preocupa que puedan quedar en la impunidad autores de delitos de lesa humanidad.

Con la posible objeción por inconveniencia de algunos pocos artículos de la ley estatutaria de la JEP, se ha reeditado la polarización entre pacifistas y guerreristas, para reversar la pacificación de las conciencias que ha logrado el actual presidente Duque con su estilo.

Para ello se están aplicando las mismas técnicas del gobierno anterior: engrandecer mendazmente la magnitud del problema. No es cierto que si el Presidente objeta algunos artículos estatutarios de la JEP, como es una de sus facultades, se le vaya a hacer daño ni en su estructura, ni en su función global ni en su finalidad. Tampoco se va a acabar con el proceso de paz.

La carta que el Fiscal le ha enviado al Presidente manifestando su preocupación por 4 aspectos del articulado ha caído en un entramado de falacias, sofismas y, en algunos casos, de abiertas mentiras. Se trata de aspectos que podrían traer muchos problemas en el futuro. ¿Saben a quién? A la paz.

No podrá haber paz en Colombia si la JEP permite que los reinsertados continúen en el narcotráfico con la disculpa de conductas de ejecución permanente y aun así sigan conservando los beneficios de la JEP. En la memoria del acto legislativo de la JEP se consignaba que la competencia para el narcotráfico continuado después del acuerdo de paz sería de la jurisdicción ordinaria y que su autor quedaría privado de los beneficios punitivos, penitenciales y de garantía de no extradición que otorga la JEP. Pero, ello fue declarado inconstitucional en la revisión de la Corte y se reemplazó por la premisa de que la JEP, y no la justicia ordinaria, será la competente para conocer los delitos de ejecución permanente cuya comisión hubiese comenzado antes del 1.° de diciembre del 2016, incluso en los casos en que las acciones persistan después de esta fecha. “Un incentivo perverso para que los desmovilizados continúen en el narcotráfico”, asegura el Fiscal. ¿Eso le sirve a la paz?

Su segunda objeción es a que secuestradores, narcotraficantes y homicidas no pierdan sus beneficios ante la JEP, aunque la garantía de no repetición es uno de los cuatro pilares fundamentales del acuerdo del Colón. El Congreso había entendido bien la cosa, y en el proyecto de ley consignó que la garantía de no repetición era absoluta, so pena de perder todos los beneficios. Pero en el examen de la Corte Constitucional, esta tumbó la expresión “todos los”, con lo cual la exclusión de la JEP se producirá solo por reincidencias en el delito de rebelión. De resto, sus beneficios podrán convivir con la reincidencia en delitos como secuestro, homicidio, extorsión y narcotráfico. Según el Fiscal, a la fecha de hoy, del listado entregado por las Farc ya hay 361 personas investigadas por participación en delitos después del 1.° de diciembre. ¿Eso le sirve a la paz?

El tercer punto es que se había acordado que la Fiscalía solo perdería competencia a partir de la resolución de conclusiones de la JEP, para que no hubiera un lapso en Colombia en que quedara paralizada la acción de la justicia. Pero la Corte interpretó que los órganos y servidores públicos que continúen con las anteriores investigaciones no podrán ordenar la citación o práctica a diligencias judiciales, lo cual implica que mientras la JEP asume la competencia de un caso, no habrá jurisdicción que opere. Hasta HRW ha manifestado como “gran error” que se contribuya a frenar los procesos penales en la Fiscalía. ¿Eso le sirve a la paz?

Por último, preocupa que puedan quedar en la impunidad, y en la práctica amnistiados, autores de delitos de lesa humanidad que no sean atribuibles a máximos responsables. ¿Eso contribuye a la paz?

Ahora, en este nuevo capítulo de polarización que quieren abrir, no sé quién es quién. Si los que esperan que Duque examine con cuidado la ley estatutaria de la JEP y devuelva unos artículos al Congreso para que queden bien hechos y de verdad contribuyan a la paz son los verdaderos pacifistas, o si los que insisten en que el Presidente no haga objeciones y queden abiertos estos boquetes que jamás dejarán cerrar la guerra serán ahora los guerreristas, que admiten que habrá paz solo si se dejan las cosas exactamente como están.

Entre tanto… ¿Tendrá que ver que el magistrado Lizarazo, ponente de la revisión de la reglamentación de la JEP, haya participado en las negociaciones de La Habana con que las Farc hayan logrado en la Corte Constitucional lo que no obtuvieron en el Congreso?

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