Al borde de un sacudón

Se percibe en la frontera venezolana en estos primeros días del año, una creciente expresión de descontento que aumenta con el pasar de los días, por la improvisación y falsedad que caracteriza a los gobernantes nacionales y del Estado Táchira, así como a sus aliados de las Fuerzas Armadas, los partidos políticos afectos al régimen y un poder judicial, que se encuentra entregado y sumiso, a las órdenes de Maduro.

Los demócratas que habitamos en esta importante región, tenemos que asumir este mismo año el compromiso, para alcanzar superar esta crisis dramática, originada por un gobierno corrupto, que cada día es más señalado de tener vínculos con el contrabando y el narcotráfico y son además los responsables de las colas para comprar alimentos, de la pérdida de vidas por la falta de medicinas y de una violencia desbordada por toda la región.

Nicolás Maduro no gobierna, la Asamblea Nacional a declarado el abandono a su cargo como presidente de Venezuela. Pero ni el Tribunal Supremo de Justicia ni las Fuerzas Armadas, que son las garantes del respeto a las leyes, hacen cumplir la constitución, no acompañan al pueblo en la búsqueda de soluciones a la grave crisis y en el rescate de nuestra democracia, solo aplican una represión focalizada contra la oposición democrática y son mansos frente al partido y el régimen.

Es increíble que enfermedades que fueron erradicadas en el pasado, reaparezcan de nuevo en todo el país, que los delitos por hambre recrudecieron, que la escasez de medicamentos este rondando el 80%, que en los 240 hospitales públicos no funcionen el 32% de las camas, ni el 48% de los pabellones quirúrgicos. El caos es total, 28.500 personas fallecieron el año pasado por muertes violentas y somos por desgracia el segundo país más violento del mundo.

Suben los sueldos y aumenta el desempleo, así como el precio en todos los productos, el número de niños desnutridos y la mortalidad infantil se incrementan, también mueren de hambre los pobladores en situación de dependencia, como los ancianos, los enfermos psiquiátricos y los presos, esto no mejorará, aumenta la inflación, la escasez, la caída del salario real, bajan las reservas internacionales, la pobreza se extiende por toda la Nación, Venezuela está al borde de un sacudón.

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