Anatomía de una corrupta (segunda parte)

Las 79 viviendas y el alumbrado público. Dos actos de corrupción de la capturada alcaldesa santista de Florencia, Caquetá.

Segunda parte del documento insólito: la confesión detallada, con circunstancias de tiempo, modo y lugar irrefutables de cómo funcionaba la banda de los partidos de la unidad nacional en Caquetá, comandada por la alcaldesa de Florencia, con la absoluta complicidad del gobierno nacional (que sabía que sus giros alimentaban a la banda) y de los organismos de control que siempre se hacían los de la vista gorda.

También puede ver: Santos, elogiando a la corrupta alcaldesa de Florencia y ratificándole “todo el respaldo del gobierno nacional” (https://www.youtube.com/watch?v=v5KnisEllvE)

Es la confesión de Germán Isaza Morales, un abogado asesor externo de la Alcaldía de Florencia, reclutado por Susana Portela, alcaldesa de Florencia.

La nación ha sido generosa con Florencia, Caquetá. La antecesora de Susana, Gloria Patricia Farfán, tramitó con la dirección de Regalías y Planeación Nacional, recursos para un proyecto de vivienda. Pero el predio en el que se iba a construir el barrio fue invadido. No obstante eso, la alcaldesa le adjudicó el contrato de construcción a Fundadesarrollo (que ella controlaba), para robar a través de dicha empresa, el dinero del anticipo.

Germán Isaza le contó a la Fiscalía que él denunció ante Oswaldo García Lizcano, fiscal en Florencia, los hechos irregulares; pero, oh sorpresa, ese fiscal le informó a Isaza que su jefe, la alcaldesa Susana Portela, también tenía que ver con aquel robo. Y el fiscal García aprovechó para sacar su “tajadita”: “en su casa me invitó al balcón, me comentó que lo habían sancionado por estar manejando en estado de alcoholemia, que si le podíamos colaborar para que le revocaran la sanción y lo desacotaran (sic) del sistema Simit y le dije que con gusto y le comenté a Susana la situación, quien se mostró muy preocupada y dijo que detrás de todo eso podía estar la doctora Rosmery Murcia, directora de Fiscalías, quien tenía una rencilla con ella, la cual se acrecentó cuando sacaron al marido de esta, doctor Nelson Trujillo, del hospital Malvinas, que es un hospital municipal”.

La historia termina con que la nueva alcaldesa y su banda no dejaron “siniestrar el proyecto”. Lo mantuvieron vivo para poder robar los recursos que el gobierno les giraría, como en efecto ocurrió.

El abogado Isaza confesó una intrincada trama de corrupción y robos con una de las fuentes de recursos más recurridas por las bandas de la unidad nacional que gobiernan hoy las ciudades: el alumbrado público.

Y vino el consabido tira y jale con el Concejo. “Se me encargó la tarea de hablar con los concejales para cuadrar cuánto iban a pedir por la aprobación del proyecto de concesión de alumbrado público”. Se reunió con los jefes, quienes “a su vez transmitían la información a los demás miembros de la coalición. Las reuniones fueron varias, en Florencia en el hotel Florencia Inn, en el restaurante El Portal, en el propio Concejo. Ya cuando el tema estaba más estructurado, Diego Luis Rojas contrató una buseta y en ella desplazamos a los concejales a Ibagué. Nos hospedamos en el hotel Estelar (anterior Sofitel). Allí el doctor José Luis Anaya nos dio toda una conferencia sobre cómo iba a operar el sistema en concesión, allí también estaban Diego Rojas y Susana Portela. Los concejales luego de la conferencia me dijeron en tono de broma que “faltaban soportes” refiriéndose a la entrega de dinero para la aprobación del proyecto de acuerdo de concesión. En una habitación del segundo piso, Diego Rojas Navarrete me entregó el dinero, entre veinte o treinta millones de pesos por concejal, el valor exacto no lo tengo presente porque en varias ocasiones se les entregó dinero a esos mismos concejales por mi conducto para facultades para contratar y para el empréstito se les entregó dinero”.

La comunidad de Florencia, encabezada por los dirigentes del Centro Democrático y por los comerciantes, logró neutralizar a la banda dirigida por la alcaldesa. Y, comenzó el zaperoco. Dice Isaza que “el saldo por haber aprobado ya el proyecto de acuerdo de concesión en segundo debate, es decir en plenaria, se entregó en la ciudad de Florencia con el mismo procedimiento (…) Debido a que no se pudo tramitar un segundo proyecto de acuerdo de ajuste de tarifas de alumbrado público, el acuerdo de concesión no era rentable para el contratista y nunca se pudo entregar la concesión. Susana me dijo en varias oportunidades que ella “debía esa plata””.

Por lo menos esta vez le ganó la comunidad a los ladrones.

Lea acá la primera parta de la “Anatomía de una corrupta”: http://pensamientocolombia.org/anatomia-de-una-corrupta/ 
@IrreverentesCol

 

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