Pobreza y pobreza

Las dos partes tienen razón: Planeación cuando cambió el sistema de medición y Angelino Garzón cuando dice que un individuo con ingresos de $190 mil al mes o una familia con $790 mil, son pobres.



Tiene razón Planeación porque resultaba indispensable usar una metodología que permitiera la comparación internacional de nuestras líneas de pobreza. La metodología que se venía usando en Colombia era criolla y, por lo mismo, no permitía evaluaciones comparadas. Por cierto, usaba estándares más altos que los del resto del continente. En otras palabras, aquí ha habido pobres, de acuerdo con nuestra metodología, que no lo serían en otros países.


De manera que Planeación, en una aproximación técnica correcta, trabajó para que las metodologías usadas para la medición de la pobreza sean las internacionales, de manera que podamos saber cómo estamos en comparación con otros. Lo hizo, además, de la mano de una misión conformada por expertos del Banco Mundial, la Cepal, el Dane, el DNP y de la academia, y de la Universidad de Oxford.


El resultado son dos sistemas de medición que analizan la pobreza desde diferentes perspectivas: una, cercana a la tradicional, mira la disponibilidad de ingresos de los hogares, y la otra, multidimensional, valora un conjunto de aspectos que van desde el empleo hasta la educación, la salud y las características de la vivienda.


El estudio por ingreso muestra resultados muy interesantes que, por cierto, prueban que el gobierno de Uribe tuvo resultados sociales mucho mejores que los que se le reconocen. De acuerdo con la misión de expertos, en los años que van del 2002 a 2010, la pobreza se redujo en un 25%, al pasar de 49,4% a 37,2%.


La reducción de pobreza en las ciudades ha sido mucho mayor y en las 13 área metropolitanas los pobres son el 23,2%, un 38% menos que el promedio nacional. Sin embargo, en las áreas rurales la tasa de pobreza es un 35% superior que el promedio nacional y llega al 50,3%.


El sistema multidimensional de medición refleja resultados aún mejores. De acuerdo con esa metodología, los pobreza se redujo en un 37% en siete años, bajando del 49% en 2003 a 31% en 2010.


Pero Garzón tiene para sí la fuerza de los hechos: viva usted con 190 mil pesos al mes, a ver si puede y si no se sentirá profundamente pobre. Las visiones, pues, no son excluyentes sino complementarias y muestran la distancia vital entre la discusión técnica y la realidad.


Al final, la conclusión es evidente: por mucho que se haya avanzado en el último gobierno, la pobreza sigue siendo agobiante. Casi cuatro de cada diez colombianos son pobres. En el campo es peor: uno de cada dos campesinos lo es.


Los resultados muestran que los esfuerzos tienen que focalizarse en las poblaciones que no hacen parte de las 13 áreas metropolitanas y, en especial, en el campo. Un campesino tiene más de doble de posibilidades de ser pobre que un habitante de Bucaramanga.


***


Dije que sería el primero en reconocer si el nuevo Comandante General daba muestras de capacidad de comunicación hacia el mundo civil, una aptitud que no había dado señales de tener. Pues bien, sus declaraciones de esta semana son un paso adelante. Aunque no es el más elocuente, se atrevió a decir dos cosas que no por polémicas dejan de ser ciertas: que el coronel Plazas Vega debe ser liberado de inmediato y que hay que reformar y fortalecer la Justicia Penal Militar. A Navas lo que es de Navas.


 


Rafael Nieto Loaiza

El País, septiembre 18 de 2011


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