A elegir entre democracia o populismo narcoterrorista

Oficializada la candidatura del presidente Santos para su reelección solo queda pendiente el respaldo abierto de los narcoterroristas a la misma con el propósito de escalar posiciones hacia la toma del poder dentro de cuatro años, combinando todas las formas de lucha para implementar el “proceso de paz” que negocian en la Habana.

El partido conservador, segunda fuerza electoral del país gracias al respaldo que brindó a la política de Seguridad Democrática, ha quedado atenazado entre defender la democracia o respaldar el “proceso de paz” puesto al servicio de la reconocida y legalizada “insurgencia armada” por la “Unidad Nacional” santista.

Su renuncia a tener candidato propio para alinearse dentro de las fuerzas reeleccionistas, profundizará la división de los azules y debilitará sus huestes en esta batalla histórica donde está en juego la democracia no solo para Colombia sino para el continente entero.

Las demás movimientos políticos terminarán diluyéndose entre los dos polos que jalonan el proceso electoral del próximo año, el cual está signado por los “acuerdos” de la Habana que, como nunca antes, brindan la oportunidad de negociar y acceder a las instituciones de la democracia a quienes  se levantaron criminalmente contra ellas a nombre del pueblo.

Subvencionados al principio por el imperio soviético, desde finales de la década del sesenta hasta finales de los años ochenta del siglo pasado, acudieron después a las actividades terroristas y del narcotráfico para sostenerse y presentarse ahora como defensores del llamado “Socialismo del Siglo XXI”.

Advertidos estamos de las consecuencias del refrendar el actual proceso de paz y de reelegir a su principal defensor. Recordemos uno de los apartes del artículo “De la impunidad al castrismo”, del ex presidente Uribe, publicado en Abril de este año por El Colombiano:

“Seguramente Maduro, Castro y los voceros del Foro de Sao Paulo dirán a los cabecillas de las Farc que negocien porque no encontrarán a alguien, como el Presidente Santos, que les confiera tal impunidad y les abra el camino del poder. Además, los avezados consejeros saben advertir que un Gobierno, que no tiene genuino afecto de integración al pueblo, será fácilmente derrotado en 2018 por los beneficiarios de su juego de impunidad. Y agregarán que habrá advenimiento del Castrismo por la vía electoral para lograr el desastre que poco a poco se consolida en Venezuela, y que después eliminarán las elecciones para que no haya regreso por la escalera de la democracia. Qué peligro el juego de gobiernos que calculan sus conveniencias, pero, ante el pueblo, son impredecibles.”

Por lo mismo la importancia histórica  de las próximas elecciones. El sentimiento de todo colombiano de vivir en paz, con verdadera justicia, progreso equitativo y libertad, pondrá en su sitio a los guerreristas que se esconden tras las banderas de la paz y a los populistas que se ponen a su servicio traicionando la democracia.

No es poco lo que está en juego para la patria y las próximas generaciones, lo cual nos obliga a desentrañar los programas que nos ofrecen los “pacifistas” de la “Unidad Nacional”, comandados por Juan Manuel Santos, y los del Uribismo, dirigidos  por Oscar Iván Zuluaga, en reconstrucción y defensa de una auténtica democracia.

Miembro del CPPC.

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